Momentos aciagos para el presidente del país, de la revolución bolivariana, del PSUV y líder de la nación Hugo Rafael Chávez Frías. La gran mayoría del país vimos el sábado a un ser con un verdadero talante de hombre que se crece sobre las adversidades, un hombre de esos que sólo nacen cada 100 años, digno, como pocos, de llamarse líder.
El padecimiento de la enfermedad que lo aqueja ha acelerado cosas en el país, ya que aunque conocíamos de su enfermedad, lo que nadie pudo medir, más allá de algunos pocos con mala fe, era la magnitud y los tiempos de evolución de la misma, que han conducido ha tomar decisiones apresuradas en función de garantizar la continuidad de una gesta soberana e independiente de reconstrucción de la patria venezolana.
Es en ese sentido, con la cabeza fría y el corazón caliente, que Chávez nos ha convocado a reflexionar sobre la situación que lo aqueja, y que al final, nos aqueja a todos por igual. En este sentido ha planteado un escenario, que aunque no deseado por la inmensa mayoría del país, no deja de ser una probabilidad, y es que no pueda asumir nuevamente el cargo de presidente de la República. Esto, aunque nos conmociona y nos enmudece de tristeza, ya que la ratificación del pueblo de que esto fuera así se expresó el 7 de octubre a pesar de las adversidades y a sabiendas de los riesgos que implica padecer de cáncer, no deja de ser una gran responsabilidad para con el objeto último de la revolución que Chávez inició, el pueblo venezolano en su conjunto.
Es en ese sentido, y en función de la ratificación de unidad que caracteriza al pueblo que ha asumido el liderazgo de Chávez como fundamental para el proyecto socialista de patria, creo urgente reflexionar sobre la petición expresa de Chávez de asumir a Nicolás Maduro como el designado por él a garantizar la continuidad del proyecto.
En función de sumar a su petición, y en virtud del gran avance de la cultura política de nuestro pueblo, creo importante la legitimación de esta petición, por el sano juicio de la historia. Esto lo planteo con base en los Estatutos del PSUV, Artículo 4: De los principios organizativos, que expresa entre otros: ..."Dirección colectiva en todas las instancias." y ..."Ejercicio constante de la crítica y la autocrítica, ante los propios errores y los de los otros u otras, con un estilo correcto dirigido a la superación de los errores."
Y en específico, con base en el artículo 5, que versa sobre los método de la democracia interna:
"Para la toma de decisiones y elecciones internas el partido podrá utilizar diversos métodos: elección directa, universal y secreta; cooptación elecciones de primero, segundo o tercer grado; opinión y consenso, los cuales se determinaran por las diversas instancias de dirección de acuerdo a las condiciones política."
La legitimación de la propuesta del líder Chávez, permitiría tener la garantía, no sólo del respeto a las normas, por cualquiera de sus métodos o procedimientos, sino, permitiría demostrar la unidad y fortaleza ante la adversidad.
Deseo el mejor de los escenarios, y que en todo caso está legitimación no sea necesaria, pero la realidad nos sobrepasa, y Chávez ya nos ha puesto en la senda de la realidad, Chávez hay uno sólo, aunque en este momento todos debemos convertirnos en Chávez, para conducir los destinos de la nación hacia buen puerto, con la unidad e indivisibilidad que nos ha enseñado Chávez, producto de su temple de acero.
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