Con cara de vergüenza, con sentimientos encontrados, con rabia y desazón los tachirenses y pienso que igual los merideños, que creemos en este proceso, hemos registrado ser la únicas jurisdicciones regionales donde la revolución fue derrotada este domingo 07 de octubre.
Habrá que preguntarle ahora a los responsables de estas únicas dos derrotas, qué explicación tienen para lo sucedido, seguramente serán pocos y muy débiles los argumentos justificatorios como si no estuviesen conscientes de su cuota de responsabilidad, que comparten tanto quienes ejercen la dirección política como quienes detectan cargos en la administración nacional, que al decir de muchos parecieron los mejores activistas a favor de la campaña opositora, con su gestión totalmente cuestionable. Para nadie es un secreto que a la cabeza de la dirigencia regional del PSUV, hay un conjunto de personajes que con su actuación, su maltrato a los ciudadanos, votantes en potencia, la formación de pequeños feudos clientelares, las dificultades para que el pueblo pueda comunicarse con ellos, las corruptelas, tráfico de influencias, y demás prácticas propias del la cuarta república han dado como resultado lo que hoy estamos lamentando y si a ello se agrega la pésima gestión sumada a la mala atención al publico, que se puede observar en todos los organismos, llámense oficinas ministeriales, personas encargadas de las misiones, banca pública y no se diga del desastre que se observa a diario por ejemplo en Registros y Notarias donde el tufo a corrupción es más que evidente; en los cargos con casi que ninguna excepción pareciera que lo que hay son infiltrados, que no se sabe de qué manera lograron acceder a ellos para convertirse en los mejores activistas de la contrarrevolución, son personajes carentes de mística, sin formación ideológica, sin ese cordón umbilical que debe existir entre los principios y la actuación administrativa, es decir su parecido es tal con quienes en la cuarta república instituyeron las prácticas detestables que contribuyeron a facilitar los triunfos revolucionarios, que ahora a la gente no le queda otra opción que cobrarse en las urnas, valga decir que en una apreciación equivocada, aunque justificable, lo que consideran han sido gestiones alejadas del común de cambios positivos devenidos con esta revolución, que en la mayoría del país ha sido premiada como se aprecia en los resultados del día domingo.
Pero bueno, hay que aceptar que con los resultados del domingo, lo sucedido en el Táchira y Mérida, ha servido para confirmar lo que algunas personas que opinamos por Aporrea, hemos venido denunciando, igual que los han hecho personalidades preocupadas por la disfunción notable que se observa, y que ahora se ratifica en cifras, entre la totalidad del país y nuestros dos estado andinos.
Pienso que lo sucedido habrá de dar pie para que quien tenga la potestad a nivel de gobierno y partido, sin más que considerar, tome urgentes medidas que sirvan de correctivo y coloquen al Táchira y Mérida a tono con el resto del país, donde el pueblo ha respondido positivamente al llamado de la Revolución y en especial del líder indiscutible, quien debiera ser tomado como vivo ejemplo de entrega y sacrificio, por quienes a nivel partidista y administrativo tienen la responsabilidad de garantizar el avance del proceso y que lo que han demostrado es una ineficiencia tal que ha servido para ponerle en bandeja de plata al adversario el triunfo que ha obtenido en nuestros dos entes regionales.-
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