Comuna en construcción #55

La ética de Mardo y Robín Hood

La ética es un sistema de complejos parámetros que permite establecer desde lo individual o desde lo colectivo aquello que es bueno o malo según la ideología dominante o la que se practique. Para Marx la ética es pura mentira sino atiende fundamentalmente a la corrección de una distribución de la riqueza radicalmente injusta e inmoral, el asunto no es alimentar aún más una falsa conciencia o profundizar la enajenación, la ética será justa en el momento que el conjunto de parámetros de la ética sean útiles para la trasformación de la sociedad y no para el mantenimiento del sistema dominante.

Aunque pareciera haber una sóla ética, la verdad es que existen por lo menos dos dominantes; la primera es una ética hegemónica, que se convierte en ética política cuando accede y se mantiene en el poder, la ética capitalista, de derecha, la que asume que lo correcto es competir "honestamente" con el otro, desplazar "limpiamente" al otro, la ética que privilegia lo individual sobre lo colectivo, y lo colectivo se asume como un asunto benefactor. Atender al otro, ser solidario, compartir, es un acto altruista, accesorio y que debe ser reconocido como un hecho particular y digno, no como una práctica cotidiana, no como aquello que siempre debe ser. Por ello un hombre o mujer de derecha, desde la ética política crea fundaciones "bondadosas" o hace donaciones para tomarse la foto, ya que termina siendo un evento extraordinario. Además la ética capitalista se centra en la acumulación y los mecanismos para maximizar ese proceso, buscando afectar "lo menos posible" al otro.

La otra ética, la socialista, asume la solidaridad como un elemento consustancial a su esencia, y el privilegio de lo colectivo sobre lo individual hace que el individuo sea más importante y relevante cuando su acción responde a intereses realmente solidarios. La base fundamental de la ética socialista no es competir, es complementar, construir colectivamente, su base no es desplazar al otro, es llegar juntos, dar a cada quien según sus capacidades y según sus necesidades. Todas estas acciones además, no se desarrollan para cumplir una cuota o tomarse la foto, es una acción cotidiana que alimenta la conciencia y el alma de quien lo práctica. Además, la ética socialista convoca a la producción y consumo para la satisfacción de las necesidades, no para la acumulación desequilibrante, que distorsiona y perjudica las relaciones sociales de producción.

En nuestra sociedad la lucha entre la ética capitalista y la ética socialista es un combate cotidiano, que de manera invisible permea cada una de nuestras acciones. En especial, cuando asumimos un proyecto de país socialista, el dilema es como ganar espacio en el marco de una democracia electoral para superar la lógica del mercado y posicionar cada día más la ética socialista.

Cuando ayer en la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello asume la bandera de la lucha contra la corrupción derivada del manejo de recursos privados no declarados para el proselitismo político, está poniendo el dedo en la llaga tanto de ajenos como de propios.

Las denuncias hechas en la AN se suman a esa conducta que justifica el acceso a un dinero no declarado con el fin de tomarse una foto en nombre de los pobres para ganar votos y así acceder a espacios de poder con recursos del Estado y así retribuir a sus financista con jugosos contratos, todo un sistema de correaje capitalista conectado con un criterio clientelar que dan respuesta a los interes de aquellos empresarios cuyo objetivo fundamental sigue siendo seguir acumulando.

Cuando el diputado Mardo se defiende, dando como justificación del manejo indebido de recursos privados no declarados para darselo a los pobres, como una especie de Robin Hood al revés (robando la dignidad de los pobres para hacer más rico a los ricos) deja de lado el explicar la lógica de la obtención de los recursos, la motivación de quienes lo dan, y la manera de retribuir esos recursos, que como sabemos, no son de gratis, y es aquí donde impera la ética capitalista.

No puedo dejar de mencionar que esta reflexión también opera para los políticos socialistas, y en general para la lógica electoral, la necesidad de acceder a recursos por parte de los candidatos para cualquier elección opera bajo la razón del mercado capitalista, y reflexionar sobre las consecuencia de esto en un proyecto socialista es de primerísima prioridad para poder avanzar.

Bienvenida la ética como centro de debate político, caiga quien caiga.

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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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