Violación de la ley, sin ley, ilegal, criminal, desorden, confusión, desmadre, despelote son expresiones que aluden al tráfico urbano y dibujan el estado de caos o ruptura que parece signar la vida capitalina.
Vivimos o sobrevivimos persuadidos de una sociedad caracterizada por la ruptura o ausencia de normas sociales y legales. Sufrimos tanto la degradación de las normas como la imposibilidad de llamar a las cosas por su nombre, suerte de anomia del lenguaje. Transitamos peligrosamente entre la ausencia, ruptura, colapso del sistema de normas y la confusión, el desorden y la negación del principio de autoridad, en tanto degradación del poder.
En cuanto al tránsito, asistimos a una suerte de ruptura de pactos de convivencia entre peatones, motorizados, transporte público y vehículos privados. Quiebre expresado en la forma en que se transita por los espacios públicos, en el desprecio absoluto del derecho del otro y en una serie de conductas observables que configuran en este sector un conjunto social anómico. La caótica situación del tránsito proviene del colapso de las normas y de una ausencia ¿aparente o real? del poder público. Tal situación no solo violenta las legítimas pretensiones de la ciudadanía de “vivir mejor”, sino que la convence de su impotencia e incapacidad de dirigir su destino; mientras que el gobierno impone leyes y medidas que luego es incapaz de hacer cumplir. Toma cuerpo el convencimiento de que se vive entre la anomia en lo social y la anarquía en lo político.
Las noticias dibujan un país al margen de la ley y refuerzan la convicción de que impera la ingobernabilidad: “Motorizados agudizan el caos vial” y generan “anarquía”. “Tráfico lento y fatigoso”: No hace falta ser un experto en asuntos viales para darse cuenta de que el tránsito en Caracas empeora cada día. “Un atasco que paralizó Caracas”: una gandola causo la congestión” y “durante 18 horas la autopista Francisco Fajardo fue un infierno”. Impera la duda en torno a normas, leyes y medidas: “Vao en la fajardo agudizó las colas”…y “convirtieron la ciudad en un infierno”. “Critican irregular aplicación de las normas de tránsito terrestre” y se denuncia que “Se ha desdibujado figura del fiscal de tránsito” y se aplican medidas espasmódicas, mientras que “el problema de fondo es la anarquía y la impunidad.”
¿Hasta que el cuerpo aguante?
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