Anoche en medio del frío quiteño en donde me encuentro realizando estudios de postgrado, quedé sorprendido y apesadumbrado cuando haciendo la acostumbrada lectura del portal Aporrea para enterarme a la distancia del acontecer de la Patria, leí las palabras que acababa de dirigir al país el Comandante Presidente Hugo Chávez.
El nudo en la garganta se mezcló con un sin fin de sentimientos encontrados, por un lado el observar como el Comandante Presidente asumió con el mayor estoicismo y responsabilidad ante la nación la difícil situación de su salud es una clara demostración de su compromiso con la Patria, hecho que sólo un gran líder y estadista hace. Pero por otro lado el escuchar de su voz la posibilidad de una posible ausencia permanente simplemente me palideció y acongojó.
El recibir una noticia de esta magnitud fuera de las fronteras venezolanas lo hace a uno sentirse aún más impotente, ya que son más reducidos las vías de información veraces, y la canalla mediática empieza a moverse a escala continental para manipular y dividir. En la mañana salí con desazón a recorrer las calles y en medio de la soledad recordaba como en los treinta y dos años de mi vida la figura de Chávez había sido orientadora de un cambio de paradigma.
Tenia doce años cuando aún no comprendía muchas cosas de la vida, pero recuerdo claramente como un cuatro de febrero de 1992 ante todo el país este desconocido dijo un “Por Ahora” que se impregnó en nuestros corazones, cada uno de quienes escuchamos esas palabras independientemente de la edad fuimos testigos de la entrada en el escenario político de un hombre que decía y hacia lo que el pueblo quería, y en una decadente democracia puntofijista eso era un atributo casi inexistente.
Mi adolescencia transcurría de forma tan fugaz que casi desprevenidamente llegué a los dieciocho años con la oportunidad de ejercer mi derecho al voto por primera vez, y de nuevo esa figura que hace seis años había visto en televisión recorría cada pueblo, hablaba de Bolívar, y proponía una constituyente para refundar la Patria. En cada esquina, café, plaza no se hablaba de otra cosa que no fuera Chávez, su verbo encendido hacia reverdecer las ganas de luchar por el país en cada venezolano. Como millones, yo fui uno de los que encontró ese año no un candidato por quien votar sino un líder con identidad y proyecto que nos proponía una nueva forma de hacer política.
Hasta hoy ya van doce años que yo como un humilde soldado he acompañado unas cuantas batallas por el pueblo bajo la dirección del Comandante, saliendo a alfabetizar las comunidades más alejadas, realizando trabajo con el Frente Francisco de Miranda, formando compatriotas en las Misiones Ribas y Sucre, luchando contra la reacción en la universidad y promoviendo la constituyente universitaria, resistiendo en las calles los golpes, guarimbas, paros patronales, en fin viviendo el Socialismo, y aprendiendo que el mismo no es un libro viejo colocado en una repisa, sino es la sonrisa del anciano que aprendió a leer con la Misión Robinson, o el niño que le fue salvada la vida por Barrio Adentro, o el profesional que con sacrificio se graduó en la Misión Sucre, o el poder decir con orgullo hoy que somos libres, soberanos y que luchamos contra el imperialismo, todo eso y mucho más aprendí y aprendimos con usted Presidente.
En esta hora dificil que usted vive no puedo sino unirme a los millones que le enviamos fuerza positiva para que su recuperación sea total, y continué dirigiendo esta hermosa Revolución Socialista. No desfallezca Presidente, ya que usted es más que un Jefe de Estado para nosotros, es usted nuestro Padre, Hermano, Amigo, Apoyo, y el que siempre interpreta lo que el Pueblo quiere. En doce años siguiéndolo hemos ido aprendiendo que la voluntad del Pueblo sólo se palpa en su verdadera dimensión si uno camina, toca, huele, ríe, sufre, llora, lucha, y se entrega a él. Y puede estar usted seguro que los millones de hombres y mujeres en Venezuela, así como los cientos que gracias a la Revolución estamos estudiando en el extranjero, vamos a defender el Proyecto Socialista con nuestras vidas si es necesario, y que el Socialismo en nuestro país ya esta en un punto de no retorno, y los hijos e hijas de Bolívar no vamos a dejar que la Patria vuelva al vasallaje neocolonial en el que se encontraba.
Comandante, recupérese, descanse, y este tranquilo que con lealtad seguiremos el camino trazado por usted, y con mucho celo y ojo avizor vamos a estar cuidando esta hermosa nación que usted a rescatado, y no lo vamos a decepcionar, ya que usted ha sido un maestro excepcional. Esperando su pronto regreso, le manda un caluroso abrazo un venezolano desde la tierra donde se inmortalizó Sucre, y con voz clara y resonante le digo: ¡¡¡Junto al Pueblo el Comandante Vivirá y Vencerá!!!
Daniel Quintero Rodríguez
rebeldeyconcausa@gmail.com
@rebeldyconcausa
Quito-Ecuador
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