Pues nade de eso sucedió Chávez llegó al CNE a bordo de un camión Tiuna rojo rojito y acompañado de parte de sus colaboradores más cercano. Habló tres horas sin probar ni una sola gota de agua, con timbre de voz recia, cantó y hasta bailó con Cristina Maica. El bastón y la silla de ruedas desaparecieron por arte de magia. Lo mismo que la enfermera y la inscripción por Internet.
Lo dije siempre. Chávez entramó a la oposición con su “canciller”. Los bichos se lanzaron de cabeza y creyeron que “matándolo” tenían el mandando hecho y resultó que el hombre se recuperó, y la Canalla Necrofílica tuvo que tragarse su coctel de rumores. Ya es tiempo que se busquen otra herramienta electoral.
Un escuálido rancio me dijo este martes, que el lunes Chávez llegó caminando al CNE apoyado con un bastón biónico. Y que la silla de ruedas era el camión Tiuna rojo rojito. ¡Este si que tiene bolas!
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