En alguna oportunidad el presidente Chávez dijo algo más o menos como: “Quien esté cerca de mi lo van a bochar como al mingo”… palabras más, palabras menos, pero la sentencia del presidente es muy real. A Diosdado Cabello le ha tocado enfrentar cualquier tipo de epítetos, ataques y señalamientos de una derecha que no conoce la lealtad, tampoco el amor, mucho menos la solidaridad y hermandad revolucionaria. Es un léxico extraño para ellos cuando se habla de estas cosas, por ello se les hace fácil lanzar estrategias que buscan confundir y desorientar al pueblo.
El afiche colocado en una avenida de Caracas con el rostro de Diosdado no es sino la ratificación del odio de la burguesía para con este camarada y eso se debe a la lealtad; la lealtad al comandante Chávez ha sido una constante en este compañero. Desde que salió a la luz pública siempre ha sido Diosdado el centro de ataques, entre otras cosas porque sin complejo alguno deja claro siempre en sus intervenciones quien es el jefe, el jefe es Chávez y disciplinadamente asume los lineamientos del comandante.
Mucha tinta se ha malgastado para cuestionar a Diosdado, sin exageraciones, para un compatriota desprevenido pudiera pensar que Diosdado es una especie de magnate, dueño de medio mundo y poseedor de un montón de negocios. La derecha sabe muy bien que está mintiendo, de lo contrario ya tendríamos los Boucher de cada depósito hecho a Diosdado en cualquier parte del planeta, conoceríamos sus mansiones, los yates, los aviones y cualquier tipo de propiedad ostentada por este camarada.
Estamos seguros que si en realidad Diosdado fuese un capitalista, reformista de cuatro suelas, enemigo de la revolución, segurísimos estamos que la oligarquía nada diría, formaría parte de sus cuadros y seguramente sería presentado en sus medios como el sustituto ideal del “dictador Chávez”…
No se porqué será, pero cada vez que veo o leo en los medios burgueses un ataque despiadado contra algún camarada, siento mayor admiración por éste. Eso significa que no es traidor, porque la burguesía y los expertos imperialistas saben muy bien atacar, cuando logran su cometido, dejan de hacerlo, y comienza el chantaje para convertirlo en traidor… si ven la posibilidad de ganarse un traidor a la revolución, entonces comienzan a lanzarle caramelos. En el caso de Diosdado parece que todo intento de esa canalla burguesa ha sido infructuoso, de allí que la virulencia y el odio se acrecienta y va en aumento.
Para un burgués “exitoso” es inconcebible que alguien tan cercano al poder no se convierta en uno de ellos, es decir, en un burgués; no conocen de los valores espirituales que llevaron a unos muchachos a dejar de pensar que podían ser generales, almirantes y un montón de cosas mas por salir a secundar al “loco” Chávez aquel Febrero de partos. Eso no lo conciben los burgueses, como tampoco conciben que Bolívar rechazara un millón de pesos otorgados por El Perú, ni que abandonara una riqueza que ellos hoy, con todo y su poder económico, se babean cuando la contabilizan, por eso lo odian. Odian a Fabricio Ojeda por despojarse de la comodidad de una curul en el antiguo congreso nacional y lanzarse a las montañas del país buscando patria y socialismo. Odian al Che Guevara por dejar todo para sentir el “cosquilleo de rocinante” y salir a luchar por los pobres de la tierra y odian al pueblo por apoyar estos gestos de desprendimiento.
Esa es la burguesía, seres llenos de odio e incapaces de comprender los gestos de humanidad, el desprendimiento de los hijos de la patria. Hoy es Diosdado, mañana será cualquier otro, el verdadero ataque va dirigido a Chávez, el odio más virulento para quien ha sido capaz de sembrar en ese grupo de Jóvenes de ayer los sentimientos y valores espirituales del socialismo. Así como atacan con virulencia a Rangel Silva, Cliver Alcalá y a quienes saben no podrán comprar con la podredumbre de su dinero, así atacan a Diosdado. A Bolívar lo sentenciaron a muerte porque sabían que no podían comprarlo, pero se ganaron a Santander y Páez; a Zamora lo asesinaron por saber de sus convicciones y se ganaron a un Guzmán, Falcón, etc; más reciente, en los sesenta, a Fabricio lo asesinan por que fue un irreductible y se ganaron a un Teodoro y un Pompeyo. Pero esta vez con Chávez no pasará lo mismo, este pueblo está decidido a que la historia de traición se acabe…por eso la cuenta que sacamos es: quien es fiel a Chávez le es fiel al pueblo. La burguesía, mezquina y llena de inquina se desmorona ante los gestos altruistas. Es así como a Bolívar lo odian, pero en el fondo le temen, a Fabricio y ahora, a todo aquel que muestre lealtad al comandante Chávez, la burguesía le atacará con todo. En el paro petrolero de 2002 pretendieron hacer reaccionar al pueblo sometiéndonos a las necesidades, pero se encontraron con un pueblo que le pidió a gritos a Chávez que no se rindiera, aunque tuviéramos que comernos las piedras.
Ese pueblo de 2002 es el mismo que atravesó los andes, el mismo de la guerra de Zamora, el mismo que traidores como Betancourt engañó y utilizó, pero es el mismo que explotó en Febrero del 89 y vio una luz en febrero de 1992, es el mismo pueblo… pueblo capaz de estremecer al mundo con su ejemplo de desprendimiento. Por eso la burguesía nos odia, nos odia y nos teme. De allí que apoyen a quienes mantienen una fidelidad blandengue, sin exponerse mucho y condenan a quienes como Diosdado se lanzan por la calle del medio y con orgullo mantiene sus posiciones.
Sepan señores burgueses, señores de los laboratorios de guerra sucia, que este pueblo despertó para siempre y que valoramos la fidelidad a Chávez porque somos fieles con Chávez. Los burgueses quisieran que alrededor de Chávez se colocaran los Santander de ayer, pero no, no es así, al lado de Chávez estarán los Sucres y los valientes que son capaces de mantenerse hasta el final al lado del líder… No volverán, señores burgueses, a encontrar en los hijos de esta patria la traición de un pueblo a sus líderes genuinos…No lograrán jamás romper el lazo amoroso entre este pueblo y Chávez. ¡Adelante Diosdado…Con Chávez por siempre!
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