Comuna en construcción #50

El VAO y la Caracas enferma

Mientras la oposición sigue obsesionada por sacar al presidente Chávez del juego político venezolano y de los corazones de los ciudadanos que aman al país, son pocos, por no decir que ninguno de ellos se ocupa en plantear soluciones a los verdaderos problemas del país y de sus ciudades, esto hace que a su vez quienes hacen políticas públicas para la resolución de los conflictos no tengan una contraloría social eficiente, y mal interpreten, de buena voluntad el pensamiento robinsoniano de "inventamos o erramos".

La ciudad de Caracas es una ciudad enferma, ya que lamentablemente el exceso de concentración de poder a través de instituciones, centros financieros, y mucha liquidez ha atentado contra la planificación para su crecimiento, su saneamiento y correcto poblamiento.

La ciudad de Caracas, cuyas dimensiones poseen una limitación de crecimiento, cada día incrementa su densidad poblacional, ya no sólo por el espacio que ocupa los habitantes, sino por los espacios que ocupan sus vehículos, escombros, basura y comercios, convirtiendo nuestra capital en un espacio inhumano, que sólo es útil para obtener dinero a cambio de poner en riesgo tu vida permanentemente.

En este sentido, la calidad de vida, aún a pesar del esfuerzo de los diversos gobiernos locales, y del extraordinario ejercicio de recuperación patrimonial y de espacios públicos encabezado por la Jefa de Gobierno y por el Alcalde del Municipio Libertador, ha definitivamente mermado, ya no sólo por el problema de la inseguridad, sino por el tiempo vital perdido en las colas caraqueñas, o los retrasos del Metro.

Si algo me precio en valorar es el tiempo de los demás, y la inversión de tiempo en el desplazamiento dentro de la ciudad sigue siendo la excusa perfecta para aquello que no respetan el tiempo del otro, pero lo peor es que tienen razón. Este problema tiene una solución de fondo, Caracas debe dejar de ser la capital o debe desconcentrar los poderes, diseminándolos en otras ciudades o reconcentrando los mismos en una nueva capital, como sucedió con Río de Janeiro y Brasilia.

Sin embargo, existen algunas medidas que pueden paliar la situación actual, y aunque las he enumerado en varias oportunidades, vuelvo a hacerlo hoy:

Más que el VAO (Vehículo de Alta Ocupación) de la autopista, la modificación de los horarios de entrada y de salida de los asuntos de movilidad más importantes de la ciudad, por ejemplo: entrada y salida del trabajo, ¿Por qué todos debemos entrar y salir a las mismas horas?, horarios escolares, horarios de prestación de servicios, etc., cuestión que permitiría descongestionar las vías y servicios de transporte de manera planificada.

Desincorporación en el parque automotor de las unidades que no se encuentren aptas para el desplazamiento o que sean altamente contaminantes. El ciudadano que posea un vehículo debe garantizar la capacidad de su mantenimiento para así no poner en riesgo la salud y la vida de los otros ciudadanos. Esto impactaría en no menos del 30% de la actual flota.

Nacionalizar el transporte público. Con esto no quiero expresar idea alguna de expropiación de las unidades de transporte actuales, sino, generar una verdadera alternativa de transporte masivo en manos del Estado, y la eliminación de unidades de transporte chatarras que maltratan y ofenden la necesidad de transporte de los ciudadanos.

Reordenamiento de las líneas de transporte y paradas para evitar el caos que genera paradas como el de las camionetas que van al Paraíso y parten de plena Av. Baralt, por ejemplo.

Cumplimiento estricto de las normas de tránsito. No es necesario nuevas leyes o reglamentos, es necesario sólo hacer cumplir las existentes, teniendo a funcionarios que en lugar de estar chateando con su teléfono en las esquinas, apliquen, sin matraqueo, sus funciones.

Construcción de una vía periférica para el transporte pesado, que obligue a sacar de las vías principales de las ciudades a los camiones. Este plan existe, está desarrollado en el ministerio con competencia y ha sido planteado varias veces por el arquitecto Fruto Vivas.

El incremento del precio de la gasolina, que generaría un incremento en la conciencia de su gasto. El asunto es como hacerlo proporcional, evitando a su vez el impacto en la economía nacional.

Y aún más elementos que por un asunto de espacios no puedo enumerar. Estoy seguro que gran parte de este asunto se puede y debe resolver con voluntad política y trabajo coordinado. Esta misión debería ser competencia de un Alcalde Mayor, que con el apoyo del gobierno nacional articule el desarrollo de este conjunto de políticas, y por ello estoy convencido de la importancia de la elección de un conjunto de Alcaldes que demuestren voluntad de trabajo coordinado y armónico con el gobierno nacional, y con la autoridad suficiente para lograr este fin.

nicmerevans@gmail.com

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@NicmerEvans


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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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