El 14 de abril de 2002 estaban quemando a Caracas. Se lo repito a todo el que me aguanta (ver Lo que no pasó aquel 14 de abril). ¿Quién detuvo eso? No el ejército. No la policía. ¿Qué hubiera pasado si en aquellas horas el presidente Hugo Chávez no vuelve y llama a todo el mundo a casa? He aquí el llamado principal de Chávez apenas regresó: «Lo primero y más importante que digo a todos los venezolanos es que vuelvan a sus casas, que vuelva la calma». Eso bastó (ver Alocución a la nación al retornar al poder el 14 de abril de 2005).
Durante su reciente y no anunciada ausencia, vimos los indicios de lo que podría acaecer si al Presidente le pasa algo malo. «El mundo es todo lo que acaece», dice Ludwig Wittgestein. Con esa frase tan simple comienza su dificilísimo Tractatus logico-philosophicus. No necesito explicar a cualquier persona de inteligencia saludable el mundo que sobrevendría si le pasa algo a Chávez. No me propongo intimidar; no es mi culpa que la perspectiva sea más intimidante que la tragedia de Jorge Eliécer Gaitán. A los loquitos más loquitos de la oposición es a los últimos a quienes conviene algo así. Si fuesen cuerdos estarían cuidando a Chávez.
Sintaxis es la coordinación de palabras para que signifiquen algo. Por eso «hombre pobre» no significa lo mismo que «pobre hombre», aunque sean las mismas palabras. Así pasa con los demás signos, con los que no hablan con palabras sino con hechos significativos. Ejemplo: el pasado fin de semana.
El sábado hay una marcha bolivariana y la sintaxis implica la participación del Presidente. Las marchas de oposición casi nunca culminan, a menos que llamemos clímax a un vociferante leyendo incoherencias en un apuntador electrónico. Se anuncia para el día siguiente un Aló, Presidente especial, aniversario. Nadie explica por qué no sale al aire, salvo que hay un juego de volibol internacional. Afortunadamente la batalla fue solo de rumores y de gente impaciente frente a Palacio. Por cierto que el síndrome de abstinencia, delirante, lo sufrió más la oposición que los bolivarianos .
En Semana Santa el Presidente anunció que la pasaría con su familia y no hubo alarma.
La del fin de semana pasado, no provocada deliberadamente, nos habla del cuidado que hay que tener con los detalles del Diablo. Como dicen los estudiosos de la Ley de Murphy: «Cuando no sepas lo que estás haciendo, hazlo con mucho cuidado».