La programación que Roberto Malaver propuso para TeleBush el miércoles en este diario ha provocado la oportuna advertencia de Sara Labarca de que omite emisiones para niños.
Debe desarrollarse una cultura afianzada en valores civilizados. A continuación insinúo unas modestas proposiciones a las de Sara para la formación de futuras generaciones democráticas.
Por ejemplo, un programa de historia de la comida rápida o que enseñe el camino a la Presidencia a través del alcoholismo. Deben fortalecer la familia mediante cuñas como esa en que un chamo aparece engañando por teléfono desde una discoteca a su padre, pretendiendo que hace la tarea.
Debe haber entrenamientos para machacar carros con un Hummer y para organizar patotas. Adoptar a G.I. Joe y a Barbie como modelos de vida. Reconocer ropa «de marca» a trescientos pies (¡fuera el chaborro sistema métrico!). Impartir las técnicas básicas del racismo, el desprecio a la mujer, la homofobia, el maltrato a los ancianos y, en fin, el fascismo.
Clases de inglés dictadas por Capriles Radonsky.
Instruir desde temprana edad para detectar e invadir «estados delincuentes». Fomentar métodos avanzados para mascar chicle y orientarse en los centros comerciales más laberínticos. Despachurrar juguetes y exigir que les compren otros, más caros. Manejo de motos de alta cilindrada.
Promover videojuegos con bombardeos de población indefensa y desprecio al débil en general. Videojuegos llamados Guernica, Guarimba, Paramilitares, Tortura, Desaparición, Terrorismo de Estado, Muera la Inteligencia y Viva la Muerte, Cuando Oigo la Palabra Cultura Saco el Revólver (gana el que use el arma más rápido), Cárceles Clandestinas y Quema de Bibliotecas de Estados Bárbaros (gana el que queme más toneladas de libros).
Prevenir depravaciones como pensar e investigar por cuenta propia. Enseñar el salto de talanquera a niños con perniciosas inclinaciones altruistas. Prevención del estudio, la lectura y el gusto estético.
Las niñas deben aprender a conquistar un marido descerebrado pero con «rial» y a los varones a ser depredadores para tener «rial» y así conquistar a una pareja igualmente descerebrada.
O sea, como casi toda la televisión comercial actual. La originalidad no es mi fuerte.
