Súplicas, rezos y plegarias son escuchados en el mundo entero por la inmediata recuperación del presidente Hugo Chávez. En las iglesias, mezquitas, templos, santuarios, catedrales, basílicas y capillas son recibidas a cada hora miles de feligreses quienes traen en sus dedos peticiones encendidas implorando la pronta recuperación del presidente venezolano.
Monjes, budistas y sacerdotes de pueblos humildes ofician misas, petitorios y promesas porque el presidente de los pobres deje atrás su estado de convalecencia para que su voz se reúna nuevamente a exigir en los diversos escenario mundiales por un orbe justo, pluripolar y que busque acabar definitivamente con el espelúznate bosque militar.
Rosarios, rezos y ofrecimientos son invocados como humilde ejemplo ofrendados por el hombre al igual que siglos atrás, la inspiración es la fe, todos le recuerdan al supremo que no sería justo que la enfermedad ganara opacar la vida de un mandatario tan humano y que hasta ahora nunca había existido a nivel mundial.
La suerte de miles esta lanzada por el presidente Hugo Chávez, nadie se detendrá en los ruegos por él. Nadie se apartará porque dondequiera que vayan Chávez estará presente. Los pueblos del mundo seguirán dando sus suplicas por su salud.
El milagro Chávez esta esparcido en todas partes. Este hombre ha dado su vida por la defensa de millones y es más puro quien no valiéndose de su poder se atreve a defender a los desvalidos, quien da y arriesga su vida por su semejante es el verdadero capaz de decir la verdad. Nunca se dirá que no utilizó su cargo para salvar, arriesgo su poder por ayudar al indefenso, ofrendo su vida para sanar al enfermo, socorrió al desvalido, brindó su casa para el pobre, dejó de comer por ayudar al desnutrido, donó su sueldo para estimar a un hambriento, dio sus medicinas a los convalecientes y lloró en los hospitales. Parece que Chávez no fuera de este mundo.
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