El corazón ardiendo con la pasión, con la solidaridad, con el amor profundo que nos inspira nuestro querido líder y con la decisión de seguir impulsados por el fervor revolucionario hasta siempre. La cabeza fría para el análisis racional, sensato, realista que nos debemos todos en esta hora. Es esto lo que ensayáremos en estas líneas, tratando de ir, como tratamos siempre, más allá de las apariencias, más allá de la superficie, de la fachada que a menudo oculta la realidad. Corramos ese riesgo.
Lo primero, lo que seguramente es obvio para todos, es que la derecha está actuando una vez más con su consabida hipocresía, vomitando palabras de “solidaridad”, mientras empieza a sacar turbias cuentas y a hacer lo que siempre hacen: tergiversar, manipular, engañar, generar matrices virtuales.
De nuevo la oposición usa el tema de la enfermedad de Chávez para tratar de apartarlo y salir de él. En la sesión de la AN del sábado se propusieron promover la declaración de “falta temporal” o “absoluta” del Presidente, cuando el pleno legislativo fue convocado para darle curso al artículo 235 de la Constitución, que precisa que: “La ausencia del territorio nacional por parte del Presidente o Presidenta de la República requiere autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada, cuando se prolongue por un lapso superior a cinco días consecutivos”. Era ese el único objetivo de la sesión extraordinaria, no otro.
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello citó al difunto abogado constitucionalista Carlos Escarrá quien a propósito de la autorización de viaje del Presidente a Cuba el 16 de julio de 2011 dijo: “Aquí no se trata de un permiso del Presidente de la República que es una situación jurídica distinta, aquí no se trata de que el Presidente está pidiendo permiso para dejar sus funciones, el Presidente de conformidad con el artículo 226 de la Constitución sigue siendo Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, así lo establece la Constitución, de conformidad con el artículo 236 sigue ejerciendo todas y cada una de sus atribuciones que como Jefe de Estado y Jefe de Gobierno tiene en cualquier parte del mundo”. Esto es lo primero que hay que dejar absolutamente en claro, Chávez sigue siendo el Presidente en ejercicio pleno de sus atribuciones, y el Vicepresidente solo se encarga de los asuntos de Estado mientras el Presidente es operado y convalece, a menos que surjan otras circunstancias. Es eso lo que establece la Constitución.
De modo que Cabello debió aclarar: “el punto del debate no es la ausencia temporal o no del Presidente; quienes están utilizando eso están utilizando por mampuesto los deseos que tienen de toda la vida de salir de Presidente…no han podido salir del Presidente por elecciones, no han podido salir del Presidente por golpes de Estado y no van a poder salir del Comandante Chávez por una enfermedad”. Los diputados Hiram Gaviria, Eduardo Gómez Sigala, Julio Borges y María Corina Machado intentaron imponer la idea de que Chávez debería ser inhabilitado y remplazado por el vicepresidente de la República.
Ahora bien, muchas veces hemos dicho cómo el lenguaje y su uso manipulador suele ser un arma en la política. Ante los anuncios del Presidente, Capriles Radonski declaró que: “Ante cualquier interrogante y duda, la Constitución tiene la respuesta. En Venezuela no hay sucesión, nuestra Constitución es clarita” ¿Pero quiénes están hablando de “sucesión” y por qué lo hacen?
Son ellos y la canalla mediática quienes usan la palabra “sucesión”, para de esta manera afincar la matriz de que Chávez es un dictador, un autoritario, una especie de monarca. De nuestro lado ese término ha sido utilizado por algún articulista despistado (como ya lo hemos visto, lamentablemente), pero no por ninguna voz ni medio oficiales. Importantes medios de la canalla usaron este término en sus principales titulares de ayer, por ejemplo El Nacional: “Chávez nombra a Maduro sucesor y regresa a Cuba para operarse”. Y El Universal: “Chávez designa a Nicolás Maduro como su sucesor”. Periódicos regionales de la derecha replicaron el término en sus titulares de primera plana: El Diario de Guayana, La Hora (Nueva Esparta), El Impulso (Lara), La Mañana (Falcón), Notitarde (Carabobo), El Regional (Zulia), El Siglo (Aragua), El Aragüeño y otros.
¿Qué fue lo que dijo realmente Chávez de Maduro? Citamos textualmente: “Si como dice la Constitución… si se presentara alguna circunstancia sobrevenida, así dice la Constitución, que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, en los pocos días que quedan…Y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que -en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales- ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela”. Es decir, es falso que Chávez haya nombrado un “sucesor”, lo que ha propuesto es un candidato a la Presidencia de la República en el supuesto de que las circunstancias ameritaren la convocatoria a destiempo de una elección presidencial, debido a la falta absoluta del Presidente. Ha usado un procedimiento cien por ciento democrático, asumiendo su rol de líder de la parte mayoritaria del país y proponiendo un nombre (un ciudadano) para una eventual campaña electoral. Será el pueblo quien decida, en esa hipótesis, que Maduro sea el sucesor de Chávez, no en un sentido monárquico, no como si fuese un príncipe, sino como presidente constitucional de la República para un nuevo período. Por supuesto, la absoluta mayoría del pueblo chavista apoyaría esta propuesta si llegara a concretarse la situación planteada, que no es lo que más deseamos. Todos queremos, y tenemos esa esperanza, que Chávez asuma el 10 de enero de 2013.
La derecha tratará que la separación de Chávez del cargo sea una idea que siga flotando en el ambiente, una manera de seguir apostando a la matriz de inestabilidad y “crisis”. El diputado derechista Hiram Gaviria, durante su intervención en la Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional, afirmó que “La solidaridad no puede poner de lado el cumplimiento del texto constitucional. Es el vicepresidente de la República quien asume las funciones sin necesidad de designación ni de acto protocolar… Una vez que el avión hoy despegue con el Presidente de la República, el vicepresidente asume de acuerdo al texto constitucional y al mismo tiempo ningún acto puede ser dictado fuera del territorio nacional porque violaría la Constitución”.
Esta es otra artimaña, la invocación de la Constitución, insinuando puñeteramente que Chávez y el Gobierno la violan o pretenden violarla, precisamente ellos que la han violado repetidamente. No olvidemos que aun estamos conmemorando el prolongado sabotaje petrolero de 2002-2003, donde estos mismos sectores patearon la Constitución como les vino en gana. Es el caso de la organización contrarrevolucionaria “Venezuela Awareness”, con sede principal en Miami, que pidió “transparencia” al Gobierno y que la “comunidad internacional vigile el posible proceso de sucesión del presidente Hugo Chávez”. Como si fuésemos reos de alguien, estos canallas piden que se nos “vigile”.
Venezuela Awareness expresó su “preocupación por los acontecimientos políticos que pudieran ocurrir en Venezuela a raíz del anuncio del presidente Hugo Chávez de padecer nuevamente de cáncer y el nombramiento del vicepresidente Nicolás Maduro como su sucesor… La Constitución venezolana explica claramente el proceso a seguir en caso de la ausencia temporal o definitiva del presidente de la República, por lo que debemos estar alertas que se respeten los mecanismos constitucionales”. Por supuesto, todos sabemos que aquí ni Chávez ni el Gobierno están violando la Constitución, al contrario, la están cumpliendo al pie de la letra. Pero todo esto forma parte de la olla de presión a la cual le están metiendo fuego, con la esperanza que hierva el sancocho de la conspiración con el que piensan deglutirse la Revolución y recuperar el poder para las élites desplazadas.
Pero hay otras reacciones que eran de esperarse, ya que sectores de la oposición se frotan las manos pensando en la posibilidad de que Chávez desaparezca o quede inhabilitado definitivamente. Sueñan con elecciones presidenciales a principios del año que viene y sacan cuentas en ese sentido. Según Teodoro Petkoff, “Si se diera el caso de una nueva elección, la posibilidad de que el chavismo salga del poder derrotado electoralmente es muy posible”. Son cuentas chimbas, por supuesto. Si se diera el caso de que Chávez no pudiera asumir el 10 de enero próximo, la oposición no tendría ninguna oportunidad de ganar las elecciones un mes después. En primer lugar ¿cómo se pondrían de acuerdo para un candidato? No tendrían tiempo para primarias, y no les quedaría más remedio que despedazarse ante el país en medio de sus ambiciones y contradicciones, sobre todo porque parece cantada una grave derrota el 16D. No estaría garantizado que se pongan de acuerdo en torno a un candidato único, y si lo hicieren, no tendrían tiempo para hacer campaña y desarrollar sus matrices de terrorismo electoral. El chavismo, en cambio, ya tendría candidato, y además sería el candidato de Chávez, cuyos lazos afectivos con el pueblo se ven reforzados, paradójicamente, por su recaída. Maduro no necesitaría hacer campaña, la derecha no podría hacerla. Su derrota sería aun más aplastante que la del 7 de octubre.
En este contexto, las elecciones del 16D ven redimensionada su importancia. Por eso no tenemos tiempo ni razón para hundirnos en nuestro dolor. Tal como ya lo han dicho nuestros líderes, hay que sacudirse ya el shock inicial y asumir el remate de campaña para las regionales llenos de unidad, energía y eficiencia. El mejor homenaje que podemos hacerle a nuestro Chávez, el más concreto acto de solidaridad, es regalarle a él y a Venezuela una gran victoria en los comicios del próximo domingo. La derecha está clara en esto y lo ha dicho Capriles: “Falta una semana para celebrar unas elecciones muy importantes. Hoy más que nunca debemos participar y seleccionar a los líderes de nuestros estados”.
Claro, los sectores más radicales de la oposición se preparan para desconocer una vez más al CNE y los resultados del 16D. Un grupo de derechistas radicales, encabezados por Carlos Peñaloza y el parapeto imperial del patio autodenominado “Votolimpio”, han emitido un comunicado donde afirman que “Los principales voceros de los partidos políticos de la oposición tradicional, y de la mayoría de los grandes medios de comunicación social consideran, que sin importar el costo, lo más importante es recuperar espacios. Y por ello favorecen la participación en condiciones leoninas. Y pasan por ‘invisibilizar’ a quienes denuncian este proceso de deformación continuada del sistema electoral venezolano… excelentemente diseñado con el concurso de expertos cubanos, para que el Régimen Militar consolide victorias perdiendo, o aplaste al rival ganando”. Estos sectores también se frotan las manos ante los anuncios de Chávez, pero no pensando en elecciones, sino en acciones de desestabilización y aventuras golpistas.
Por supuesto, el pueblo también se moviliza y se pronuncia, reuniéndose en torno a sus líderes para apoyar amorosamente a Chávez. También lo hace la dirección revolucionaria. Candidatos a gobernaciones en las elecciones regionales por el Partido Socialista Unido de Venezuela ratificaron su apoyo al Presidente en rueda de prensa conjunta. Allí Elías Jaua, quien realmente brilló el día de ayer, afirmó que “Estamos obligados ahora más que nunca a ganar las 23 gobernaciones porque ello supone que ninguna de las gobernaciones del país sea usada como un instrumento para la división, para la fragmentación del país. Las gobernaciones tienen que estar como lo manda la constitución al servicio de la unidad nacional”. Una de las pocas cosas buenas que nos ha traído la lamentable enfermedad del líder, es que ha permitido dar visibilidad a un liderazgo colectivo donde destacan algunas figuras, pero que en conjunto ha demostrado coherencia y capacidad para tomar las riendas del potro de la Revolución, si fuese necesario. Esto no implica que no haya peligros a lo interno, de eso hablaremos aquí mismo más adelante.
Igualmente se ha pronunciado con claridad en su apoyo a Chávez, a través de un comunicado, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, un factor fundamental de la Revolución.
En su cadena del sábado dijo el Presidente: “Afortunadamente esta Revolución no depende de un hombre, hemos pasado etapas nosotros y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes, a mí me ha dado mucho gusto en estas horas desde nuestra llegada ayer al amanecer casi ya… verificar, constatar -una vez más- ese liderazgo colectivo”.
Ahora bien, es innegable que también hay peligros desde el seno mismo de la Revolución. Chávez dijo el sábado: “Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance…. es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, mi amada Marina. Digo porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni descansarán en la intriga, en tratar de dividir, y sobre todo aprovechando circunstancias como estas, pues. Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la unidad, la unidad! El Partido Socialista Unido de Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas. ¡Unidad, unidad, unidad! ¡Unidad!”.
En este momento todos estamos pendientes de la salud de Chávez y creo que todos, o casi todos, estamos claros en cuanto a la necesidad de mantener la unidad, obtener una resonante victoria el 16D y garantizar la continuidad de la Revolución aún si faltare Chávez, cosa en la que nos cuenta pensar y aceptar como posibilidad. Pero está ahí, el mismo Presidente lo señaló: “…a pesar de que todo se planifica bien, los detalles de esta nueva batalla, sin embargo en todos procesos hay riesgos, quién puede negarlo, en toda operación, y de este tipo ¿no?, y contra este mal implica un riesgo, implica un riesgo; eso es innegable”.
¿Y si Chávez faltare? No dudemos que hay demonios en nuestro campo, sectores agazapados, capaces de desatar luchas internas por cuotas de poder. Sectores diversos, algunos reformistas, otros ultraizquierdistas, aun otros simplemente pragmáticos o utilitarios ¿O acaso es casual que Jaua dijera ayer “Ni pacto con la burguesía ni desenfreno revolucionario”? Por eso es imprescindibles estar claros desde ahora. Si llegare una mala hora en que no contásemos con Chávez, y esto lo decimos, una vez más, con el corazón ardiendo y la cabeza fría, tendríamos que luchar contra esos fantasmas. En un escenario tal no podríamos olvidar que Chávez seguiría con nosotros. Tendríamos que acudir a esa fuente luminosa, a sus discursos, a sus enseñanzas, a las orientaciones que ha dado de mil maneras sobre todos los temas y circunstancias, para enfrentar la probable eclosión de los fantasmas. Tendríamos que ser más chavistas que nunca.
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