Hace apenas horas desde la ciudad de San Cristóbal el Vicepresidente de la República Nicolás Maduro nos daba una muestra de humildad política por nuestro presidente Hugo Chávez, desde allí nos decía: Yo estoy parado aquí y soy apenas un simple vicepresidente de la República. Aquí hay un Presidente en funciones y se llama Hugo Chávez Frías; un sólo Presidente en funciones hay aquí; no hay interinato, no hay encargaduría.
Aun cuando el país entero sabe que la salud del presidente es delicada por los detalles de su enfermedad, este pueblo respeta la decisión del hombre que ha sido capaz de demostrarnos su amor por el prójimo. Todo paciente tiene el derecho a determinar quiénes serán sus médicos y en donde desea que lo atiendan, traten, operen y pueda recuperarse y es justo esto lo que respetuosamente está haciendo Hugo Chávez.
Recordamos los ejemplos del presidente cuando en medio de una concentración ve a un carajito de unos cuatro añitos comiéndose en su inocencia unas galleticas, inmediatamente lo llama y le pide un pedacito de su golosina la cual él comía y este la saca de su boca llena de su honesta saliva y con sus deditos se la pasa al presidente hasta su boca y este la come con todas sus ganas y ánimo.
Otro día mando a detener su caravana para recoger un calamitoso perro abandonado a su suerte en una polvorienta carretera, seguidamente ordenó llevarlo al veterinario y atenderle.
Chávez seguramente es aquel ser humano grande al que millares aun no logran comprender. Es un hombre situado de verdad al lado de los acusados como infaustos de quienes son pobres, es un hombre político dedicado a los necesitados.
Hoy te escribo comandante desde el lado de los hambrientos, quienes tienen alistado un pocillo de peltre para darte café a tu regreso. Chávez el café esta humeante y tú gente eterna te espera en tu balcón.
Todos lloramos por Chávez. Venga, vamos comandante levántese.
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