Satanás retomó a la MUD por asalto

           Juan Vicente Gómez, no se puso a esperar que su compadre Cipriano Castro, se muriese. Menos, pese tener fama de brujo, hizo uso de esas presuntas malas artes intentando que eso sucediese para quedarse con la presidencia. Al contrario, fue delicado, sutil, perspicaz y hasta fingió de generoso.

            -“¡Váyase compadre! ¡Busque afuera la cura a sus males que yo, su compadre de sacramento, paisano y camarada del grupo de los sesenta, le cuido el coroto!”

           -“Cuando regrese sano, aquí estaré esperándolo para devolverle su silla.”

            Don Cipriano, seriamente afectado de los riñones, según dicen en varios textos e informes, se fue presuroso en procura de salud, con la certeza que Juan Vicente, velaría por el país y su seguro retorno al poder. Gómez, ni los suyos, se pusieron a rezar por los rincones, menos a armar zaperocos, como si a un presidente le estuviese prohibido enfermarse.

            Simplemente como querían el poder para ellos y los gringos se encargaron de abonarles las agallas, ¡vainas del petróleo!, una vez que Castro salió del país, formaron nuevo gobierno y aquéllos mandaron tres barcos suyos a cuidar, uno todavía no sabe qué. Porque es demasiado evidente que Gómez tenía todo bajo control. Además, es bueno decirlo, aunque parezca innecesario y ajeno al tema, el caudillo de “La Mulera”, era poco dado a hablar pendejadas y sí muy prejuicioso como para ponerse a jugar con la muerte. Tampoco, al parecer, era dado a desearle la muerte a nadie, simplemente mandaba a matar. Menos pensando que, eso de pedir por la muerte de alguien, se asocia a Satanás, el Diablo y no a Dios; Juan Vicente, aunque fuese de vez en cuando y de cuando en vez, tenía cierto respeto por sus principios y valores católicos.

          A Caldera le diagnosticaron un cáncer prostático. Salvo un “adivino” o astrólogo, quien quizás aspiró salir del anonimato, en esos días Adriana Azzi se ganaba sus buenos reales “construyendo futuros”, le anunció una muerte  tempran; a nadie de la oposición se le ocurrió utilizar aquello como arma política y no porque el presidente mandó preso al charlatán. Ni siquiera los copeyanos, a quienes había desplazado con una nueva versión familiar del socialcristianismo llamada Convergencia, y él llamó “chiripero” para satisfacer los apoyos externos, se pegaron de santurrón o demonio alguno para pedir que el viejo patriarca abandonase este mundo. En efecto, murió años más tarde, como quiso Dios y bastante avanzado en años.

            A Francoise Mitterrand, “La Esfinge”, siendo presidente francés, le operaron varias veces por padecer cáncer y no abandonó el poder o mejor su rol. Tampoco supo uno que algún francés, ni siquiera alguien de la familia Le Penne, de la ultraderecha, nazi fascista, se pusiese a prender velas y rogar a los demonios para que se lo llevasen.

            Gómez, Pérez Jiménez, Betancourt, Leoni, mataron, torturaron, vejaron y expulsaron del país a gente por montones. Decir por esto que “violaron, patearon, ultrajaron la Constitución” parece ridiculez, bobería y pacaterìa. Pero aún así, nunca se supo que se constituyesen grupos de llorones, aquelarres, para pedir a los demonios que les bajasen con prontitud sus respectivas mortajas.

           Lo que no equivale afirmar que no les hubiesen lanzado  algunos atentados. Lo que generalmente pagaron quienes en aquellos hechos incurrieron.

           -“Qué se me quemen las manos si las meto indebidamente en el erario público”, dijo Betancourt.

            A los pocos días, como cosa de chanza, cual suelen decir en mi pueblo, volaron con explosivos el carro presidencial en el cual viajaba y, entre otros daños, le quemaron las manos. Pero quienes aquello hicieron, actuando en concreto, en el mundo real, pagaron sus culpas.

           En la MUD es otra cosa. No se atreven a “lanzar la parada”, por lo menos ellos. Lo que no niega que aliados suyos anden en eso. Los jefes y jefecitos de la mesa, saben que la cosa es riesgosa. Como también que con votos no sacan a Chávez de Miraflores, ni contando como aquellos bodegueros de hacienda de terrateniente, que solían sumar, “una torta e` casabe y de casabe una torta, son dos.”

           Por falta de talento, talante y competencia para la política, apoyo popular, se han convertido en brujos y satanizadores. Dejaron de ser Comando político y se hicieron adoradores de Satanás. Lo que es lo mismo, de mesa, le convirtieron en antro del Diablo.

            Desde los primeros días que el presidente anunció al país su padecer, dejaron libros o cartillas y asumieron los “peretos” de la brujería. Si Chávez  va a Cuba a tratarse, no es un hombre que puede estar simplemente necesitado de un tratamiento, menos unos días de descanso, sino un moribundo y se fajan a rezar que eso sea. O lo repiten esperando aquello de “tanto va el cántaro al agua.”

             En Diciembre, Teodoro Petkoff, quien ronda los 85 años, ¡cuidado con vainas y son más!, lanzó la bola que el presidente estaba por morirse y quería dejar a uno de los suyos atornillado en la silla, como si eso fuese posible. Sólo quería ser “boca de chivo al revés”, es decir, anunciarlo para que se diesen sus deseos.

          Ahora, cuando Chávez vuelve a Cuba a un chequeo y tratamiento, cosa normal en quien ha pasado por el trance suyo, vuelven a vestir ropajes de brujos, asumir sus peroles y lanzar las mismas letanías necrofìlicas. Mientras tanto, los votos regionales, se les escapan como agua entre las manos.

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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