“Era el año de 1795 cuando la mercancía traída de África se empichó y hubo que cortar por lo sano. Era doloroso perder tanto dinero invertido en esa mercancía, pero si no lo hacíamos así también perderíamos el resto y por eso tuvimos que exterminar a mas de 200 piezas y colocar en los caminos las cabezas y manos de sus lideres para que los demás escogieran escarmiento…”
Yo me imagino que esta es la explicación que recibirían de sus padres los jóvenes mantuanos sobre los sucesos ocurridos en ese año aciago de levantamientos y masacres por lograr la libertad.
Bolívar tenia 12 años cuando a dos cuadras de su casa ajusticiaron al Negro Chirino y expusieron en la Plaza Mayor de Caracas su cabeza frita en aceite para que los demás negros vieran lo que les podía pasar si desconocían a sus amos. Fue un hecho muy notorio, pues Chirino fue el único negro juzgado en una audiencia pública y condenado a morir por desmembramiento . El resto de sus compañeros no recibieron ese trato, simplemente los cazaron y los mataban en el acto.
Chirino era un negro culto, sabia varios idiomas. Acompañaba a su amo en sus viajes de negocio por las islas del Caribe para traducirle las varias lenguas que por esos lares se hablaban. Por allí se enteró de la existencia de la “Ley de los franceses”, de la revolución que estaba haciendo ese pueblo por la “Liberte, Igualité y fraternité” . Los jacobinos negros le instruyeron y así como Francisco de Miranda se unió a los Masones y concibió en Europa su proyecto de la “Colombia suramericana” y la liberación del continente del Imperio Español, a Chirino se le prendió la luz y juró liberar a su pueblo negro de la esclavitud mantuana.
Cuando se produce el levantamiento en la Hacienda Curimagua, mucho camino había andado Chirino y sus compañeros creando conciencia y organizando la batalla que librarían contra el enemigo inmediato que los oprimía. Perdió la batalla y también la guerra, pues su gesto creó tal grado de terror que mas nunca los negros se volvieron a levantar en armas contra sus amos blancos. La participación de los negros en la guerra de independencia y en la Guerra Federal fue de acompañamiento a uno de los dos grupos de mantuanos que se disputaban el “monopolio de la tiranía domestica”. Nunca más se levantaron contra el amo blanco y éste inteligentemente, para quitarles algún argumento que pudiera justificar el cimarronaje, los declaró iguales a ellos ante la Ley (Constitución de 1.864) y les permitió usar el apellido “blanco” para identificarse. (Juan Blanco, Maria Blanco).
Con la gesta de Chirino y el consiguiente terrorismo implantado por los mantuanos muere el deseo , en los esclavos negros, de ser libre e iguales a los blancos y estos aceptan su destino como fatalidad de los dioses que la religión se encargó de remachar. ”Negro es negro y su apellido es mierda” les dijeron durante muchos años y la gran mayoría llegó a creer que eso era cierto. “Negro sólo sirve para cargar bojotes” y todavía hoy muchos de nosotros lo hacemos sin rechistar. Mas aún, es tal el grado de alienación, que hemos aceptado el termino “afrodescendiente” para que nos identifiquen y creamos que salimos ganando con ese apelativo.
Gracias al desarrollo capitalista, que hizo de la esclavitud un sistema arcaico para la producción y le salía mas ventajoso el régimen del asalariado, salimos de ese estadio infrahumano y comenzamos a existir como seres humanos y a partir de allí conquistamos todos los derechos que hoy disfrutamos y que nos llevaran a conquistar el sistema socialista en el cual seremos los verdaderos protagonistas-
Ay José Leonardo, me imagino tu sufrimiento en el mas allá, cuando la godarria caraqueña en 1995 te rindió homenaje por los 200 años de tu martirio y llevó tu nombre al Panteón Nacional. Si no hubiera sido por otro negro (Ali Primera) que te inmortalizó en una de sus canciones, nadie te recordaría. ¡¿Tendremos que esperar que cumplas el 10 de Mayo del 2095 trescientos años de muerto , para que un Municipio, una Universidad o una Autopista lleve tu nombre?.