En política las casualidades no abundan, y en este trágico mes de marzo no sólo se ha movido el ajedrez continental sino que el imperio le dio un golpe al tablero y neutralizó (físicamente pero no en sus ideas) a uno de sus más fieros rivales desde la Guerra Fría: el Comandante Presidente Hugo Chávez. Pero desde el punto de vista estratégico y táctico el imperialismo no hace semejante movida sin tener un plan completamente definido para la próxima década con el fin de recuperar su zona de influencia que tenia catorce años seriamente comprometida.
Las llamadas operaciones de acción psicológica mediática se manejan con distintos grados de intensidad, y en este momento de desconcierto para la izquierda venezolana y latinoamericana por la partida de uno de sus máximo lideres, seguramente el gobierno estadounidense iniciará lo que ellos llaman un “proceso de transición democrática” en la región (que no es otra cosa que restablecer el orden en sus neocolonias para extraer sus recursos y alinearlas a sus intereses hegemónicos).
Entre los múltiples escenarios que los organismos de inteligencia del capitalismo mundial, deben haber planteado están: intervenciones militares indirectas (Tipo: Libia o Siria), deslegitimación de gobiernos (Con el discurso de vínculos con el terrorismo o de no apoyar la lucha contra el narcotráfico), golpes de estados parlamentarios (al estilo Honduras y Paraguay), insurrecciones a través de ONGs financiadas con dineros públicos norteamericanos (con el esquema de revoluciones de colores en Ucrania que tienen en las llamadas “manitas blancas” su versión criolla), instauración de gobiernos de transición en el extranjero, o desaparición física de figuras de primer orden (atentados clásicos, o un método más sofisticado como inoculación de enfermedades, esta última técnica conforme pasan los días toma más fuerza como posible causa del fallecimiento del Presidente Chávez).
Pero, aún el teatro de operaciones se presenta adverso para una intervención directa especialmente en Sudamérica, y sabiendo que uno de los espacios más sensibles dentro de cualquier ser humano es su sistema de creencias, los planes van dirigidos a apuntalar un neocatolicismo latinoamericano en torno a un Papa nacido en estas tierras, que arrastré un sentimiento de solidaridad automática y vaya paulatinamente desmontando las ideas socialistas, emancipatorias, de unidad continental y resistencia que los ciudadanos de esta parte del mundo han venido internalizando.
El reciclaje y adaptación de estrategias para derrocar sistemas o gobiernos que no estén dentro su ámbito de control, no es nuevo, el imperialismo diversifica viejas formas e intenta aplicarlas hasta tener el tino necesario para producir el desplome de los mismos, y si se compara la asunción de Juan Pablo II en los años ochenta, se ve claramente como el capitalismo mundial erigió la figura de un pontífice nacido en una nación que estaba dentro del bloque socialista de Europa del Este (Polonia) para iniciar un largo proceso de presión e insurrección a través de movimientos sindicales, estudiantiles y religiosos que terminarían afectando la estabilidad del sistema soviético, que sumándose a otros factores implosionarían finalmente a la URSS.
En la actual crisis económica que afrontan los países de Europa occidental y norteamérica se reeditan las alianzas conservadoras de los años ochenta del siglo pasado, y con otros matices los Juan Pablo II, Thatcher, y Regan son ahora Francisco I, Cameron, y Obama, y el continente con más católicos seguramente será invadido por la canalla mediática con una matriz mesiánica de “falsa redención”, “Amor servil” y de “expiación ideológica” para que el pueblo que en esta ultima década se ha ido formado políticamente se desentienda de la importancia de la lucha por el socialismo y se vuelquen a la feligresía medieval que imperó largamente en territorio latinoamericano, en donde se adoctrinaba desde los púlpitos a ser buenos esclavos del capital, y sumisos ante el sufrimiento que les imprimían las oligarquías, con la fe que todas las penas en este mundo pasajero eran una penitencia para la vida eterna.
La batalla no es fácil, y creo que en estos años de despertar continental, hombres como el Comandante Presidente Hugo Chávez con el ejemplo mostró lo que es ser cristiano de praxis y no de mera palabra, asimismo hay un contingente de sacerdotes, pastores, y creyentes de diferentes tendencias que inspirados en la Teología de la Liberación seguramente seguirán siendo luchadores por los pobres antes que voceros de oscuros juegos políticos papales. Asimismo, como dice el compañero Fidel Castro hay quienes somos crísticos, y que a pesar de no practicar ninguna religión seguimos las ideas de ese gran revolucionario llamado Jesús, que se enfrentó al imperio romano, y que en el trabajo voluntario, la construcción de la justicia social en este mundo, y la supresión de toda explotación, intentamos mantener su legado. Esperemos que la tonalidad roja rebelde de nuestra sangre no se deje opacar por humos blancos venidos del vaticano.
Viviremos y Venceremos!!!!!!!!!!!!!!!!!
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