Un eurocentrismo que no termina de morir y un amor a lo nuestro que no termina de nacer.
Estamos colonizados. Todavía hoy en nuestras universidades secuestradas por la derecha se dictan clases donde se defiende una supuesta superioridad cultural de occidente. Pero los profesores se enredan explicando en qué áreas son superiores o mejores, y a quiénes beneficia. Por lo general escogen el camino fácil del razonamiento por generalización. Tampoco especifican el criterio de comparación y valoración ni tampoco dicen quiénes determinan ese criterio. Si es el criterio de la burguesía, si es el de la clase trabajadora, o simplemente es por designio divino. Pero tampoco especifican cuál dios ni de cuál religión.
En cambio nosotros sí sabemos que las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época, tengan fundamento científico o no, beneficien a la humanidad o a solo a un grupito, o incluso que no beneficien a nadie, como es el caso de las ideas de los pseudocientíficos de la derecha que se empeñan en destruir el equilibrio de la biosfera que nos es vital para perpetuarnos como especie.
Las ideas dominantes en la sociedad de clases siempre las ha impuesto la clase que tiene el poder y los medios para hacerlo. Los invasores europeos justificaron con sus ideas “superiores” el mayor genocidio de la historia cuando asesinaron al 90% de nuestros hermanos amerindios, y todavía hoy después de 200 años que derrotamos a los europeos hay gente que cree que matar indios no es malo.
Las ideologías son reacias al cambio, y más cuando son reforzadas todos los días por ideólogos al servicio de la burguesía. Después de 200 años todavía hay intelectuales que defienden el eurocentrismo, y consideran que elementos culturales provenientes de los indígenas y de los africanos han sido un aporte negativo para el desarrollo de nuestra sociedad. El racista Arturo Uslar Pietri, amigo de José Antonio Abreu, se dio a la tarea de pregonar y perpetuar estas ideas de los mantuanos en la cabecita de muchos maestros y profesores escuálidos.
Uslar Pietri hablaba de los “grados” de la creación cultural, de las formas elevadas o superiores de la creación cultural. Decía que una sinfonía de Beethoven es superior a una canción tradicional de creación popular. [1]
Cito textualmente a Uslar Pietri: “Por supuesto, existe por encima de esa cultura tradicional anónima que son las canciones, los bailes, las leyendas, las creencias, los juegos de valores elementales en que cada sociedad se mueve, lo que pudiéramos llamar las formas elevadas o superiores de la creación cultural. Una sinfonía de Beethoven, una pieza dramática como Hamlet, de Shakespeare, forman parte de eso que podríamos llamar el patrimonio general de la humanidad. Todos los hombres podemos y debemos enriquecernos con esos excepcionales aportes que algunos hombres han aportado a la riqueza cultural y a la apertura de la inteligencia del ser humano; pero no se trata, en estas manifestaciones, de toda cultura, sino de una forma superior de ella”. [1]
Bueno, si él habla de cultura “superior”, nosotros decimos que la canción necesaria de Alí Primera es superior a una sinfonía de Beethoven porque sus canciones nos son más útiles para nuestros intereses. Porque su contenido ideológico nos ayuda a combatir a la burguesía, porque nos ayuda a construir una sociedad sin clases, porque nos ayuda a conservar el planeta para perpetuarnos como especie, y porque no nos da la gana de ser una colonia europea.
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[1] Arturo Uslar Pietri: La cultura: "Los grados de la creación cultural". Valores humanos, fascículo Nº 17, pág. 270. Editorial Lisbona, Caracas-Madrid, 1982.
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03/02/13
