Las transformaciones administrativas que han tenido lugar en el sector público venezolano producto de la reforma del Estado que se desarrolló con cierto vigor hasta 1998, se promovieron y aplicaron a través de los planteamientos que integran los postulados de la gerencia empresarial eficiente, este enfoque lleva consigo que de forma aparente este proceso se le vacíe de su contenido político que le es inherente por su naturaleza, esto es precisamente uno de los aspectos donde los procesos de reforma su mayor debilidad, pues se han convertido en un conjunto de propuestas fundamentalmente técnicas para cambiar estructuras político-administrativas ineficientes por unas que apuntalen la eficiencia, sin observancia de aspectos inequívocos de la naturaleza de la administración pública producto de su proceso histórico-político y socio cultural. Es decir que se trasladaron acríticamente construcciones tecnológicas producidas a partir de problemas de producción del sector privado para explicar y resolver situaciones del sector público, siguiendo una idea que reduce el problema de la administración pública a un problema meramente de funcionamiento-técnico.
La expresión del modelo de administración pública que se observa a partir de la puesta en marcha de las transformaciones líderizadas por el presidente Hugo Chávez en Venezuela apuntan, por un lado a la expansión del aparato público y por el otro, a la creación de un administración complementaria a la ya existente, con funciones que se mejoran a la administración tradicional, ello como mecanismo para la flexibilización y aseguramiento de la política gubernamental en materia de seguridad social y política en general, la materialización de esta política se efectúa cuando el gobierno inicia su política de creación de las llamadas Misiones Sociales (Robinson, Rivas, Sucre, Barrio Adentro, Vuelvan Caras, Vivienda, Amor Mayor, Hijos de Venezuela, Identidad y otras). Como respuesta a las necesidades sociales de los sectores que se vieron excluidos durante años por la inactividad del Estado y fundamentadas en lo que se llama revolución y socialismo del siglo XXI.
La participación ciudadana es una propuesta como un mecanismo de modernización y democratización; se considera que las actividades de vinculación de los ciudadanos a las tareas de planificación, ejecución y otros, constituyen realmente procesos participativos efectivos.
Es decir que la participación ha sido concebida dentro de estos esquemas de transformación o modernización, ha sido más un instrumento de eficiencia y de traslado de ciertas funciones que le son propias al Estado a la sociedad organizada, más en tareas de ejecución y consulta que en el campo de la definición de prioridades.
Se cataloga como un gobierno que desarrolla programas sociales y políticas redistributivas que favorecen la calidad de vida de amplios sectores de la sociedad y consolida importantes obras de infraestructura para beneficio del desarrollo nacional.
Una Revolución Democrática que está integrado al menos por cuatro ejes: 1) Equilibrio social, establecimiento de mecanismos para la justicia social, 2) Equilibrio Económico, para el establecimiento de un modelo económico humanista, autogestionario y competitivo, 3) Equilibrio Territorial, en el que establece la desconcentración y aprovechamiento de los recursos naturales para un desarrollo sustentable y 4) Equilibrio mundial, en el que se establecen los cambios necesarios para avanzar hacia un servicio exterior y una política con base a la multipolaridad.
Profesor Titular de la UNERG
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