Si Venezuela se sale de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, CIDH, por no respetar ésta la soberanía del país, y sabiéndose que la CIDH es un organismo dependiente de la Organización de Estados Americanos, OEA, ¿Por qué Venezuela no se sale de una buena vez de la OEA?, que según se ha dicho durante muchos años no le ha servido para nada a los países americanos que se encuentran en la parte sur del Río Bravo, pues solo se ha dedicado a beneficiar a los Estados Unidos. Esta Comisión durante los 40 años del puntofijismo solo procesó seis denuncias en contra del Estado venezolano, ahora cuando en el gobierno bolivariano no se presentan casos de torturas, desaparecidos, presos políticos ni censura de la libertad de expresión, la Comisión procesa nada menos que unas 70 denuncias. Así mismo, cuando el presidente Chávez fue derrocado y secuestrado por golpistas fascistas la Comisión no movió un dedo a su favor, nada hizo cuando el presidente Manuel Zelaya fue depuesto violentamente, ni cuando el Presidente Rafael Correa fue balaceado por golpistas, pero cuando Correa ganó una demanda contra un medio de comunicación por haberlo ofendido y calumniado, de inmediato salió la Comisión a pedirle que dejara sin efecto la sentencia dictada por un tribunal de la República del Ecuador.
La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, CIDH, presenta en su informe de 2.011 las denuncias contra Venezuela de unos cuantos casos en contra los derechos humanos burlados por la República, pero en ese informe no se precisa fechas, nombres, lugares, ni otros datos esenciales para admitir cualquier denuncia, y así juzga 182 casos basados en suposiciones, rumores y recortes de artículos de prensa, aceptándolos como pruebas; además de tener el tupé de objetar proyectos de leyes que dependen del Poder Legislativo de los países soberanos. Todas estas cosas que suceden con la CIDH son las que no deben soportar un gobierno independiente de cualquier otro gobierno extranjero. En el informe mencionado se dice que Venezuela presentaría situaciones que afectan seria y gravemente el goce y disfrute de los derechos fundamentales, quizá por no ser un país ocupado por los Estados Unidos, ni un gobierno sometido a ellos, ni impuesto “democráticamente” por ellos, ni un gobierno producto de un golpe de Estado propiciado por ellos. Ahora bien, si el artículo 236 de la Constitución Bolivariana de Venezuela establece que el Presidente de la República está en el deber de celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales y el artículo 187 que corresponde a la Asamblea Nacional aprobar los tratados o convenios internacionales que celebre el Ejecutivo Nacional, no creo haya ningún problema jurídico ni político para rescindirlos. Denunciar lo convenido debido a los abusos cometidos por una de las partes es lo más natural del mundo, ningún convenio puede ser obligado a que sea permanente, siempre existirá el modo de deshacerlo.
Como será la manipulación de estos organismos internacionales dependientes de la OEA, que Estados Unidos y Canadá, jamás han aceptado someterse a los dictámenes de la Comisión Internacional de los Derechos Humanos ni tampoco a la Corte Internacional de los Derechos Humanos. Por toda esta injusticia a que está sometido los países de habla hispánica en América es que se debe renunciar a pertenecer a la OEA hasta que ella no se reestructure al cambiar los lineamientos filosóficos y de procedimientos. El trato actual de la OEA con relación a Venezuela significa el avasallamiento de nuestra independencia y soberanía, por lo que solicito muy respetuosamente al Ejecutivo y a la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela a que se retire de todo órgano internacional que no cumpla con los lineamientos contemplados en nuestra Constitución Nacional; y no se ciña al pensamiento libre y democrático de nuestro máximo líder: Simón Bolívar el Libertador.
joseameliach@hotmail.com
