Hay actitudes del comportamiento humano que no se pueden dejar pasar porque afectan la vida normal del desenvolvimiento de la sociedad, y pueden dar pié a fracturas, a que se desemboque en situaciones no deseadas y más cuando ese comportamiento afecta a buena parte del colectivo y peor aun cuando toca las más intimas fibras de la nacionalidad, del concepto de Patria que afortunadamente y por obra del discurso aleccionador de un presidente excepcional cada vez se arraiga más en el corazón de los venezolanos, y entonces, aquello que antes de la llegada de la Revolución eran conceptos, casi que etéreos, sin interés para los que ahora con orgullo nos llamamos hijos de Bolívar, han pasado a ser consumo de la enorme mayoría, se ha encendido una llama incluso a nivel familiar que ha dejado entrar como sentimiento muy profundo en los corazones de los verdaderos patriotas, todo lo que tiene que ver con esta patria, sus símbolos patrios, la admiración por sus héroes, por su historia, por su geografía y todo ello se le debe a un hombre cuyo nombre es Hugo y su apellido Chávez, quien con su ejemplo y su palabra ha logrado mucho de lo que antes parecía imposible e inalcanzable, que se suma a sacar a Venezuela de un marasmo tal que nos hacía como país prácticamente aislados y desconocidos en el concierto internacional y si acaso una referencia muy lejana por aquello de que somos país petrolero o por tener destacados deportistas en la pelota gringa, pero hasta ahí..
Ese comportamiento humano a que me refiero en el encabezamiento de estas reflexiones, cuando hace daño material o moral debe tener sanciones y más cuando por razones de odio ademas de hacer daño causan rabia y frustración, si no se aplican los correctivos necesarios y cuando el daño tiene que ver con nuestra más intima proximidad patria, debe ser ejemplarizante.
De ya bastante tiempo atrás ha habido conductas y prácticas inaceptables por parte de personajes que enarbolando las banderas de una mal entendida libertad de expresión cometen casi a diario algo muy parecido al sacrilegio que la iglesia católica castiga con la más fuerte sanción espiritual.y que las leyes venezolanas, que si se aplicaran como debiera ser, habría ya evitado casos de tan grande inmoralidad como la que editorialistas, columnistas, propietarios de medios, caricaturistas, conductores radiales y de TV, etc, muestran siempre con las más inaceptable impunidad. Es para nombrar el más reciente, el caso ya repetitivo de la más genuina representativa del anti patriotismo más rastrero que se pueda concebir, la caricaturista RAIMA , de la porqueriza que es el diario el Universal.
Lo que sale de su cerebro y de su pluma es algo tan putrefacto que solo se puede comparar con las cloacas más pestilentes que se puedan imaginar y es porque lo hace nada menos que contra nuestra conciencia de patria, con nuestros sentimientos más profundos de nacionalidad, con símbolos que nos identifican como Patria y personajes que entregaron su vida por darnos libertad.
Es algo ante lo que el pueblo debe reaccionar, es algo ante lo que las autoridades deben actuar, es algo que la AN, debe colocar en su agenda para repudiar, es algo que debe generar actos de desagravio, porque de otra forma se le estaría haciendo un grave daño al fuerte lazo de unión, que hace más de una década se ha sembrado en el corazón de las grandes mayorías de los venezolanos y que han servido de inspiración para ser lo que somos en el concierto de las naciones del mundo.
Esto que yo siento como patriota, la rabia que me embarga, sé que es común a muchos venezolanos, estoy seguro que ha servido para unirnos más en contra de estos asesinos de la patria, herederos de los traidores, que durante más de docientos años, habían intentado frenar la verdadera independencia hasta que un digno emulador de las glorias de Bolívar llegó y mandó a parar para poder ahora decir, sin temor a equivocarnos que somos un pueblo independiente y soberano y que jamás Raymas, Teochoros, Poleos, Miguel E, Otero, matacuras, Maricoris y todo bicho de uña, que por no poder disimular sus frustraciones y su odio por su derrotas de antes y las que vienen, drenan sus perversos sentimientos con publicaciones como las que la caricaturista de El Universal tuvo el descaro de realizar hace un tiempo al substituir las estrellas de nuestra sagrada bandera por impactos de balas y hace horas la no menos sagrada efigie de nuestro gran Libertador con el rostro encapuchado, es algo que no puede repetirse, a lo que hay que darle un parao definitivo y castigarse con toda la severidad que las leyes venezolanas permitan, lo otro sería complicidad por omisión y algo imperdonable, por la enrome mayoría de los venezolanos.
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