La Universidad para el Mercosur

Confesamos formar parte de la inmensa mayoría de venezolanos y suramericanos que vemos con gran beneplácito el merecido y necesario ingreso pleno de la República Bolivariana de Venezuela al bloque de integración regional Mercado Común del Sur (MERCOSUR), lo que evidentemente nos coloca en posición muy concreta respecto a quienes, bastante definidamente también, se oponen a que nuestro país sea miembro del ese bloque regional;

También nuestra confesión nos coloca en posición frontal a quienes de manera ambigua señalan que “sí pero no”, que tal vez debimos esperar más, o que no era la forma para ingresar… u otros tantos argumentos vacíos y repetidos mediáticamente bajo el dictado instruccional de otro cerebro pensante, lo que fundamentalmente se deriva de la ignorancia o la arrogancia, que en cualquier caso constituye una triste pero peligrosa posición, máxime cuando es repetida en un espacio formativo como la Universidad...

En consecuencia vale acotar primeramente que cuando calificamos de “merecido” ingreso lo hacemos considerando que tras seis años de lucha y espera, Venezuela demostró no sólo persistencia sino el interés estratégicamente fundamentado en lo político, económico, territorial, social y cultural de participar en el Mercosur. Es decir, no se trató de un capricho coyuntural como algunos pensaron, sino de una postura estructural y visión geoestratégica.

Por lo anterior también lo calificamos de ingreso “necesario” no sólo desde la óptica venezolana, sino para la integración de todas las naciones del Sur y el Caribe, para quienes Venezuela se convierte en una especie de puente que les interconectará, máxime si consideramos la gran cantidad de convenios que nuestro país tiene previamente establecidos con los hermanos caribeños, quienes pese a conformar separadamente pequeñas naciones, en sumatoria integrada representan una significativa cantidad de consumidores- usuarios y productores de bienes y servicios, que ahora podrían intercambiar con el sur, más cercano, culturalmente identificado y políticamente más solidario que el norte o la eurozona.

Evidentemente esta incorporación ha sido esperada por los pueblos y sus gobernantes democráticamente electos para defender los intereses y aspiraciones integracionistas de las naciones, pero lógicamente rechazada por las egoístas posiciones opositoras que ven amenazados sus intereses particulares, basados en la dominación económico-comercial, cultural, tecnológica y política, entre otras, quienes ven en peligro de pérdida inminente no sólo sus fuentes de insumos y mano de obra baratos, sino además un mercado cautivo representado en aproximadamente 300 millones de consumidores-usuarios, a quienes nos han impuesto desde sus modas de vestir hasta sus patrones de consumo alimenticio, normas de calidad descontextualizadas a nuestra realidad y paquetes tecnológicos, que han sido fáciles de introducir en nuestros pueblos acostumbrados a “mirar pa´ arriba”, hacia el norte, sin ver a los lados ni darnos cuenta que nuestros vecinos Caribe-Sur existen…

Ahora bien, entendemos la oposición de los dueños de los capitales trasnacionales que defienden sus intereses. No obstante nos parece despreciable la postura asumida por algunos engolados academicistas acudiendo a la “culta ignorancia” de los pequeños y medianos empresarios, asustándoles con el “coco” del Mercosur que inundará nuestros mercados internos con sus productos más baratos llevándolos a la quiebra y la ruina. Como despreciable es la ambigüedad de quienes por “arrogancia” política se niegan a aceptar y reconocer el éxito de la Revolución Bolivariana con el ingreso al Mercosur, así como el impulso dado desde nuestro país al fortalecimiento y ampliación del bloque regional.

Estamos convencidos que todo lo antes referido constituyen puntos fundamentales para la transformación universitaria venezolana, pues evidentemente nos atañen de manera directa y desde diferentes ángulos que no podemos ni debemos evadir, sino identificar adecuadamente y valorar en sus justas dimensiones.

En primer lugar debemos comprender que pese a su origen basado en la doctrina neoliberal en 1991, y por tanto concebido sólo por obra y gracia del mercado como “Zona de Libre Comercio”, que era el interés político manifestado por los gobiernos-dependientes de los cuatro países fundadores, evidentemente ese no es el leitmotiv del Mercosur dos décadas después cuando los pueblos del sur han virado hacia la doctrina humanista, endogenista y socialista, con gobiernos soberanos e independientes, además de empeñados en ampliar y diversificar profundamente las bases de la integración.

Tal como se desprende de los discursos pronunciados por las presidentas y presidentes, perfectamente enmarcado en la lógica humanista, el tema científico-tecnológico es vital para el Mercosur, so riesgo de aislarse y retrasarse, lujo que no puede permitirse el bloque que ahora representa la quinta economía mundial.

Es indudablemente una gran responsabilidad para las instituciones con el encargo social de formar al talento humano, generar conocimientos y vincularse a las comunidades, es decir: para las universidades. Es también un gran reto, porque deberemos adecuarnos a un nuevo escenario, que ciertamente marcará nuevas pautas, hará nuevas exigencias, requerirá nuevos conocimientos científicos, el desarrollo de nuevas tecnologías, ya no tanto para “competir” al estilo del mercado capitalista, sino más bien para aportarla y tributar con más eficiencia y efectividad a nuestro aparato económico-productivo, que si no para superar a los brasileños, argentinos, uruguayos y paraguayos (cuando regresen), al menos para tener el mismo nivel y capacidades que ellos.

El otro asunto es que la integración amplia del Mercosur contempla la libre movilidad para estudiar y trabajar. Nuestras universidades y profesionales deben ser tan atractivas y dedicados como los otros países del bloque. Nuestra capacidad y eficiencia académica debe incrementarse sustancialmente en beneficio de una sociedad más culta y preparada, pues ya no sólo se trata de la Universidad para Venezuela, sino de la Universidad para el Mercosur…

Economista Agrícola.

Profesor de la UPT “Argelia Laya”

albanozam@hotmail.com


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Albano A Zambrano Q

Economista Agrícola. Profesor de la UPT ?Argelia Laya?

 albanozam@hotmail.com

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