Trincheras de Ideas

Con un "Por Ahora", aún derrotado y preso, Chávez dio muestras de ser victorioso

El comandante/presidente Hugo Chávez señaló con aguda visión política que el 4 de febrero

“dotó a la nación de un objetivo estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes”.1

Esas frases adquieren, sin dudas, renovadas vigencia en esta celebración 21 de la gesta revolucionaria del 4 de Febrero de 1992 con su recordada Operación Zamora, uno de cuyos puntos programáticos era insurgir contra la corrupción y la descomposición en la que entonces se encontraba la Patria producto de los desgobiernos del puntofijismo, del entreguismo de malos gobernantes, vendidos a la oligarburguesía y al imperio yanqui, sus nefastos partidos y sus políticas antipopulares y neoliberales que llevaron al pueblo de Bolívar a la más aguda pobreza y miseria.

La Operación Zamora tenía como epicentro estratégicos a la ciudad de Caracas para la toma del poder y la instauración de un gobierno revolucionario y hacia allí salieron, de la Unidad de Paracaidistas de la ciudad de Maracay, 10 mil hombres, en unidades autobuseras, comandadas por el líder del alzamiento, teniente coronel Hugo Chávez, seguido por el comandante Joel Acosta Chirinos.

Chávez y el Estado Mayor rebelde tenían la presunción de que el movimiento estaba delatado y decidieron dividir las tropas invasoras en lo que llamaron Columna Abierta, de manera que los 10 mil hombres sobre las armas los dividieron en 3 y cada columna de 3 mil hombres más o menos cada una y salieron a las 8 de la noche de Maracay en autobuses, vía hacia Caracas pero por rutas diferentes.

“... a las 8:00 de la noche comenzamos a salir en lo que uno llamó “Columna Abierta”. (...) La ruta 1 era por Cagua, vía autopista hasta Tazón. La 2 era la que yo seguí, desviándonos por La Victoria, buscando Los Teques, y la ruta 3 era por la carretera vieja de Los Teques, por Las Adjuntas”.2 “Supervisé la salida de cada vehículo y me incorporé a la marcha. A las 22:30 salió el grueso del Batallón, rumbo a Caracas”.3

Simultáneamente Francisco Arias Cárdenas comandaba desde el cuartel Libertador las operaciones para la toma de Maracaibo y de todo el estado Zulia, y los comandantes Jesús Urdaneta Hernández y Jesús Ortiz Contreras dirigían las operaciones para la toma de las estratégicas ciudad de Maracay y Valencia. Unidades militares del Táchira, Apure, Barinas, estados orientales y el estado Amazonas se incorporarían a la insurrección en la medida del triunfo de las operaciones en Caracas.

La rebelión reventó en Caracas en tres puntos fundamentales: Toma del aeropuerto La Carlota o Base Aérea ‘Francisco de Miranda’, que dirigió Joel Acosta Chirinos; toma de la residencia presidencial de La Carlota (donde se suponía podría estar el expresidente Carlos Andrés Pérez a su regreso de Davos, Suiza), toma del Palacio de Miraflores (donde ciertamente estaba CAP). Las operaciones las dirigió el comandante Chávez desde el Museo Histórico Militar de La Planicie, urbanización 23 de Enero.

No sólo allí hubo combates, también en Fuerte Tiuna donde los insurrectos accionaron contra la Comandancia General del Ejército y la de la Armada, en el Comando Regional Nº 5 y el Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional, en la sede de la Comandancia de la PM en Cotiza, en el Helicoide siniestra sede de la Disip y en Venezolana de Televisión o Canal 8. 

Hubo una significativa presencia de grupos civiles de partidos como Causa R, MPDIN, Causa R, organizaciones sociales, muchos no llegaron a participar porque por diversas causas no llegaron las armas.

El líder revolucionario y ex guerrillero Alí Rodríguez Araque, figura política estelar del proceso bolivariano, era de los sectores civiles comprometidos con el alzamiento que por descoordinación con el MBR-200 no pudieron participar en las acciones militares. El propio Alí se referirá a esa lamentable circunstancia.

“Me enteré de que el movimiento se iniciaba esa noche a las 9.00 pm del 3 de febrero de 1992. Estaba con un compañero en un vehículo que fallaba y debíamos empujarlo. Logramos entrar a Caracas, pero hubo alguna descoordinación que nos impidió entrar en contacto y eso nos impidió que pudiera acompañar directamente al comandante Hugo Chávez en el Museo Histórico-Militar”.4

Otro actor de aquel período, el dirigente del MPDIN, Otto Vandervelde Quijada, se refiere a la participación de esa organización en los sucesos del 4F.

Nuestra participación puso en actividad todas las vías disponibles del Partido MPDIN, desde la propaganda y movilizaciones hasta la prevención militar. Participamos, por ejemplo, en movilizaciones para cortar la ruta de fuerzas militares puntofijistas que viniesen del Este en la zona metropolitana; igualmente un grupo operativo en La Carlota y otro para bloquear la entrada a Caracas por la vía de Antímano. En Aragua se logra neutralizar, con nuestra participación y con la movilización popular, un pelotón de tanques. Se entra en alguna base militar de Maracay, combinados con oficiales insurrectos y soldados del mismo, etc.5

Pudiera decirse que por el caos de las comunicaciones o la imposibilidad de Chávez y el comando revolucionario de comunicarse con las otras fuerzas insurrectas, se aborta el alzamiento; a ello se agrega la delación en Caracas de dos de los complotados que le permite al gobierno desarticular los batallones comprometidos y su armamento.

Por su parte los capitanes Ronald Blanco La Cruz, Rojas Suárez y un grupo de valerosos soldados tumban con las tanquetas las vetustas y oprobiosas rejas del Palacio de Miraflores y toman el mismo, los combates en el viejo palacio son intensos, pero el tirano presidente logra escapar por un pasaje secreto y se va para el Canal 4 de televisión a tratar de revertir el alzamiento.

LA PARTICIPACIÓN DE GUERRILLEROS DE LA

IZQUIERDA EN LA TOMA DE LA CARLOTA

Mucho se ha dicho todos estos años sobre la participación o no participación de sectores civiles de izquierda en el alzamiento/insurrección de los jóvenes militares comandados por el comandante Hugo Chávez, el 4 de febrero de 1992. Van saliendo, poco a poco, datos, informaciones, reconstrucción de los hechos.

Un combatiente guerrillero de los años 60, Eduardo Abreu, Yaracal, conversa sobre la participación de los comunistas que combatieron a Betancourt y su partido AD con las armas, en los sucesos del 4 de febrero de 1992. En su relato se refiere a la participación del mártir de la revolución, Baltasar Ojeda Negretti y un grupo de por lo menos 10 combatientes, ex guerrilleros, en la toma del aeropuerto de La Carlota, parte de una Brigada probablemente integrada por 20 o 30 miembros para la ejecución de las diferentes partes de la operación.

“Baltasar Ojeda es el que prácticamente toma el aeropuerto de La Carlota, hace preso en La Carlota al General Fuguet Borregales, pelea en La Carlota, izó la bandera del Partido Comunista de Venezuela, (que de eso habló en estos días el presidente Chávez). Esa bandera la puso Baltasar Ojeda y otro grupo de camaradas hasta que pudieron resistir, y por cierto que había un Teniente Coronel de apellido Madrid Bustamante, no me recuerdo bien del nombre, que no quiso entregarle armas a los guerrilleros, porque decía que iban a matar a sus compañeros, pero Baltasar tuvo una participación muy activa el 4 de febrero de 1992, cuando Chávez dio el golpe”.6

¿Cómo logra salir aquel grupo guerrillero de la Base Aérea de La Carlota, una vez que se produce la rendición por parte del comandante Hugo Chávez?

Las investigaciones son muy confusas. El investigador Pedro Pablo Linares, en el ya comentado libro, señala que:

“En marzo de 2007 murió Santiago Báez, del cual no pudimos obtener su testimonio, sin embargo, se dice que el plan que tenían previsto era rescatar al comandante Hugo Chávez y después bombardear el Palacio de Miraflores”.7

El general Fuguet Borregales fue, al parecer, el salvo conducto para que el grupo guerrillero pudiera salir de la Base Aérea de La Carlota.

El apresamiento del Comandante Hugo Chávez y el giro

estratégico del ‘Por ahora’ como otro plan militar

El conjunto de circunstancias adversas ya descritas, derrumban el proyecto insurreccional: incomunicados los insurrectos entre sí, Chávez rodeado en el museo de La Planicie, la operación sobre Miraflores fracasada. Los tanques que venían de Valencia son apresados por el gobierno, igual con los misiles antitanques que venían de San Juan de Los Morros. La desarticulación era total. Por otro lado, el pueblo no respondió como se esperaba y la aviación brilló por su ausencia, es más, los aviones que salieron de Maracay les dispararon a las tropas rebeldes en Valencia y se dirigían a bombardear a los puntos que los rebeldes controlaban en Caracas. A las 9 de la mañana Chávez depone las armas.

Chávez había sido detenido y llevado al Fuerte Tiuna, al Ministerio de la Defensa; estando allí el Comandante rebelde escucha a los generales conversando sobre el alzamiento y su propuesta de que los soldados rebeldes tanto de Maracay como de Valencia fuesen bombardeados por la aviación para tratar de reducirlos y obligarlos a rendirse. Es cuando Chávez propone a sus captores que le permitan hablar con sus compañeros de armas, llegó incluso a proponer que le permitieran ir en helicóptero a conversar con Urdaneta en Maracay, que se negaba a deponer las armas; el alto mando militar le negó esa posibilidad. Estaba, con ese acto de rendición, poniendo en ejecución otro plan.

“Entonces fue cuando a mí me tocó asumir la tarea, la responsabilidad de: vamos a rendirnos que es otro plan. La rendición es otro plan, es otra alternativa”.8

Chávez no cede y les hace a los generales la propuesta de que le permitan hablarle a sus compañeros por la Radio Apolo, de Aragua planteándoles deponer las armas. Esa propuesta genera una discusión en donde se propone una cadena radial e incluso televisiva. Un alto jefe militar, dirigiéndose al detenido, le dice:

“Chávez, podríamos llamar a los medios para que usted lance su mensaje de rendición a toda la gente”.9

Chávez acepta en el acto, los generales le piden, entonces, que escriba el mensaje, pero Chávez con dignidad y coraje inusitado, dadas las circunstancias de una enorme derrota militar, se niega a escribir su rendición y les impone su condición de hacerlo de viva voz, anteponiendo su palabra de honor. El momento es tenso, segundos y minutos decisivos para la historia venezolana; los generales, torpes y sin visión política, pisan el peine del subestimado estratega, y allí mismo Chávez los derrota políticamente cuando erguido, con su boina roja, sin muestras de desmoralización y con sorprendente seguridad en sí mismo, se dirige al encuentro con la historia y con el futuro y declara su famoso “por ahora”.

POR AHORA”

¿Qué dijo Hugo Chávez en aquel minuto y 12 segundos de alocución en cadena radial y televisiva asumiendo con valentía y dignidad la derrota, asumiendo la responsabilidad en los graves hechos ocurridos y lanzando un mensaje esperanzador a los soldados parcialmente vencidos y a un pueblo sorprendido que jamás imaginó que algo parecido pudiese ocurrir, tamaño gesto de honestidad y desprendimiento? Leamos.

“Primero que nada, quiero darle unos buenos días a todo el pueblo de Venezuela, y este mensaje bolivariano a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada Blindada de Valencia. Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan al Comandante Chávez quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este Movimiento militar Bolivariano. Muchas gracias”.10

ANÁLISIS DEL IMPACTO POLÍTICO Y PSICOLÓGICO

DEL ‘POR AHORA’ EN LA POBLACIÓN

Viendo retrospectivamente 21 años despuésaquel inusitado y trascendental hecho, que conjugó de manera simultánea una derrota militar e impulsó simultáneamente una victoria política de alcances insospechados. Conociendo el accionar, la praxis de aquel líder que nace al calor, como señalé, de una gran derrota militar y de un audaz giro estratégico, en condiciones de precariedad y prisión, que convierte la derrota en una enorme victoria política; en aquella breve transmisión, sin dudas, nació el líder político que conocemos a lo largo de los últimos 18 años. 7 años luchando por alcanzar el poder político; 11 años ejerciéndolo a través de tres períodos presidenciales y los más profundos cambios estructurales ocurridos en Venezuela desde que se logró la independencia, casi 200 años atrás.

El texto del breve discurso, de apenas 175 palabras y escasos 72 segundos fue, sin dudas, un golpe estratégico, un verdadero misil al corazón de la oligarquía lo que nos habla de un líder político/militar de gran envergadura –no de un milico golpista o de un gorila militar tradicional– que supo aprovechar hasta lo último la posibilidad de hablarle a sus compañeros de armas aún alzados, en cadena de radio y tv, que logró, con enorme astucia, sacarle a sus captores, en primer término al presidente Carlos Andrés Pérez, al Alto mando Militar, a los mandos de AD y COPEI, la posibilidad de salir por los canales de televisión, que el pueblo lo conociera, lo mirara y que le llegara su mensaje. Nunca un cuerpo dirigente –signo de su decadencia y descomposición– había cometido un error político tan garrafal: permitirle a un enemigo terriblemente derrotado renacer de las cenizas como el ave Fénix y convertirse en vencedor. La prepotencia, la soberbia de aquellos torpes mandos políticos y militares, se impusieron al análisis político, actuando –aún victoriosos– a la defensiva y el adversario, un indio Chávez astuto, con una enorme capacidad –hasta entonces desconocida– estando militarmente vencido, reducido, tenía la iniciativa y la ofensiva, ahora política.

POR AHORA, FUE EL SINTAGMA VERBAL QUE CERRÓ LA ESENCIA

DE LA ALOCUCIÓN POLÍTICA DE CHÁVEZ POR LA TELEVISIÓN

Por ahora, fue el sintagma verbal que, pudiera decirse, cerró la esencia de las breves palabras. Un jefe militar derrotado alienta la esperanza, deja entrever que permanecerá firme en sus convicciones. Pero antes del discurso, cuando las cámaras de televisión y los micrófonos de las radioemisoras entraron al salón del Ministerio de la Defensa donde se iba a producir la alocución, captaron a la figura de un militar joven en traje de campaña, con una flamante boina roja. Erguido, la cabeza en alto, orgulloso, mirar profundo, algo tenso, sin mayores muestras de cansancio pese a casi 48 horas sin dormir; esa era la imagen del jefe militar antes de hablar.

El General de División Iván Darío Jiménez Sánchez y el Inspector de las Fuerzas Armadas, Vicealmirante Elías Daniel Hernández fueron los encargados de presentar, digámoslo así, a Chávez. La condición a los medios presentes para poder estar en la atípica alocución del jefe insurrecto, fue que no podían hacerle preguntas. De entrada se imponía una censura de prensa a los periódicos y periodistas en aquel momento crucial, ¿temor a qué, a un Chávez derrotado? Chávez, el astuto, captó el error de la censura que se imponía a los medios y a los periodistas, y dispuso un discurso para que fuese explotado por la prensa y llegara al corazón del pueblo. Sabía que la televisión tenía un afecto multiplicador, que las palabras a sus compañeros todavía en armas, rebasarían ese marco, trascenderían. Nunca, en la historia contemporánea de Venezuela, un líder había estado en un trance de, a partir de una alocución, influir en los destinos de un país y polarizar en su favor la mayoría de la población de la manera como él lo hizo.

Cuando le permiten hablar se muestra altivo para no dar la sensación de derrota o destrucción. Los oyentes escucharán un tono inicial de palabras cordiales: “En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela”. Así comenzó Chávez sus palabras, seguro que toda la nación lo está viendo y escuchando. El dar los buenos días, cuando se viene de combates y batallas militares a una sorprendida ciudad en la madrugada de ese 4 de febrero, sugiere una voz de tranquilidad.

De seguidas vierte el componente político y el mensaje de rendición a los militares aún insurrectos en los estados Carabobo y Aragua.

“… este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada Blindada de Valencia”.

EL MENSAJE DE CHÁVEZ FUE UN METAMENSAJE

IDEOLÓGICO DIRIGIDO AL PAÍS

El decir que el mensaje es bolivariano implica, a nuestro juicio, un meta mensaje ideológico dirigido no sólo a los valientes soldados sino a toda la nación a la cual le dice, en el entrelineado del discurso, que se han levantado las banderas del Libertador Simón Bolívar, es decir, se levanta todo lo inherente a la nacionalidad, a la identidad nacional en el marco de un país donde el gobierno genocida de CAP –recuérdese el 27/28 de febrero de 1989– ha impuesto a sangre y fuego el modelo neo liberal y cuestiona desde el concepto de soberanía hasta el Ejército mismo como parte de esa soberanía, reduciéndolo a cuerpo represivo, policial.

En el país se había impuesto una progresiva post modernidad mucho antes de la caída de la URSS y del campo socialista europeo, los valores patrios, el sentido de pertenencia del venezolano no tenían valor alguno. Cuando, a partir de 1969, el Movimiento Pro Defensa de los Intereses Nacionales –MPDIN– se funda y levantó las banderas bolivarianas, del nacionalismo popular, del antiimperialismo y de una visión del socialismo desde la perspectiva bolivariana, ¿qué decían aquellos sectores que pretendían el monopolio de la izquierda y se creían el ombligo del mundo?

Que el MPDIN estaba de modé. ¿Cuál Bolívar, cuál antiimperialismo, cuál nacionalismo? nos preguntaban, tratando de ridiculizarnos, eso ya no se usa, decían los socialdemócratas del MAS, los reformistas del MEP, los siempre ideológicamente ni ni de la Causa R y otros que nunca entendieron ni han entendido el problema nacional y la dinámica del nacionalismo popular de allí su crítico apoyo a Chávez, su crítica permanente a todo cuanto éste hace o dice o, simplemente, el chavismo sin Chávez.

Si esa era la posición de buena parte de la llamada izquierda, que no entendió el fenómeno Chávez ¿qué se podía esperar de la derecha en el poder, entreguista, vende patria, enemiga del pueblo, abiertamente? Por eso, cuando Chávez expresa en aquella alocución que el mensaje es bolivariano, cala en el pueblo como quedó evidenciado no sólo después del alzamiento sino en los meses y años posteriores, por una razón sencilla, simple, incompresible para politólogos y analistas de la derecha: el pueblo venezolano en su mayoría ha sido y es bolivariano.

“Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor”.

Aquí Chávez, al utilizar el sintagma por ahora, que connota tiempo transcurrido o aproximado, ubicándonos en los dramáticos momentos que vivió el país, evidentemente que está dando a los televidentes, radio escuchas y a sus propios camaradas de rebelión, un mensaje de esperanza, reduce la magnitud de la derrota y abre la posibilidad de triunfos futuros.

CON SU DISCURSO DEL ‘POR AHORA, AÚN DERROTADO Y PRESO

CHÁVEZ DIO MUESTRAS DE SER UN COMANDANTE VICTORIOSO

Es clave todo ese párrafo, decisivo en el contexto del discurso. Admite autocríticamente que no pudieron controlar la ciudad capital, pero exalta el triunfo en la toma de Valencia y Maracay por sus oficiales y soldados –curiosamente no se refirió a la exitosa toma militar de Maracaibo por las huestes del comandante Arias Cárdenas, que apresó incluso el gobernador derechista Álvarez Paz–. Él, que ha dirigido una violenta y numerosa insurrección militar –lo que denota un extraordinario poder y control dentro del Ejército, aún con la circunstancial derrota– llama a la reflexión como un instrumento de paz para evitar el derramamiento de sangre, civil y militar, de seguido habla con optimismo de la llegada de nuevas situaciones que van a permitir enrumbar el país. No dejan de ser enigmáticas estas predicciones, insólitas para un comandante derrotado, lo cual nos permite deducir no sólo de la existencia de otros planes –¿el 27 de noviembre?– sino el manejo de la situación política, aún derrotado y preso.

Aquellas palabras sinceras y profundas, estremecieron la conciencia nacional, derrotaban con su sencillez discursos demagógicos y palabrería hueca de los politiqueros de siempre.

La hoy periodista de derecha y conspiradora, Ángela Zago, en su interesante reportaje La rebelión de los ángeles –escrito durante la prisión de Chávez y siendo ella sibilinamente chavista–, cita a un agudo semiólogo y analista de la lengua, el profesor Manuel Bermúdez, lamentablemente hoy enriqueciendo con su talento las filas de la derecha golpista y de la reacción ultramontana que por años combatió cuando con dignidad asumió el ideario socialista desde posiciones de izquierda, ideario revolucionario que quedó ahogado por la bilis del anti chavismo visceral.

Hizo el profesor Bermúdez un análisis de aquel discurso del comandante Hugo Chávez, análisis de gran importancia. De él tomamos un párrafo que compartimos y nos parece el más importante.

“De singular importancia resultan los aspectos paraverbales en el entorno del mensaje televisivo. El comandante Chávez, como hablante, ocupó un espacio y un tiempo muy especiales. Con el uniforme de paracaidista, y la postura firme que mantuvo en medio del vicealmirante Daniela y de los otros altos oficiales de las Fuerzas Armadas, no parecía derrotado, sino vencedor. A esto se agrega un detalle importante y significativo. Desde la época de Pérez Jiménez para acá, uno estaba acostumbrado a oír hablar a unos militares de prosodia tartajosa y de poco vuelo mental. Chávez ante la expectativa que vivía el país, frente a un medio de comunicación como la T.V., donde el hablante no percibe los efectos que producen las palabras en los oyentes, limitado a transmitir una orden de rendimiento a sus compañeros de empresa, logra construir un mensaje breve, coherente y denotativo por lo que se refiere a la praxis militar; al mismo tiempo connotativo por lo que respecta al sentido político. Y lo dice con buena entonación, precisa acentuación sonora, con un tiempo apropiado y las pausas correspondientes. Es decir, con una buena prosodia. Todo esto, sumado al descontento que vive el país por el desacierto, incapacidad y desprestigio en que ha caído el tren gubernamental, los cuerpos legislativos y la lenidad de la justicia, dio pábulo para que el discurso del comandante Chávez se convirtiera en un mensaje de sustento para el pueblo”.11

“Oigan al Comandante Chávez quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este Movimiento Militar Bolivariano. Muchas gracias”.

Un importante detalle de aquella alocución fue tanto el carácter auto crítico como la honesta posición de asumir públicamente la responsabilidad por los hechos acontecidos. Esa valentía nunca caracterizó a la derecha, en plan político o en funciones de gobierno. La evasión de responsabilidades, el hacerse los locos ha sido una constante en todo el proyecto puntofijista durante los gobiernos que van de 1959 a 1998. Ningún presidente, ningún líder de AD, COPEI, Convergencia, URD… tuvieron la valentía de asumir las responsabilidades ante hechos graves consumados en el país, así pasaron por debajo de la mesa crímenes, genocidios, atropellos, violaciones a los derechos humanos, cuantiosas pérdidas económicas. En eso Hugo Chávez se los ganó a todos, asumió él la responsabilidad del alzamiento militar, de la derrota y con hidalguía y dignidad está dispuesto a correr las consecuencias de aquellos hechos. Semejante actitud le ganó la simpatía y el respeto de las grandes mayorías nacionales.

Pero el impacto de aquel mensaje libertario no sólo entrañará la oleada de simpatía que se levantó en el país por los militares insurrectos presos y, sobre todo, por la figura del comandante Chávez. El mensaje llegó al sector femenino, a las mujeres, que comenzaron a amar aquellos hombres no como combatientes sino como hombres valientes. Se comenzó a construir, en el imaginario popular, un estereotipo de hombre diferente al que vendía la televisión y el cine, éste era valiente, osado, audaz, irreverente, un macho de nuevo tipo. Otro tanto ocurriría a nivel juvenil y en los sectores proletarios, en los grupos sociales más pobres de las ciudades y campos de Venezuela. Chávez creció en el sentimiento popular, se hizo un ídolo. En los carnavales ya era común ver a niños disfrazados de Chávez. En la calle se perdió el miedo y la gente fue más audaz en las manifestaciones y actividades de masas de protesta. La aparentemente fracasada insurrección de la juventud militar aquel 4 de febrero disparó el dispositivo de la protesta social que adquirió nuevas dimensiones, allí estaba presente aquel breve discurso que estremeció a Venezuela.

EL 4F 21 AÑOS DESPUÉS

Hoy celebramos 21 años de aquel épico alzamiento del 4 de febrero de 1992, con una revolución bolivariana y socialista que tiene el apoyo multitudinario de todo el pueblo venezolano que con orgullo dice: ‘¡Yo soy Chávez!’, es decir tiene perfectamente claro que aquel esfuerzo no fue en vano, que a la vuelta de 4 lustros Venezuela se enrumba por el camino de la redención social, la soberanía y la independencia política, la reconstrucción del ideario bolivariano y la salvación del venezolano, su dignificación, el camino a ser un Potencia Regional en buena medida gracias a dos fechas claves en la historia contemporánea, el 27 de Febrero de 1989 con la insurrección popular antineoliberal, y el 4 de Febrero, como punto de partida definitivo hacia la liberación nacional y el socialismo, gesta que recoge el acumulado de las luchas del movimiento revolucionario y popular durante todo el siglo XX, dos momentos culminantes, el 23 de Enero de 1958 y la lucha armada de los años ’60 contra la ignominia de los gobiernos puntofijistas.

NOTAS

1 Discurso del Comandante Hugo Chávez en la celebración del 4F, diario Correo del Orinoco, 05/02/2010.

2 BLANCO MUÑOZ, AGUSTÍN, Habla el Comandante, pág. 143, ediciones Fundación Pío Tamayo,

Centro de Estudios de Historia Actual // IIES / FACES, Universidad Central de Venezuela,

Caracas,1998.

3 ZAGO, ÁNGELA, La rebelión de los ángeles, pág. 142, Impresoras Micabú, Caracas, noviembre 1998, 4ª edición.

4 Entrevista a Alí Rodríguez por la periodista Vanessa Davies, Correo del Orinoco, p 3, 05-02-10.

5 Entrevista a Otto Vandervelde por el autor, 24/01/13.

6 LINARES, Pedo Pablo, La insurrección armada en Venezuela, XV. De la derrota militar de los años 60 a la década de la algarabía de los 70 y los sombríos 80, p. 445, edición personal del autor, PPL a HGG.

7 LINARES, Pedo Pablo, Ob. Cit. P. 446.

8 BLANCO MUÑOZ, AGUSTÍN, Habla el Comandante, pág. 226, ob. cit.

9 ROSA MIRIAM ELIZALDE, LUIS BÁEZ, Chávez Nuestro, entrevista al presidente

Hugo Chávez Frías, Casa Editorial Abril, La Habana, Cuba, 2004, pág. 362.

10 El Nacional, 4 de febrero de 1972.

11 ZAGO, Ángela, La rebelión de los ángeles, Reportaje, 4ª Edición Corregida y aumentada, p 149/150, Warp Ediciones, S.A., Caracas, Venezuela, 1998.

* Escritor, educador, editor, periodista alternativo, analista político, histórico y literario, biógrafo, Director de la revista Caracola fundada hace 29 años, luchador social y dirigente socialista por más de 50 años, miembro directivo del Movimiento Social de Medios Alternativos y Comunitarios MoMAC.

El presente trabajo forma parte de notas históricas para la biografía del comandante Hugo Chávez Frías.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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