Incontenible carga de amor de todo un pueblo, incontenible furia de un comandante que se reinventa inmortal para vencer la mejor de sus batallas.
Un pueblo atento al destino que le acecha, más allá de su designio y de su voluntad de amor propio y de conciencia. Un pueblo sabio que vestido de experiencia, de verde olivo, de sueños, está en espera de la impronta imperial, del hachazo sorpresivo, del ataque desesperado de un imperio que se desespera en su derrota ya escrita. Nada puede detener a la fuerza de este amor desatado por la libertad, por la justicia, por el grito que sale de la garganta noble de nuestro patriota comandante. Nada podrá, ni las bombas de los drones que sometieron a Libia, ni las noticias venenosas para generar cualquier caos, ni las balas de paracos contratados en Colombia para volver a acusarnos de asesinos.
Esa luz allá lejos, en Octubre, ya está iluminando la historia que se escribirá ese día. Ya inflama las gargantas del pueblo que llenará los cielos de gritos victoriosos. Esa luz blanca y radical retumba en los espíritus de todas y todos los que saben el valor de las victorias conseguidas. Esa luz cegadora enloquece al enemigo, lo arrodilla ante su propia derrota y lo hará venirse encima con cualquier treta para opacarla, para vencernos, para rendirnos.
Hugo Chávez Frías templa su espíritu al mirar a la muerte que no podrá vencer jamás su voluntad de victoria. Chávez ya no es Chávez, Chávez somos todas y todos los que amamos la nueva patria, la nueva América, la nueva vida. Podrán venir tormentas, de seguro, improvisadas histerias avaladas por el mismo imperio, pero desde el fondo de este pueblo donde vivo, les aseguro que nada en este mundo podrá impedir esta victoria.
Menos de seis meses faltan para que llegue la hora, sus días y sus noches pasan con la lentitud del reloj que a veces desespera, no podrá ninguna de esas fechas cambiar el destino. Un hombre asistido por el amor de todo un pueblo se hace inmortal e indestructible. Su ideal, su sueño, su furia se desata.
Menos de seis meses faltan para que estas palabras retumben en su propia victoria como premonición del destino. Tomemos cada uno su puesto de batalla, sigamos adelante como junto al pueblo seguimos, escuchemos cada palabra a nuestro líder comandante y seamos obedientes como el mejor de los soldados: unidad, unidad, unidad.
Viva Cuba liberada y compañera solidaria, hermana patria que cobijas las esperanzas por la salud de un hombre que no dejará este mundo sin terminar la obra por la que nació en la vida. Viva Cuba digna y valerosa, viva usted comandante hermoso y querido, amado por un pueblo alzado en la lucha victoriosa. Esa madrugada del 7 de Octubre estará su garganta enorme despertándonos con el mejor de los llamados al campo de batalla.
Sigamos sigilosos cada día que pasa, sigamos despertando la conciencia del otro, sigamos todas y todos en la marcha final a la gran victoria popular de la Venezuela socialista.
Viviremos y venceremos!!!
brachoraul@gmail.com