Instalada la conversa sin perder el aliento y la perspectiva se encuentra lo diverso resolviendo contrastes en términos de franco discernimiento para lograr un marco de disciplina utilizando valores de respeto y tolerancia, propendiendo la deliberación como algo normal que discierne en el buen debate. Por tal motivo al inicio podría entenderse como una compleja contradicción, cuando lo diverso se disciplina tras el reconocimiento sincero de la existencia de la otredad.
Tal pueblo, tal dirigencia, tal partido, tal revolución, las ideas suben y bajan en cascada para fortalecer la conciencia de ciudadanía organizados en colectivos sociales en donde la lectura es el habito imprescindible para los individuos organizados en todos los ámbitos de lucha y trabajo para formar conciencia del deber de pueblo en la perspectiva de desarrollo y transformación social así el concepto nos dimensiona un contexto, una visual general y particular en el escenario político. Cultivado con pleno intelecto, la aptitud idónea dirigencial produce sus saltos cualitativos para concretar la idea acerca de dirigencia proba frente a los retos de presente-futuro.
La vieja escuela de la partidocracia poco interés mostró en la masificación de este asunto, por ello ahora cuando se habla de perfiles la ciudadanía es exigente y la obligación del partido de rendir cuenta ante la sociedad va más allá de la dirigencia y la militancia la cual es una expectativa creciente. Chávez como militante revolucionario sobre este tema transmite aliento desde el P.S.U.V para no descuidar la tarea de construir la organización revolucionaria desde la masa como fuente que propicia la materia prima para pedagógizar las ideas socializantes que implica a los elementos desprovistos de envidia y egoísmos. La organización revolucionaria del pueblo bolivariano con su fundamento desde su seno, rescatando con autenticidad el pensamiento y la doctrina del libertador de manera que no es cualquiera el partido, sino un proceso estructurante del pueblo en movimiento en toda su diversidad de factores sociales confluyendo en el manantial modelar del nuevo mundo y el mejor gobierno que debía verificar esa misteriosa incógnita del hombre en libertad de la que nos habla Bolívar pero más aun insistiendo en su concepto de la unión enrumbándonos sobre la idea para que estructurando lo político organizativo y sus instancias de mando, de discusión, de consulta y de rendición sobre gestión política que se deslinde de las ambiciones y reyezuelos con sus actitudes de caporales que a veces con descaro pretenden enrostrarnos la pretensión de no ser creativos si no borregos o eunucos pretendiendo castrar el carácter normal de todo militante revolucionario de conciencia y rebeldía frente a la injusticia, esto pudiera ocurrirnos en nombre de una disciplina similar a la relación de amo y caporal sobre un súbdito obedencialismo improductivo y criminal.
En la revolución se desatan torbellinos de fuerzas contenida por los diques de pensamiento cerrado y cuando el pueblo abraza su proceso se despliega y se repliega según desarrolla su inteligencia política. Un pueblo libre de todo los cepos de la dominación y conducida su trayectoria por su dirigencia natural, la organización política es capaz de obedecerle en función de su fin supremo como deber social, que es hacer la revolución de la democracia plena, de la inclusión justa y equitativa. La máxima felicidad posible bajo la egida filosófica del bien común en el marco del sistema democrático protagónico y participativo de los ciudadanos y ciudadanas sin menos cabo de ninguno de los derechos consagrados por el constituyente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Legislador Luis Oscar Calderón.
Consejo Legislativo del Estado Trujillo.
Militante Fabricista del Partido Socialista Unido de Venezuela.
luisoscarc55@gmail.com
