El diseño de franelas multicolores muestra en enfoques rectangulares los ojos del comandante candidato de los patriotas, Hugo Chávez. El pueblo orgulloso se siente reconocido en esa mirada única e indiscutible que habla desde sus adentros, desde su humildad, desde su compromiso, desde su firmeza, desde su invariable y terca convicción de que vamos a ser definitivamente independientes, soberanos y libres.
Y es que llevar orgullosos en nuestros pechos, la mirada del líder de la Revolución Bolivariana no es un asunto de moda ni huera pantallería. Es hacernos asta de bandera de dignidad y asumir con convicción la fuerza que representa la mirada amorosa de quien sin esquivos habla desde su alma de pueblo, de guerrero, de rebelde y nos señala el camino correcto para seguir transitando como constructores hacia la Patria socialista.
La mirada en el pecho es un desafío muy interno para acercarnos a mirar como él, a ser Chávez y reproducir en nuestros actos el corazón venezolano que lo mueve de amor para forjar libertades, construir espacios de igualdad y salir airosos en la Batalla de Carabobo que en este campo coyuntural de elecciones en octubre sellará nuestra total y definitiva independencia.
Es el momento de andar con la mirada en el pecho, llena de latidos y bríos por el socialismo.