Hace unos meses -antes de las primarias- alguien con una visión premonitoria les había llamado: “Lechuguinos, petimetres y mariposones”.
No hay dudas, la fragilidad intelectual del candidato de la derecha apátrida tiene desesperado a los asesores del marketing político nacionales y extranjeros; no tiene sentido que “las mentes más brillantes del país” le redacten un discurso o guión que no va a memorizar ni comprender.
La disociación no les permite ver los cambios cualitativos y cuantitativos que se han experimentado en el país: casi 2 millones de personas se alfabetizaron, tenemos uno de los índices de escolaridad más alto de América, somos la quinta matrícula universitaria más alta del mundo y uno de cada dos venezolanos lee libros.
La derecha cree que con apodos como “chocolate dulcito”, “machito” y recientemente llamado el “flaquito” logrará levantar las encuestas o seducir a los indecisos.
En el marketing hay un principio: “Hay que asegurarse de que el producto es, al menos, tan bueno como se vende en la publicidad” y el producto-candidato de la oligarquía es una oferta engañosa.
Pero no podemos olvidar jamás que el 7 de octubre los medios lograrán que la derecha salga a votar con todo su odio por el “producto”, sin denunciarlo a Indepabis.
petimetre, -tra
m. f. Persona que cuida demasiadamente de su compostura y de seguir las modas.lechuguino , -na adj./s. m. y f. 1 desp. Se aplica a la persona joven que presume de madurez y que para hacerlo se viste con excesiva elegancia y se comporta afectadamente: se cree que todo el mundo lo admira y no es más que un lechuguino.
mariposón s. m. 1 fam. Persona inconstante en sus amores y gustos.