Lo primero que
quiero decir, es que este breve trabajo sólo pretende exponer algunas ideas que
ayuden a comprender la propuesta de programa de gobierno y el papel de partido en
ella. Dejaré para posterior al 7 de octubre, ya bajo la euforia controlada de
nuestro triunfo, algunos señalamientos que no profundizaré en esta oportunidad.
Es acertado que
lo presentado como programa de gobierno sea una propuesta para ser
perfeccionada mediante la Participación Protagónica del pueblo con su más
amplia discusión en las bases populares. Pero, ¿Qué tanto se cumplirá?, ¿será
sólo una consigna eso de la Participación Protagónica del pueblo en la
elaboración final del programa? ¿Quién o quiénes serán los responsables de su cumplimiento
o seguimiento? ¿Pasará lo de las líneas estratégicas?, cuyos resultados del
debate todavía esperamos, y no conocemos ningún lineamiento para corregir lo
que en dicho documento acertadamente se señaló. Ya sabemos que, no basta con redactar
documentos bien llamativos para que estos se cumplan.
Lógico es que el
Partido no aparezca en el Programa de Gobierno de un candidato, aunque creo que
ese programa debió elaborarse con participación de las bases del partido. Que
ahora con los debates en las bases se subsana eso, y las propuestas adecuadas
se incorporarán. Me parece muy bueno,
aunque eso no subsana la falta de acierto en la metodología, y no ayuda a
establecer métodos de trabajo adecuados.
Hecha esa
apreciación, como ya asomé, me pregunto, quién será el garante del cumplimiento
del Programa, acaso la institucionalidad burguesa que aún tenemos, o alguien
cree que tenemos ya el nuevo Estado Comunal -Participativo y Protagónico-. Acaso lo podrá hacer el pueblo espontáneamente,
claro que no. La construcción del Socialismo no es una tarea a realizarse espontáneamente,
sino conscientemente y planificada. Eso es precisamente uno de sus rasgos
distintivos con el capitalismo mismo y anteriores sistemas de producción de
bienes. Entonces, por descarte casi, no queda otro, que justamente quienes dirigen el proceso: el partido
revolucionario que llevó al Presidente a Jefe de Gobierno. Pero, surge otra
pregunta, está actualmente el partido en capacidad de dirigir acertadamente el
cumplimiento de ese programa. El propio candidato Hugo Chávez, en su condición
de Presidente del partido expuso en el documento llamado “Líneas Estratégicas
de acción política”, la necesidad en el partido de la transición de la cultura política capitalista a la militancia
socialista. En dicho documento aborda
una caracterización del partido, y como para muestra un botón, basta señalar
que respecto a ese punto en particular el documento señala: “Esta “cultura
capitalista” se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido
equivale a “invertir” en él, a través de sus contribuciones financieras o con
su trabajo militante, y que esa “inversión” debe ser “recompensada” o
“remunerada” con puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el
terreno de los negocios o en el mismo partido”.
El
parágrafo trascrito evidencia la existencia en el PSUV de una mentalidad
pequeño-burguesa, o menor dicho burguesa, y que es consecuencia de esa ideología
burguesa en gran cantidad de los cuadros
de dirección del partido, o de lo contrario no hubiera tenido sentido el
señalamiento del Presidente del partido, hoy candidato. Acertadamente dice el Presi
que esa mentalidad es producto de la cultura capitalista, y por la cual algunas
y algunos se creen dueños del partido o de alguna de sus partes, es la
mentalidad burguesa de la propiedad privada sobre el partido o alguno de sus
sectores, estados, municipios, o parroquias. Lamentablemente, no se dice o
aclara si es una cultura manifiesta en todo el partido, en parte de sus niveles
dirigentes o en esa base heroica que sin dirigencia salió a las calles el 12 y
13 de abril del 2002 a rescatar al Presidente y al proceso. Creo que esta
existencia de valores burgueses es la clave de lo que sucede en el PSUV. Pero
he aquí el dilema, no nacemos con los valores, éstos nos son inculcados en
nuestras familias, escuelas, medios de comunicación, amistades, por el Estado,
etc., y en el caso de un partido especialmente por su dirigencia. Esos valores se
establecen principalmente con el ejemplo. Lo señalado podría ser la causa por la cual, cuando Chávez participa en
un proceso electoral, la votación que alcanza es siempre mayor a la de otros
dirigentes del proceso, cuando son candidatos a Gobernadores, Alcaldes,
Diputados, Concejales, etc.. Ya lo reconfirmaremos, ¿será que el pueblo no ve
en esos camaradas los mismos valores que ve en Chávez?.
Bueno, por
razones de espacio me he referido sólo a la primera de las líneas a que se refiere
el documento, pero como es lógico suponer, para un partido así sería imposible encabezar
la titánica tarea de construcción del Socialismo. Entonces, es necesario, que
así como hablamos en la Constitución de la refundación de la República, que
comencemos a hablar de la refundación de partido. No me refiero a la construcción
de un nuevo partido, que si MVR, que si PSUV, no es cuestión de nombre, o de construir un nuevo partido, no es difícil
ver que el problema ha sido la metodología usada para construir el partido
revolucionario. Pero como lo importante es “qué hacer” -un calvito me robó la
frase-. Creo que una vez realizadas las elecciones de este y el próximo año,
debe iniciarse la refundación de partido, instaurando de una vez y realmente la
democracia participativa y protagónica de las bases del partido, y no me vengan
con el cuentico que así se ha hecho, cuando sabemos que el mismo Presidente del
partido y hoy candidato, en la segunda línea del referido documento señaló como
necesidad: Convertir la maquinaria del
Psuv en un partido-movimiento, al servicio de las luchas del pueblo. Y en
esta línea el documento señala que: “En
el ámbito interno, es necesario reconocer que las aspiraciones de la militancia
por lograr la democracia interna, en cierto modo, han sido frustradas por
algunos militantes con cargos de dirección o de gobierno, los cuales manejan
recursos y gestionan cuotas de poder, para imponer a sus lealtades personales
por encima de los auténticos liderazgos populares, leales a los principios
revolucionarios”.
No lo digo yo, lo
señala el Presidente en su documento. Se reconoce la aspiración de la
militancia a la democracia interna y que ésta es frustrada desde cargos de
dirección en las instituciones del gobierno o en el mismo partido. Deben ser
elecciones internas
completamente transparentes: con una comisión electoral no integrada por los
propios dirigentes jefes de grupos. Sin que los jefes de las instituciones
avasallen a los que no le son afectos, con el uso del funcionariato y recursos
de la institución en interés personal. Con contraloría de los votos emitidos en
cada circunscripción, sin que los resultados pasen por reuniones a puerta
cerrada antes de ser anunciados, en fin, plenamente transparentes y confiables,
sin ventajismo de las maquinarias institucionales. Que si hay alguien a quien
vetar, para eso está el tribunal disciplinario. Recordemos el dicho que “La mujer
del César no sólo debe ser honesta, sino aparentar serlo”. El próximo año daré
mas detalles de la propuesta.
Por ahora,
volvamos al momento actual. Una vez que
el pueblo accede al poder, o a la mayor parte
de él, no es que se acaba la lucha de clases, si no que ésta continúa su
desarrollo bajo otras formas o condiciones, ahora son las clases que conforman
el pueblo las dominantes. Y esa lucha se desarrolla en todos los ámbitos de la
sociedad –igual que lo era antes-. Ahora bien, siendo que el Estado es ante
todo el principal instrumento u órgano de sostén o mantenimiento de un
determinado status de la lucha de clases, para las clases ahora dominantes es
imperioso la sustitución del Estado Burgués por un Estado para la transición. El
Estado pasa a ser uno de los campos determinantes, sino el que más, de la lucha
por el poder, allí se atrinchera la burocracia burguesa, y desde allí cooptan a
muchos de los representantes de la pequeña burguesía en la dirección de
proceso. Recordemos que En Venezuela no empezamos conquistado el poder del
Estado, comenzamos conquistando el gobierno, y mientras el partido verdaderamente
revolucionario y los sectores organizados del pueblo no tome el Estado,
estaremos perfeccionando la maquinaria burguesa, afectándose y mediatizándose la
gestión del Estado y sus instituciones. La
dirigencia pequeño burgués no podrá imponer un Estado que mantenga la hegemonía
sobre los explotadores ya que eso va contra sus intereses económicos. Sólo
verdaderos revolucionarios podrán señalar el rumbo que conducirá al Estado a su
desaparición ante la Participación Protagónica organizada del pueblo.
El
partido revolucionario debe ser el espacio que permita un gran encuentro entre
la teoría revolucionaria y nuestra práctica, entre el programa y nuestra acción
hacia el logro de punto de no retorno. El partido debe ser la escuela de la
estrategia y la táctica para avanzar hacia el Socialismo de manera irreversible. Sin la forma organizacional de partido, sería como política sin política, como una revolución
sin revolución. La
burocracia pequeño burguesa, o sea burguesa, y sus dirigentes, desean partidos
dóciles. Los partidos dóciles desean militantes dóciles. Pero los movimientos
sociales y populares, se cansan de los burócratas, de los partidos de dirigentes
dóciles. Y tarde o temprano los mandan muchas veces, "largo al carajo".
Lamento que a muchos no les gusten mis
palabras, pero alguien me dijo que fuera leal en la acción e irreverente en la
discusión, y eso es lo que hago. Cuando se pone de
manifiesto la insuficiencia de la estructura vigente, la responsabilidad de
evitar la desarticulación de los elementos de la nueva sociedad no puede sino
recaer sobre la batalla de ideas, y a lo interno de partido, en la libre lucha
ideológica de corrientes. Esta lucha junto a la
crítica implacable a la burocracia pequeño burguesa y sus dirigentes, la educación
de los cuadros avanzados del pueblo, y su articulación para refundar el partido,
es la esencia de la “curación del proceso”.
Volviendo al
programa, es claro que el objetivo de programa es lograr traspasar la barrera
del no retorno del Proceso de Refundación de la República, hacer irreversibles
esa refundación y los sub-procesos que se derivan. Una vez claro que el
objetivo principal es lograr el punto de no retorno o irreversibilidad del
proceso, hay que tener claro que todo el
Programa posee dos ideas u objetivos macro que transversalizan su contenido: 1.
La defensa de la Independencia y soberanía Nacional, y 2. La Construcción de la
Patria Socialista. Ambos objetivos son interdependientes, pues la soberanía
reside en el pueblo, y un pueblo sólo es soberano si es consciente y ejerce el
poder. Todo lo cual sólo es posible en el Socialismo.
En la propuesta
de Programa se reconoce que es un programa de transición al socialismo, es
decir, el socialismo está por construir. Está explícito que la estrategia para
lograr los objetivos es a través de la radicalización de la Democracia Participativa
y Protagónica, y esto a su vez debe lograrse a través del desarrollo del protagonismo,
cada vez más, del Poder popular. La gran pregunta es si es os objetivos serán
el resultado de un desarrollo espontáneo, si lo construiremos con el partido y
las instituciones que tenemos, además de la dirigencia actual –no me refiero al
Presidente-. Lo que si debemos tener claro es que los objetivos no se lograran
con puros buenos deseos, ni en una sola generación. ¿Estaremos haciendo lo
adecuado para la continuidad del proceso cuando los que hoy estamos vivos no lo
estén?. La Democracia Protagónica
revolucionaria (desde abajo y critica) es la base y el eje para la
rectificación y el reimpulso. Sólo por la fuerza de la participación popular se
podrá obligar a la burocracia a dejar el poder en manos de la vanguardia
proletaria, y no usufructuarlo para su propio beneficio y el de la burguesía. Si
la estrategia adoptada es la de esperar a que las dificultades y
disfuncionalidades alcancen un punto crítico para tomar medidas, las opciones
se reducen mucho y se pierde una gran parte de la autonomía para elegir el
camino deseado. Liderazgo implica tener una visión, una meta visionaria, ese es
el objetivo general del programa, proveer esa visión al pueblo para que la haga
suya, la enriquezca, y la tenga como guía para la construcción de un mundo
mejor, por el que tanto se ha luchado y perecido desde siglos. El mundo será lo
que nos atrevamos a hacer de él. Pero para ello es y será siempre esencial el
partido. Si la economía es el dominio clave, la batalla se decidirá allí, cambiando
el modelo económico, rompiendo el hechizo del capitalismo global –pero la
intervención debe ser propiamente política, no económica.
Entonces, construir
el Socialismo no es sólo un Programa, hace falta un partido realmente revolucionario.
Cuanto más rápidamente consolidemos la tarea de crear en todas partes los
consejos comunales, en donde participen las comunidades, los trabajadores de
todo tipo (urbanos y rurales), los estudiantes, los hombres y mujeres de
cualquier edad, para que se hagan cargo de toda la vida pública, tanto más
rápido estaremos construyendo el socialismo verdaderamente democrático y
participativo. Tenemos en las Comunas y los Consejos Comunales y de trabajadores
la mejor organización de masas, de trabajadores, del pueblo, que les permite
incorporarse a una vida política independiente, educarse políticamente en base
a su propia experiencia práctica, emprendiéndose de esta manera, por primera
vez, la obra de lograr que la población en su totalidad aprenda a gobernar gobernando.
“Patria, Socialismo y Vida,… Venceremos”
felsonyajure@yahoo.es