Claro, en algo deben invertir el dinero en dólares que reciben desde diferentes parapetos creados por la CIA para desarrollar sus planes terroristas en contra de la Revolución Bolivariana y los procesos de transformaciones que avanzan en Nuestramérica y por el mundo.
La Mud y todas las mamparas que han instalado mediáticamente los apátridas para dibujar un mapa de “avance” en contra de Chávez, del chavismo y de la revolución Bolivariana y así poder seguir recibiendo el grueso y constante aliciente en dólares, para que en Venezuela prenda un conflicto al estilo de Siria, Libia, Irak o, más próximo, Honduras y Paraguay.
Pero, el asunto no es para distraernos. La aparente debilidad y desespero de la torpe oposición venezolana, puede constituir también una persistente aplicación de “globos de ensayos” para medir la capacidad de respuesta de las y los revolucionarios, del Gobierno Bolivariano, del pueblo y de su Fuerza Armada.
Recordemos que estos voceros y voceras del oposicionismo son los mismos que en el año 2002 lo fueron del golpe de Estado en contra del Gobierno Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, con su secuencia de muertes en las calles e intento de asalto del Palacio de Miraflores, con posterior secuestro del Presidente Hugo Chávez. Son los mismos que huyeron como ratas despavoridas de las instalaciones del Palacio de Gobierno en el momento cuando el pueblo patriota, acompañado por los militares leales a las causas de la Revolución, retomaron la casa de gobierno y regresaron a la misma a su legítimo Presidente, el Comandante Hugo Chávez.
Lo ocurrido a finales de la pasada semana, en el estado Táchira, con la enorme carga de violencia y destrucción con la que actuaron los mercenarios a quienes vistieron de “estudiantes”, es tan sólo un ejemplo de lo que pretenden hacer en Venezuela. Quieren inventar la noticia del descontento y lanzan a la calle a grupúsculos de incendiarios guarimberos, que actúan con las mismas técnicas del narcoparamilitarismo asentado en nuestra vecina Colombia. Les interesa ser escuchados en el exterior, porque su esperanza es la de que fuerzas extranjeras, de carácter imperial, frenen los avances del “castro-comunismo”, con alguna intervención armada.
La coyuntura actual, en la que se conjugó el hecho sobrevenido de la enfermedad y convalecencia del Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, con una fecha referencial establecida en la Constitución y, sobre los cual, está absolutamente claro el fallo de la sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, por el que se dictamina que no hay ausencia absoluta ni temporal del Presidente y que la continuidad administrativa no ha tenido ningún tipo de interrupción, sirvieron -sin embargo- para que la canalla golpista desempolvara sus repetitivos guiones de agitación, en aras de crear un clima de inconstitucionalidad e insurrección.
La derecha oposicionista, empeñada en crear una fisura por donde pueda penetrar con sus planes golpistas, también acaba de establecer la fecha del 23 de enero, para insistir en sus desatinos con acciones de calle. Pretenden desconocer la voluntad popular e imponer la suya, que no es tan suya, sino de sus amos imperiales estadounidenses.
El pueblo bolivariano y patriota debe seguir alerta permanentemente. Los enemigos de la Revolución, no descansan. Felizmente son torpes, pero perseverantes y violentos terroristas que esperan cualquier descuido para lanzar su zarpazo. En este preciso momento, la unidad del pueblo, de los revolucionarios, de su Fuerza Armada y de su gobierno, debe ser más sólida que nunca. Se trata de vencer o vencer, no hay otra opción.