El país asistió a un hecho histórico, la promulgación por el presidente de la República, Hugo Chávez, de la nueva Ley Orgánica del Trabajo para los Trabajadores y Trabajadoras, Lottt. La firma estuvo acompañada por una frase histórica: "¡Es justicia social!".
El Presidente hizo del acto legal e histórico de promulgación de la nueva ley, "liberadora, justa…", un evento absolutamente emotivo, un momento íntimo cuando permitió que afloraran sus sentimientos, aquello que cada persona guarda en su interior, en lo más hondo, en lo más secreto.
Al exponer, el Chávez humano, su intimidad y exteriorizar las emociones y pensamientos que guarda en su interior", dio pie a un proceso de intercambio de afectos positivos. Y activó además una muy compleja red emocional cuando planteó "dichoso yo que cuento con un pueblo, con la clase obrera, con millones de venezolanos y venezolanas conscientes del momento histórico. Estoy seguro de que ustedes comparten conmigo este sentimiento, la dicha de este momento histórico…".
Cuando alguien expone de tal forma su intimidad, las reacciones no se hacen esperar. En aquellos sectores que manejan un modelo afectivo, que valora la individualidad, lo externo y desconfía de ese mundo interior, se produjeron críticas y revanchas emocionales. Pero en aquellos que valoran la intimidad y la capacidad de sentir, se generó un clima de afectos positivos y un gran respeto por aquel que fue capaz de emocionarse ante la dicha de un momento histórico.
Es evidente el poder movilizador del desafío, y el Presidente se encuentra actualmente frente a varios retos: su salud, la campaña electoral y las elecciones, el proyecto histórico que lideriza y que lo llevó a exclamar en oportunidad anterior: "Cristo… dame vida, porque todavía me quedan cosas por hacer por este pueblo y por esta patria, no me lleves todavía…". En esta ocasión nuevamente acudió a la religión y clamó: "Este Cristo que cargo aquí es el mismo del 11 abril. Lo tenía empuñado cuando pensé que iba a morir. Ocurrió como un milagro… Estoy seguro que nuestro Cristo repetirá o continuará haciendo el milagro. Con esa fe infinita me marcho… Viva la vida". El desafío es el guardián del honor, y cuando alguien no responde al desafío se deshonra a sí mismo.
"El peor destino de un hombre es pasar sin llamar la atención, como una sombra".
Socióloga / Prof. Ucab
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