Aun no ha cerrado la campaña electoral, pero ya hay un gran derrotado: El PSUV

Por aquellos tiempos cuando Hugo Chávez lanzó el llamado para que algunos partidos se disolvieran y se fusionaran en un partido único, muchas fuerzas y tendencias proclives a la revolución y la izquierda en general, abrieron un debate al respecto, sumándose algunos finalmente y negándose otros. Había muchas dudas entre militantes y simpatizantes del proceso, pues bastante se aducía el temor a que se impusiese un pensamiento único en una instancia donde coincidiría cualquier variedad de pensamiento e ideologías políticas. 

Sin embargo, se hizo un gran esfuerzo y mucha gente que incluso jamás había tenido militancia partidista, se sumó a aquel llamado, con toda la iniciativa y disposición de aportar y construir una instancia que inspirara, fijara y elaborara políticas en aras de consolidar el proceso revolucionario. Masiva fue la inscripción en el que entonces pasó a convertirse en el partido político más grande de Venezuela: el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Era un reflejo más de un país en el que hacia ya algunos años, la mayoría de sus habitantes habían decidido cambiar, pues para muchos sumarse al llamado del presidente y hacerse miembro del partido, significaba una gran posibilidad de demostrar que abundaban las ideas que les rondaban en su cabeza y querían cuando menos proponerlas y debatirlas, que se les escuchara, que se les atendiera. Muchos se sumaron con la firme convicción que el gran partido que surgía de una propuesta inicial del propio presidente, se convertiría en el gran instrumento que guiara al pueblo en su afán emancipador y por ello se consolidarían en tal espacio las grandes tesis del pueblo luchador y revolucionario Venezolano. Pero una cosa fue el propósito de una gran mayoría de la base social del proceso revolucionario y otra muy distinta lo que pudo fraguarse en esa extensión partidista, donde militar realmente, se convirtió en una autentica quimera.

El primer gran obstáculo, fue que nunca se logro una disociación gobierno-PSUV que era más que necesaria. Un verdadero partido político no debe ser apéndice jamás de ninguna otra instancia, pero más obstáculo aun fue, cuando desde las bases se manifestaba tal apreciación y desde las estructuras de dirección solo contestaban con desden, o mejor dicho: siguen contestando, a lo poco que queda en su seno, con más carácter administrado que cualquier otra cosa.

La razón como arte, la dialéctica, la democracia y la libre participación se convirtieron en una ilusión, casi llegando a espejismo en el corazón del que inicialmente creyó el pueblo, era su partido. Por contrario, la precisa realidad nos mostró que el ventajismo, la zancadilla, el maltrato y la burocratización serian el conjunto de operaciones imperantes desde su fundación hasta lo que tristemente es hoy. Un resultado final, que nos aboca a experiencias históricas muy lamentables.

La gran realidad de hoy es que el PSUV es un cascaron vació. Y como variante de ese resultado, están las derrotas electorales que hemos recibido desde su constitución. Es un partido que se parece al gobierno y ni minimamente al proceso revolucionario, dicho proceso esta muy vivo, a pesar de los burócratas, a pesar del PSUV.

En el 2007 perdimos la reforma, en el 2008 perdimos gobernaciones y alcaldías que “eran nuestras” y en el 2010 en las elecciones parlamentarias, como todo el mundo sabe sacamos menos votos que la derecha, aunque eso pudo disfrazarse obteniendo mas diputados que ellos. Esto puede notarse en síntesis, en el pobre carácter político y de movilización de la presente campaña presidencial, campaña que a la vez refleja el descontento, la desmotivación y el distanciamiento moral y ético que hay entre los jefes burócratas del gobierno (que a la vez son ministros, diputados y como no, jefes del PSUV… ah, y de una vaina que llaman polo patriótico, si mal no estoy) y el pueblo.

Sin embargo, consecuentemente este pueblo saldrá a votar por Chávez, fundamentalmente porque no quiere nada con el capital y su sistema. Pero tampoco quiere nada con los burócratas, esos mismos que repiten y repiten que tienen un partido con casi 8 millones de inscritos pero que jamás han convocado una mínima movilización independiente, sino siempre cabalgando sobre la figura de Hugo Chávez, pero cada vez con movilizaciones mas exiguas, que ya ni dar discursos inspiran. Saquen sus conclusiones, sobre quien puede estar derrotado ya, a 3 semanas del 7-O.

 

 




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