La elección popular del Poder Judicial

Nuestra Constitución establece en su artículo 5. “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos” Y se establece en la primera parte del artículo 253. “La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley” Siendo ésto así, surge la pregunta ¿Por qué al pueblo solo se le permite sufragar por los integrantes de dos Poderes, Ejecutivo y Legislativo, y no por otro tan esencial, que atañe y toca directamente al ciudadano y sus familiares como lo es el Poder Judicial? Después de las elecciones populares del Presidente de la República, los legisladores nacionales como regionales, y en el ámbito local los alcaldes y concejos municipales, estos a su vez, en elecciones de segundo, tercer y cuarto grado, nombran a los integrantes de los otros 3 Poderes: El Judicial, El Ciudadano y El Electoral. Acaso ésto no se puede calificar como una perversión dentro de un sistema verdaderamente democrático, revolucionario, protagónico y participativo; siendo la forma de selección y elección contraria a lo que se predica en nuestra Venezuela. El sistema de selección y elección chucuta de estos 3 Poderes habría que perfeccionarse mediante métodos novedosos, la elección popular de los miembros de los Poderes Públicos debería ser la norma por excelencia de nuestra democracia.

Actual y anteriormente el modo de operar del Poder Judicial sigue constituyendo un grave problema para la democracia y a la verdadera y oportuna justicia, éste esta basado en un modelo cónsono y coherente con la democracia indirecta o la llamada democracia representativa y/o burguesa, que por corrupta se pensó desaparecería de nuestro país con el cambio de gobierno puntofijista al bolivariano; pero no fue así. Con lo anterior se quiere manifestar que en la selección y nombramiento de los jueces se sigue el mismo patrón y él ha demostrado ser inminentemente negativo y nefasto, siendo la razón del planteamiento de la elección popular de jueces y miembros de los demás poderes donde impere la ética por encima de todo, porque si no se seguirá aplicando aquel pensamiento de nuestro Libertador: EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE. La elección popular del Poder Judicial es elemental en una democracia directa protagónica y participativa, el Poder Judicial ha sido el más cuestionado y el más vulnerable en este proceso revolucionario, pues el ejercicio de funciones de una mayoría de jueces no está en armonía con una revolución socialista; y si mercantilista (El consabido y popular mensaje en los ámbitos tribunalicios es el ¡Cuanto hay pa’eso!) Decir que el Poder Judicial representa un manchón muy visible y repugnante que sobresale en este proceso de cambios no es decir nada novedoso, ya que la impunidad a favor del rico, poderoso y corrupto está a la vista, es público y es notorio aquí y fuera de nuestras fronteras y sí no existe un descontento popular más profundo al respecto es por la popularidad del Presidente de la Republica; a quien se le recomienda muy respetuosamente que facilite la apertura de una gran reforma y reestructuración de estas instituciones, comenzando por la elección electoral y popular de los jueces, por períodos no mayor a 5 años y con la posibilidad de que los jueces virtuosos sean reelectos.

Estamos en tiempos de Revisión, Rectificación y Reimpulso de los sistemas institucionales, y ello forma parte de un estado natural de todo proceso revolucionario, ya estamos en la etapa de hacer los cambios profundos y fundamentales que no pudo hacerse en la primera etapa por estarse mas pendiente de la estabilidad y consolidación del sistema de gobierno, sin embargo, si ya hoy no se hacen los cambios profundos que se requieren, que fue a lo que vino este gobierno revolucionario, y que implica que todos los Poderes del Estado deben ser electos por voluntad popular, la revolución puede sucumbir estrepitosamente. Por eso se sugiere que la primera elección que debe promoverse y realizarse prontamente debe ser la Judicial, porque es allí donde descansa la esencia misma de la verdadera democracia, por ser ella en lo teórico encargada de impartir una justicia pronta y justa. En Venezuela se debe aplicar lo aconsejado también por nuestro maestro, eminente revolucionario, Simón Rodríguez, “o inventamos o erramos” La elección popular de los jueces esta en consonancia con la revolución bolivariana y socialista. El método para la elección de los jueces debería comenzarse por los Juzgados de Municipio, categoría C en el escalafón judicial, seguir por los Juzgados de Primera Instancia, categoría B en el escalafón judicial, continuar por los Tribunales Superiores o de Categoría A; hasta llegar a los magistrados del alto Tribunal. La postulación de los candidatos a ocupar los juzgados de municipios la harían los abogados que ejerzan su profesión en los tribunales, es decir los litigantes. La postulación de los jueces de primera instancia la haría los abogados litigantes en los tribunales, Los jueces de municipios electos haría la postulación de los jueces de primera instancia. La postulación de los jueces superiores la haría los jueces electos de Primera Instancia y así hasta llegar al alto Tribunal de Justicia. En concordancia con lo que se haga con la elección del Poder Judicial, habrá que innovar con la elección en el Poder Ciudadano y el Poder Electoral. Todos los miembros de los Poderes Públicos en Venezuela deberían ser electos por quien tiene en sus manos el máximo poder: EL PUEBLO.

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José M. Ameliach N.


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