Quienes me hacen el honor de leerme, alguna vez han percibido que nunca me ha gustado esa consigna. La he calificado como anti dialéctica y hasta oportunista. Obviamente es mesiánica, personalista y compromete la conducta de quien la asume al destino y lo que decida hacer aquél con quien se ata de manera tan rígida.
Pese a lo dicho anteriormente, por las palabras del presidente anoche, las causas de su ausencia y su previsión por lo que pueda depararle el futuro, por el Chávez de ahorita, el histórico, quien ha hecho lo que ha hecho hasta ahora, aún con sus inevitables errores, hoy digo con énfasis ¡CON CHÀVEZ TODO, SIN CHÀVEZ NADA!
Chávez tuvo la audacia, una de las cosas que más le admiro, aunque todavía no le comprendo suficientemente, no sólo de declararse socialista desde el gobierno, lo que como una definición personal no es nada fuera de lo común, sino de posteriormente, casi de inmediato, señaló que el rumbo de su gobierno era transformar la sociedad venezolana de acuerdo a aquella declaración. Ha habido en el mundo, en Europa la experiencia abunda, oportunidades de gobernantes definidos ellos y sus partidos como socialistas y habiéndose comportado como conformes con lo que decían adversar. No sólo dejaron todo como lo encontraron; lo que es peor, gestionaron para fortalecer el estado de cosas que encontraron.
Todavía recuerdo, no sin dolor, cuando Françoise Mitterrand, miembro del Partido Socialista, presidente de Francia, patria de Jean Paul Sartre, quien rechazó el Premio Nobel que se le acordó, alegando entre otras razones la represión a que era sometido el pueblo venezolano en los tiempos de Betancourt o Leoni, plegó su gobierno a la política británica en momentos que se agredía a Argentina por la disputa sobre las islas Malvinas.
Europa està llena de partidos socialistas que de eso solo tienen el nombre; actúan de manera que hasta expertos les confunden con los de la derecha. Josè Luis Rodrìguez Zapatero en España y el actual presidente de Francia, son ejemplos de lo que decimos.
Chávez ha mostrado hasta ahora su templanza y consecuencia con los principios que asume. Dice lo que hace y hace lo que dice. Tanta es su consecuencia que suele ser imprudente, como para no dejar dudas.
El Chávez que hoy, después que la AN le conceda el permiso respectivo, marcha otra vez a Cuba a una nueva operación, dejó entrever la gravedad de la enfermedad que le agobia; pero también ese Chávez que hoy va someterse a una prueba crucial, deja una trayectoria que merece se le honre con esa consigna.
La unidad del movimiento revolucionario venezolano, es en gran medida labor y méritos del presidente. Un viejo amigo, de quien nunca pensé escuchar aquello, me dijo una vez con emoción:
-“A Chávez nos lo mandó Dios.
El “arañero” no sólo fue capaz de unir a los revolucionarios, dispersos, enfrentados por cuestiones que no son irresolubles, hasta por una coma en el discurso y al pueblo venezolano, al cual aquéllos nunca pudieron incorporar `por distintas razones que Chávez supo descifrar.
Por estas cosas, a este Chávez que cuando esto salga, posiblemente esté en Cuba, yo no dudo decirle “con usted todo camarada, sin usted nada”. Por eso me uno, sin duda alguna a quienes comparten su actitud de fortalecer con amor a la idea de respaldar al camarada Nicolás Maduro. Porque de esa manera, seríamos coherentes con el respaldo que merece el proyecto que usted maneja. Proyecto viable e inevitable, pese su lentitud, por las dificultades y fuerzas que le enfrentan. No obstante las omisiones que suelen hacerse para no sembrar el camino de más abrojos.
Por todo lo anterior, váyase tranquilo presidente. Cúrese, sé que eso es posible y asì serà, porque a un hombre como usted es difícil derrotarle en cualquier terreno y más si tiene millones de personan que le aman y trasmiten sentimientos positivos por lo que usted es y la falta nos hace.
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