Por fortuna se ha iniciado un debate sobre cuál socialismo. Creo que dicho debate no puede ser llevado a cabo despachando y descalificando como pequeño burgués o estalinista, de una vez, a una u otra postura ideológica. Revisar la naturaleza de los procesos que hasta hoy se han reclamado del pensamiento socialista es una necesidad. Interrogarse sobre la burocratización y el fracaso del Bloque del Este, es también acercarse a los aciertos de experiencias (por micro cósmicas que éstas sean) exitosas y alternativas. Es el deber del debate para que éste sea fructífero y sincero.
No puede darse debate haciendo abstracción de la forma Estado que tenemos y lo que queremos construir; de las relaciones de clase en lo concreto; de la naturaleza de los bloques en pugna y, por supuesto, sobre las formas de organización que practicamos. Algunas preguntas: ¿Hay acaso una fórmula del socialismo? ¿La planificación centralizada es antagónica a la autogestión y al control directo de los obreros y las comunidades? ¿Hasta dónde se centraliza y qué se centraliza? ¿Qué se centraliza, la planificación o el control? ¿Qué hacer con las relaciones de mando y control, con las jerarquías y la burocracia al interior del proceso productivo? ¿Qué hacer con el conocimiento y la toma de decisiones? ¿Se puede hablar de modo de producción sin hablar de relaciones sociales de producción? ¿Si la producción es centralizada y el Estado propietario, se garantiza que las relaciones sociales y el modo sean socialistas? ¿Si por el contrario, la propiedad es comunal, acaso hay una desviación y una perversión? ¿Si la propiedad no es directamente estadal, ya la planificación no puede ser centralizada y la producción controlada? ¿No hay posibilidad de mixturas o de experimentos múltiples en los que proliferen experienciarios de nueva acción; en los que se promuevan distintas formas de propiedad, y de allí un modo de producción social alternativo al capital, con participación directa e indirecta de los productores inmediatos? ¿Desde dónde se construye el Estado? ¿Y la relación del trabajador con lo que se produce, con la división técnica y social del trabajo, con el tiempo de la producción y con la máquina? ¿Qué se produce, cuáles necesidades y de qué modo se distribuye? ¿Y el mercado, y el capital, y su retorno, y sus formas de acumulación? ¿Y el valor de uso y el valor de cambio, y su relación con la producción y el productor? ¿Los obreros qué son, propietarios del Estado, asalariados del Estado al servicio de la producción social; obreros propietarios sin relación con el Estado; de abajo hacia arriba solamente; de arriba hacia abajo nada más?
En la era de las multitudes, o sea, en el arco de tiempo en el que predominan las llamadas nuevas tecnologías de la información y la comunicación y en donde la producción llamada inmaterial, supera al momento del capitalismo de primera generación; es decir, a la era de la producción fordista y tailorista, del obrero masa y del obrero técnico, directamente vinculado a la cadena operativa, ¿Se puede seguir hablando en los mismos términos de la III Internacional, como si no ha pasado nada? ¿Qué pasa sobre la abolición del valor de uso a favor del valor de cambio? ¿Y el tránsito hacia la sociedad de la comunicación y el giro estratégico del Estado burgués, de un Estado coercitivo a un Estado del control? ¿Hay algún síntoma del metabolismo del capital que valga la pena tomar en cuenta a la hora de discutir las nuevas formas y relaciones sociales que se tejen desde la producción inmaterial; dirigidas al control productivo del ocio y el tiempo libre? ¿Omitimos alguna pregunta de estas preguntas o más bien buscamos nuevas interrogantes que resolver? ¿Estamos preparados para el debate o perdemos el tiempo en prejuicios y descalificaciones?
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