Con tu acostumbrada firmeza en la voz, sólo quebrada alguna vez al evocar a nuestro llano querido…
Con tu acostumbrada espontaneidad, jamás fingida ni en los más aciagos momento del 4 de febrero o del 11 de abril…
Con tu acostumbrada sinceridad, mirándonos a los ojos a través de las cámaras para hablarnos desde tu alma…
Con tu acostumbrada claridad, poniendo el énfasis necesario en cada palabra para evitar confusiones…
Con tu acostumbrada responsabilidad, asumiendo el gran compromiso que tienes con nosotros tú pueblo…
Con tu acostumbrada sencillez, usando lenguaje simple para explicarnos algo tan complicado…
…así nos enteraste de tu estado de salud, con tu estoicismo de siempre, tu amor patrio, tu amor de hombre o mujer, de niña o niño, de jóvenes y viejos…
Así fue Comandante que nos llamas una y mil veces a la unión, a la unidad por la Vida, a deponer mezquindades individuales, a seguir luchando por esta Patria que nos recuperaste después que nos quitaron la que Bolívar nos dio.
Así fue Comandante que nos llamas a entender que tu ya no eres tu...que tu eres nosotros y nosotras, vaya si lo entendemos, vaya si lo valoramos, vaya si nos Amas…
Así es y será Comandante que nos has tocado la más íntima y sensible fibra de nuestro ser, para reflexionar hoy en cada palabra tuya, en cada consejo tuyo, en cada esfuerzo tuyo, en cada idea para que esta Patria Buena sea mejor que nunca…
Imposible enfrascarnos en nuestro egoísta pensamiento para pedirte más. Innoble sería pedir más sacrificios al titánico soldado que remontó la cuesta de tantas batallas, coronando una más el 7 de octubre.
Impostergable no decirte que mereces descansar para recuperarte, pues nosotros tú pueblo aceptamos ser Chávez y que por tu enseñanza, Chávez somos todas y todos.
Como imposible evitar que una lágrima rebelde humedezca nuestros ojos de varón mientras escribimos, o que un nudo en la garganta nos obligue a carraspear para seguir hablando de tu coraje, con tu coraje y por tu coraje…
Ese mismo coraje que se convierte en Fuerza y nos lleva a reflexionar en tu desprendimiento por esa gran condición supra-humana que, más allá de tus dolencias individuales, personales, biológicas y humanas, te lleva a seguir pendiente de las dolencias de la Patria y nos pides seguir la lucha bajo el mando de tu pupilo…responsabilidad tan grande que sólo tú en tu gran sabiduría de maestro demostrada e infinito amor profesado, sabes en quien depositar.
Impropio de un universitario, pero imperdonable en un revolucionario, sería no atender tu llamado a continuar la lucha, a continuar tu ejemplo a continuar tu senda…
Comandante de la Vida, de la Fuerza y el Amor: quiera Dios que seamos merecedores de esa tu dedicación, de esa tu preocupación, de esos tus desvelos…
(*) Economista Agrícola.
Profesor de la UPT “Argelia Laya”
“Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado…”.
(Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Artículo 57.)
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