Las elecciones del 7-O; representan para la oposición un trámite o requisito, que no determina su compromiso con el país, en cambio validan y certifican el vigor de la democracia venezolana y la capacidad de nuestras instituciones y el país nacional para definir grandes momentos históricos a través de la decisión de las mayorías.
El ambiente político se siente, tal cual lo señalo Chávez hace meses; entre los militantes de la patria hay una repolarización, reunificación y reimpulso del proyecto político del presidente, miles de personas estudian el plan patrio, la constitución de la República Bolivariana de Venezuela y por otro lado, analizan la crisis económica mundial y evalúan críticamente la oferta electoral de Capriles Radonski, mejor conocida como el paquetazo neoliberal, que pretende privatizar el petróleo de todos los venezolanos, eliminar las misiones que no sean sustentables-todas las misiones-, y reducir la influencia del estado en los asuntos económicos y sociales de los venezolanos.
El escenario está planteado casi igual al del año 1998, año de la ruptura del pueblo venezolano con el pasado versus un futuro grande de libertad, justicia, equidad, autodeterminación, independencia y soberanía al lado de Simón Bolívar y Hugo Chávez.
Los términos son similares; Patria o Colonia, Independencia o Dominación, Bolívar o Monroe, Chávez en solo 14 años ha cumplido más de lo que ofreció, su gestión y su coraje lo proyectan como el presidente que necesitamos. Chávez ofrece al pueblo la igualdad de derechos políticos, la inclusión de todos, la adecuada distribución del ingreso, el acceso a los derechos humanos fundamentales como son: el agua, la energía, los alimentos, la salud, la educación, la cultura, a la tierra.
Mientras que a la oposición le pesan aun los 40 años de desapariciones, de presos políticos, de corrupción, de entrega de nuestra soberanía, de dilapidar nuestros recursos petroleros, de hipotecarnos con el FMI y Banco Mundial, de entregar nuestras reservas internacionales al poder financiero internacional y renunciar a nuestra soberanía jurisdiccional al permitir que organismos internacionales decidieran los asuntos internos de los venezolanos.
Celebro que la oposición este participando en estas elecciones presidenciales, celebro que participen con sus candidatos para las elecciones regionales, estadales, municipales y consejos legislativos y hasta celebro que obtengan la victoria en algunas gobernaciones y alcaldías, sería un irresponsable si desconozco la voluntad de la mayoría que los eligió, pero lo que más me da gusto es que el Consejo Nacional Electoral que da los resultados se erige como un árbitro impecable que da a Chávez lo que es de Chávez y a la oposición lo que es de la oposición.
Sin duda quedaran muchos registros en los canales de televisión de la fiesta electoral que se llevara a cabo el 7-O, y estos será testimonio de la salud democrática que exhibe el país, sus instituciones y el gran pueblo de Venezuela, La oposición debe saber que todos, absolutamente todos somos testigos de este proceso electoral, algunos serán acreditados por el CNE, mientras que otros como yo no lo seremos, pero sin duda estaremos pendiente como ciudadanos de este gran proceso, de la oposición depende en cierta medida el clima del 8 de octubre, perder ante Chávez no es el final de la oposición, en cambio puede aprovecharlo para mandar al pueblo un mensaje de madurez política para las elecciones regionales.
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