Nos acusan de lo que hacen

Pildoritas 59 (año V)

No fue que me lo contaron , lo oí cuando hacía una de las tantas colas
para accesar a una de las taquillas del Banco de Banesco, un caballero
le preguntaba a  una dama  de cuyo cuello colgaba una credencial de un
organismo de la Gobernación del Estado Táchira, si a ella le habían
ordenado que el día de las elecciones le tomara con su celular una
foto a su voto, para que comprobara que había votado por el majunche;
la respuesta fue positiva y se notaba en ella una especie de
resignación.. No me pude contener y los increpé después de pedirles
disculpas por haber oído lo que oí “sin querer queriendo”,
preguntándoles si eso les parecía correcto y qué iban a hacer quienes
no tuviesen celular. La respuesta obvia fue que no les quedaba otra
alternativa sino la de cumplir la orden y que suponían que quienes no
tenían celular tendrían que conseguir uno, claro con cámara.
Lo anterior típico de lo que desde que se votaba con tarjetas de
colores era una práctica hecha ley en los partidos de la cuarta, que
obligaban a todos lo que quisieran conservar alguna prebenda, fuese
beca, ayuda, materiales, es decir las limosnas que repartían
generalmente para justificar la corrupción campeante en esos largos y
oprobiosos años del putofijismo, cuando los votantes tenían que
mostrar todas las tarjetas que le sobraban después de votar para
comprobar que habían votado o por COPEI o por AD, según el caso. No es
sino una repetición de una práctica perversa de los que se sabes tan
derrotados que no les queda más que recurrir a esta artimañas como
para conservar por lo menos su tradicional e histórico porcentaje,
pero que debe dar pie para que el CNE, tome cartas en el asunto y gire
instrucciones a quien corresponda pues de otra manera sería aceptar
,la flagrante violación del secreto de voto.-


Como vemos, esta práctica propia del puntofijismo modernizada ahora
por sus herederos del majunchismo los muestra como lo que son, de baja
ralea, sin escrúpulos, y viene a comprobar la desconfianza que tienen
de que sus propios, supuestamente partidarios, embozalados con un
carguito, puedan haber tomado conciencia de lo que significaría volver
al oprobioso pasado, que como la práctica de la foto al voto, vendría
modernizado, para de nuevo convertirnos en colonia y patio trasero del
imperio. Acusan a la Revolución de obligar a los funcionarios públicos
a colocarse una franela roja, a asistir a los actos, ignorando que
quienes militan en la revolución, en su mayoría, lo hacen por
convicción pues están dotados de principios adquiridos, categoría que
estuvo ausente durante la cuarta y que sigue ausente en la oposición
venezolana alimentada ahora por el veneno de los medios, que los
mantienen en base a mentiras que los deja sin capacidad para razonar.-
Día del periodista con olor a boñiga


El día del periodista en la Venezuela Revolucionaria, ha sido desde
hace años, un día en que no hay mucho que conmemorar, pues
lamentablemente buena parte de estos profesionales olvidando los
principios éticos más elementales han, o mercantilizado su profesión,
o simplemente se han convertido en marionetas de los dueños de los
medios, que  no le pueden perdonar al Presidente, el no imitar a los
antecesores anteriores a la llegada de la Revolución, que se
entregaban a los designios de las grandes empresas de la comunicación,
para complacerlos en todos sus planes de hacerse dueños de la Patria,
quitar y poner gobernantes como es el caso típico del hoy candidato de
la derecha, que llegó a la política como cuota del poder que todo
gobierno debía entregarle a los medios y en ello mucho tuvieron que
ver los periodistas de ayer y sus similares de hoy, que venden su
conciencia y pisotean su profesión prestándose para los planes
desestabilizadores, como lo hicieron previo, durante y después de
abril del  2002 con el montaje de Puente Llaguno y no han parado a
pesar de las derrotas, a la que se va a sumar con toda seguridad la
del 07 de Octubre.


¿Cómo se puede evitar el desprestigio de una profesión, cuando tenemos
tan abundantes ejemplos de palangristas, de calumniadores, de
encubridores, es decir de personajes con un titulo de periodista y lo
que ello significa, desnaturalizado por su actuación, cuando hay quien
se erigió en el más connotado cronista necrófilo al utilizar la
enfermedad del Presidente para especular, para ponerle plazo a su
muerte violando los más elementales principios de solidaridad humana
en su columna Runrunes?; ¿Cómo no sentir náuseas al ver y oír cada
tarde a un sujeto con una impronta de muerte y dolor apodado
“matacuras” y que con tanta desfachatez le endilga a cada rato
acciones de increíble violación de los derechos humanos al gobierno
más humanista de la gran Patria?; o ¿cómo no repudiar actividades
ligadas a lo más obscuro y perverso, de periodistas del canal golpista
por excelencia que las 24 horas del día se dedican a divulgar
mentiras, crear ollas y matrices de opinión que siempre resultan
falsas, sin que nada suceda por que estamos en un país con un gobierno
verdaderamente respetuoso de la libertad de expresión que ellos niegan
existe, pero que la utilizan como les  viene en gana pisoteando leyes,
ética y principios, dañando reputaciones y siempre cobijados por la
más inaceptable impunidad?


Queda con esta nueva fecha de un día del periodista del que sólo nos
quedan sinsabores, hacer fuerza para que algún día esta hermosa
profesión rescate de nuevo el lugar que le corresponde, se deslastre
de tanta boñiga que los cubre, salgan del pantano a que los ha llevado
su cobardía ante los dueños de los medios, se den el puesto de honor
que les corresponde y haga revivir en el pueblo, que es su destino, la
confianza perdida por falta de cojones y ovarios de muchos y muchas,
que pareciera viven solo para desprestigiar con su complacencia, firma
e imagen lo que pudiera ser una enorme oportunidad de servirle a la
Patria, coadyuvando en la labor de informar verazmente, educar y
entretener como debería ser.-


Claro que afortunadamente no son todos, del lado de acá hay gente
decente que ama su patria y sirven de contrapeso a las alimañas que
cada vez que abren su boca o utilizan su pluma enrarecen el ambiente
de tal manera que son culpables de hechos que en otro país hubiese
dado con sus huesos al más oscuro de los calabozos; bastaría recordar
además de Puente LLaguno, Altamira, Rodeo i, la foto de la morgue,
todo el Paro Petrolero y miles de etcétera que no caben en un artículo
de opinión.

saulmolina2006@gmail.com



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Saúl Molina Z


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