Hablar sobre la vida de los hombres que se han destacado por asumir compromisos con y para sus semejantes, no deja de ser riesgoso, pues se puede pecar al dejar de plantear lo relevante, pero a pesar de ello siempre habrá alguien quien asuma el deber, de tener siempre en la memoria la acción y el pensamiento de uno de ellos como lo es Alfredo Maneiro.
Luego de la derrota que en lo militar y luego en lo político le toco vivir a los dirigentes y militantes de la izquierda revolucionaria, Alfredo Maneiro le correspondió reorganizar el movimiento revolucionario de Venezuela cuando estaba en su peor momento, momento de dispersión, de asimilación de la derrota, de fugas y traiciones, nuevos planteamientos, de sueños y nuevas expectativas, dedicándose a la reflexión y a la acción en la posibilidad cierta de hacer posible la construcción de una sociedad distinta y profundamente democrática, buscar una manera diferente de hacer política desde las bases de los problemas de la gente: ir al portón de los trabajadores, es decir ir hasta donde están las necesidades del ciudadano común.
Hoy se puede afirmar, que el legado de Maneiro, la nueva forma de hacer política, se manifiesta en el diario quehacer del pueblo venezolano, es una experiencia que se multiplica por miles en todo el territorio nacional de la patria Bolivariana.
Al decir de quienes le conocieron de cerca, Alfredo Maneiro, fue un hombre de pensamiento y que por circunstancias de la vida fue fundamentalmente un hombre de acción, un representante de la especie humana de coraje y arrojo que enfrento sin cuartel y de manera decidida a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y más tarde con mayor brío y arresto, con entereza enfrento a la dictadura enmascarada de Acción Democrática y el Copei.
El camarada Maneiro, murió un 24 de octubre de 1982, victima de un ataque cardiaco a la edad de 45 años, en plena madurez, cuando más podía dar a su patria, a los trabajadores; fue un hombre de pensamiento profundo y atrevido en sus ideas.
Hoy a treinta años de su desaparición física, su pensamiento cobra plena vigencia, su pensamiento esta vivo en estos tiempos de la Revolución Bolivariana, y, si realmente estamos interesados en el impulso de la democracia revolucionaria y en la defensa de los avances del pueblo en la búsqueda del propio camino hacia el socialismo del siglo XXI, ahí contaremos con la estrella brillante de la guía de Alfredo Maneiro.
“un problema de particular importancia es el relativo a la calidad revolucionaria de la organización. Por calidad revolucionaria, entendemos la capacidad probable de sus miembros para participar en un esfuerzo dirigido a la transformación de la sociedad, a la creación de un nuevo sistema de relaciones humanas. Como quiera que tengamos el íntimo convencimiento de que un esfuerzo de tal naturaleza sólo se puede realizar desde el gobierno, sólo puede ser un propósito estatal, parecería entonces que una petición de calidad revolucionaria no puede realizarse ANTES sino después de resolverse, en beneficio de una organización cualquiera, el problema político”
Alfredo Maneiro.
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