Cuando un político que aspira a ser Presidente se ve acorralado por el peso de su ignorancia, por su falta de carisma, por su incapacidad de expresión, por falta de conexión con el pueblo, por su historial reñido y nunca desmentido con la moral y buenas costumbres, pero también con la paz y la institucionalidad de la Patria y su activa participación en la violación de los derechos humanos de venezolanos y de la soberanía de otros países, no le queda otra alternativa que recurrir a la mentira: “en Venezuela cada día se acuestan sin comer 4 millones de venezolanos “ para mencionar una sola de sus infelices afirmaciones y también agarrarse de nimiedadades como lo de la gorra que cual niño malcriado no solo se niega a no usar, sino que estimula a sus seguidores para que se burlen de la Ley y de lo ordenado por el árbitro, faltándole al respeto al Libertador, colocando en su efigie una gorra con el tricolor y la 8 estrellas, ratificando con ello su odio por los símbolos patrios, como lo han demostrado con creces, al colocar la bandera al revés, no usar la oficial de 8 estrella, bañarla de sangre, bajar la efigie del Libertador para tirarlo a la basura como lo hicieron el 11 de abril y es cuando uno se pregunta: ¿Es éso , esa cosa, lo que pretende ser presidente de la Patria del Libertador?. Dios no libre.
Pero además, es bien sabido que cuando alguien como el sujeto escogido por la derecha para irrespetar la patria con su sola presencia, ha basado su campaña en la mentira: “Este gobierno no ha hecho absolutamente nada, tiene al país vuelto pedazos, somos el “nom plus ultra” del atraso”, pero se ha olvidado de algo elemental, este gobierno si ha hecho y mucho comenzando por permitir el acceso del pueblo a la cultura, a la información, a la capacidad de comprobar por sí mimo quién le está mintiendo y quién le está diciendo la verdad, se olvida de un detallito de enorme significación, tanta que ha recibido el reconocimiento de al UNESCO y que es el paso de la oscuridad a la luz al poder leer y escribir y así darse cuenta de la realidad cuando los enemigos de la patria dicen que no se han hecho viviendas, que no se han construido hospitales ni escuelas, que lo del puente sobre el Orinoco, los metros, las fabricas etc., son castillos en el aire.
Ese olvido le va a costar a la derecha la peor derrota de su vida y al majunche su ostracismo político, pues está haciendo todo lo que está a su alcance para ser recordado como el adalid de la mentira, de la negación y del irrespeto a la inteligencia del venezolano de la revolución, que ya no es el de la llamada cuarta república, cuando era presa fácil para el engaño y acudía nariceado por la demagogia a cumplir la voluntad de mantener en el poder a los representantes de la colonia que aquí vivimos un siglo y más.
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