Pildoritas 01 (año VI)

Con Dios y José Gregorio como médicos, el amado enfermo se levantará.

Se inició hace pocas horas el nuevo año 2013 y la pólvora que los necrófilos adquirieron para celebrar no solo su llegada sino el acontecimiento que ya tienen 14 años esperando, que es la desaparición física del gigante de América de los Siglos XX y XXI, el incomparable Hugo Chávez, tuvieron que gastarla sólo como lo han venido haciendo casi por década y media.

Sin embargo no han parado en demostrar su nula calidad humana por las redes sociales, escribiendo barbaridades en páginas que pareciera se imprimen en el mismísimo infierno como “La patilla” del inefable Rabel quien aun no ha aclarado su vinculación con connotadas figuras del narcotráfico internacional, o “Noticiero digital” que más parece un pozo séptico que un medio virtual para informar verazmente.

Se olvidan de la justicia divina que siempre si inclina hacia quienes colocan por delante del odio el amor, la oración y la fuerza espiritual para rogar por la salud de quien tanto bien le ha hecho a este pueblo, se olvidan que las malas intenciones y deseos bastardos generalmente se devuelven contra quienes los anidan en su corazón si es que tienen corazón, se olvidan de que Chávez es un sentimiento tan poderoso y grande que ha trascendido nuestras fronteras y le pertenece al mundo que lo ha demostrado en estos difíciles momentos que vive el líder revolucionario de América de los últimos tiempos, orando por él y hemos sido testigos de cómo hasta quienes se han declarado ateos, acuden a una iglesia católica a orar con profundo respeto.

Algo que no puede ser otra cosa que la confirmación de quien inspira esas reacciones a nivel de todo el mundo no puede ser otra cosa que un fenómeno de esos que nacen muy de vez en cuando en el transcurso de la Historia.

En estos momentos la vida de nuestro amado líder está en manos del médico de médicos, su asistente de cabecera ha de ser nuestro santo más querido y elevado a esa condición de santidad por el pueblo: el Dr. José Gregorio Hernández, a ellos dos la muerte, que ahora lucha por vencer contra la vida, aupada por la mentes más putrefactas que puedan existir sobre la tierra y que sabemos dónde están, les teme terriblemente, saldrá huyendo despavorida del cuerpo del insigne enfermo y se hará el milagro que con tanta devoción y amor estamos pidiendo y entonces él se levantará vencedor una vez más, en esta nueva campaña en la cual ha tenido los jefes más poderosos y la unión de voluntades infinita, que levanta como en tantas batallas anteriores sus brazos para intentar tocarlo, llora pero de alegría por verlo otra vez triunfador, y sigue orando para agradecer al Altísimo el habernos oído y concedernos la gracia de seguir teniendo de él nuestro guía, seguir oyendo su palabra orientadora y garantizándonos, que el evangelio de Cristo se cumpla en los pobres de la Patria, la pequeña y la grande y más allá.-

saulmolina2006@gmail.com



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Saúl Molina Z


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