Por un lado, tenemos unas gestiones en partidos del proceso llenas de un sectarismo grupal que, en todas sus nuevas y viejas ramificaciones, solo han procurado mantener cuotas de poder político sin tomar en cuenta para nada, ideas, propuestas, proyectos o cualquier iniciativa militante, devenida de alguien que no sea de sus entornos, cuando, por muy correctas, oportunas y necesarias que fueren, son desechadas sin justificación; estos grupos prefieren que se deteriore la legitimidad que le debe ser propia a las organizaciones revolucionarias que en el empeño democratizador, ha creado el Comandante, significando esto privilegios para familiares y amigos de unos pocos y distanciamiento por descontento para la gran mayoría de la militancia llana y consiente, sí, la misma que en los procesos electorales, se viene fajando como los buenos para darle el triunfo al Pueblo, a la Revolución y al Comandante.
Reflexivamente veamos esta realidad: Las designaciones de cargos partidistas y electorales, en sus distintas instancias, por muy estatutarias que hayan sido, no gozaron, gozan ni gozarán, de la mayoritaria aceptación militante por el evidente y desproporcionado interés personal o de grupo presentes que las subsume. Igual, perjudican gobiernos municipales que no han podido, sabido o querido, siendo su obligación legal, atender y resolver problemas álgidos donde los principales perjudicados vienen siendo precisamente, los mismos sectores populares que se nutren en reciprocidad y confianza con el sentimiento, conocimiento y la esperanza que envuelven al Presidente Chávez en su compromiso y consagración de Pueblo. Aquí tenemos: Los abusos de conductores y colectores del transporte público, la basura y la capitalista buhonería sufridas por la negligencia municipal (¿será que estos casos no dan dividendos económicos y/o políticos particularmente deseados por funcionarios altos y medios?); Gestión ministerial y legislativas en los hospitales, donde los pobres sin seguro privado en procura de su integridad física, se vienen debatiendo entre la vida y la muerte, cuando desde la llegada de los Salas Rômer y su impunidad, se propulsó, y continúa, la mendicidad para favorecer a los mercaderes capitalistas que se disfrazan de médicos, enfermeras y otros entes de la salud para engordar las clínicas privadas y a la industria farmacéutica; La inseguridad ciudadana que viene trayendo consigo la imposición hamponil de un inconcebido y jamás visto toque de queda en las comunidades, aunado al licor, la droga, prostitución, incluidos y sin miramientos, cuanto vicio se les antoje, mientras las policías municipales, estadales y nacionales, se pasean por los centros comerciales cuidando negocios, creyendo, o tal vez queriendo, ver la mercancía y el consumo por encima de la vida.
Ahora, muy a pesar de todas estas dificultades, persisten entre varias, dos razones históricas y estratégicas para insistir y votar por la Reelección del Comandante, devenidas estas de: I) Es el mismo Presidente, reconociendo las dificultades descritas, quien nos ha inducido, directa o subliminalmente, a la irreverencia de la militancia, dando muestras de su voluntad para acompañarnos, recordemos “…con las bases me resteo”; solo que ese sectarismo que cerca a la revolución, también está presente en algunas instancias de base imposibilitando su desprendimiento y movilización como respuesta política. II) Lo que realmente significa la intención de la derecha nacional entregada más que nunca a la transnacional que hoy encarna Radonsky, quien, con la rabia frustrada, el odio y sed de venganza para aplastar al pueblo de Venezuela, porque este despertó y tendió su cuerpo, alma y corazón para decir basta de sumisión y definitivamente hacer frente a la explotación capitalista aquel 27 de febrero 1989 y se decidió desde el mismo 04/F., acompañar al Comandante Chávez, convirtiéndolo, sí, cual Simón Bolívar en el siglo XIX , en referencia para los demás pueblos de América Latina y del Mundo en este siglo XXI.
Recordemos el triunfal Por Ahora!
A todos los descontentos, marginados, excluidos, pisoteados, ignorados, burlados, insatisfechos, desplazados, en fin, de una u otra manera, arrechos al no ser tomados en cuenta por razón del sectarismo grupal o individual y, muy a pesar de las cúpulas que aún persisten y haciendo bastante daño, POR AHORA, sí, solo POR AHORA, no nos queda otra que declarar una necesaria y táctica tregua, eso sí, hasta el 07 de octubre con la REELECCIÓN PRESIDENCIAL, o un poquito más, que dependería, por supuesto, de lo que pudiera ocurrírsele a la oposición irracional, porque esta gritará fraude para enturbiar la victoria, porque no le perdona al pueblo venezolano su fidelidad con el Candidato de la Patria; desde allí en adelante, con el arrollamiento a la burguesía y el desplazamiento del sectarismo interno, se empezaría a escribir la Otra Historia de la Revolución Bolivariana para no retornar jamás y construir el Socialismo.
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