La organización partidista, especialmente la de tipo marxista-leninista, existe para darle direccionalidad coherente al accionar colectivo para la consecución de objetivos políticos dentro de los cuales el principal es la toma del poder.
Los comunistas venezolanos, consecuente y colectivamente, hemos construido una línea correcta más allá de fallas en su implementación o errores coyunturales, que de manera muy seria, autocrítica y responsable estudiamos para no repetirlos.
En estos días de campaña electoral presidencial vienen sucediéndose interesantes episodios que muestran que la línea política construida y señalada por quienes tenemos militancia comunista y por ende al marxismo-leninismo como guía de acción es, en términos generales, una línea correcta.
Muchos son los casos, algunos muy polémicos, en los que las decisiones de quienes militamos en el Partido Comunista de Venezuela han sido atacadas y vilipendiadas hasta por propios aliados; no nos quejamos de ello, es parte del debate social e incluso forma parte de la lucha ideológica que se desarrolla con distintos niveles de intensidad en una sociedad dividida en clases como la nuestra; eso sí, estamos convencidos que el mejor provecho que se le puede sacar a esas decisiones es mostrarlas de manera transparente para que a la luz de los acontecimientos históricos, lejanos o recientes, puedan ser evaluadas y sirvan como brújula orientadora.
Por ejemplo, en el año 1957 el Partido Comunista formuló la línea de la unidad de acción de todas las fuerzas que actuaban contra la dictadura de Pérez Jiménez e incluso propuso la exitosa construcción orgánica de la Junta Patriótica y ya sabemos lo trascendente que esto fue para dar al traste con esta dictadura; otros ejemplos, en los que el tiempo ha dado la razón a los comunistas venezolanos han sido la conformación del Frente de Liberación Nacional (FLN) y sus Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) instrumentos que escribieron páginas heroicas en la lucha contra los gobiernos traidores, entreguistas y psudodemocráticos de inicios del bipartidismo adeco-copeyano y que plantaron cara, con hechos contundentes y directos, al imperialismo gringo; igualmente el correr de los años demostró, con su inapelable sentencia, que el decreto del repliegue llamado de la “Paz Democrática” a fines de los años 60 fue una decisión dura y costosa pero correcta, la gran mayoría de los radicales “comandantes guerrilleros” que criticaron la decisión y dividieron al partido terminaron sus días (algunos hoy la continúan) como connotados miembros de la derecha proimperialista de nuestro país.
Una de las decisiones sin duda más polémicas y quizá de las más acertadas del PCV como muestra de audacia política revolucionaria en el difícil camino del transito hacia la consecución de objetivos superiores, fue el apoyo electoral a Rafael Caldera en el año 1993, apoyo que garantizó el final del bipartidmso y la libertad de los militares patrióticos presos desde el año anterior, entre ellos el hoy Presidente y Candidato de la Patria Hugo Chávez.
Pero de igual manera han habido decisiones comunistas polémicas en los años del proceso bolivariano como las necesarias criticas al Comando Ayacucho, la decisión del XIII Congreso Extraordinario de no disolver al PCV para ir a la conformación de un partido único, decisión muy criticada por organizaciones políticas hermanas que luego tuvieron que corregir su propia decisión de disolución y volver a constituir sus organizaciones; las criticas al ex-presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez y de manera más reciente las justas y responsables criticas de los comunistas y de buena parte del activo progresista y revolucionario venezolano y continental a la actuación de nuestro Estado en el caso Joaquín Pérez Becerra, posición por cierto muy duramente atacada en su momento por buen número de personas que hoy se unen al también digno reclamo y exigencia de respeto al derecho internacional y al asilo político en el caso Assange.
Esa misma historia de construcción colectiva, realizada con profundos debates, consultas y apertrechados de un importante acumulado nacional e internacional de lucha por el socialismo y contra el imperialismo nos llevan a visualizar lo acertado de la línea comunista de apoyo a Hugo Chávez como candidato presidencial desde el propio año 1998, lo avanzando hasta ahora en el marco del proceso bolivariano en cuanto a soberanía nacional y otros importantes tópicos indican que, cuando la línea es correcta, nada ni nadie puede ni confundirnos ni derrotarnos.
Militante del PCV
@edgarmelendez79