Mi pobre país rico

Venezuela, la nuestra, la rescatada por la revolución de Chávez, de todas y todos, aun a pesar del amor inmenso de la gesta propuesta por nuestro insigne comandante, se bate como una gata patas parriba entre las luchas de eso que llaman economía mundial, esa batalla infernal con imperios hoy ya pobres pero poderosos nos hace tomar decisiones económicas que los pata en el suelo no entendemos muy bien pero que suponemos son necesarias y que aceptamos con la esperanza grande de que tengan razón los señores economistas que dirigen nuestra revolución.

Pensando como lo hacemos los que más que pensar sentimos, hay que poner en claro cosas que debemos entender y asumir para  digerir ciertas medidas que no se nos hacen fáciles.

No es fácil entender como el país más rico del mundo, Venezuela, tiene una moneda esclava ante los mercados del capital imperial y su economía imperante, no es fácil al saber que Venezuela, país con las reservas de petróleo más grandes del mundo, deba devaluar su moneda en base al dólar norteamericano, signo monetario del enemigo que combatimos, no es fácil.

No es fácil porque ese dólar ante el que nos entregamos de patas abiertas, es tan solo una ficción. Hace ya mucho que dejó de tener respaldo en oro, es solo papel y tinta que se imprime al antojo del imperio, no tiene valor alguno como si lo tiene, eso es seguro, la nuestra, respaldada por las reservas gigantes de petróleo, de energía, de agua, de territorio, de pueblo y de vida.

En esta hora de nuestra historia en la que este gran pueblo espera el retorno de su líder, es bueno que sepamos que significa decir que todas y todos somos Chávez.

Países que fueron duramente golpeados por terribles guerras y derrotados, como Alemania y Japón hoy son potencias en esa economía mundial en la que ni siquiera, con tanto petróleo somos importantes. Esos países son una lección que debemos aprender.

La pobreza de Venezuela fue siempre hija de la explotación. A la pobreza que me refiero en el título de  mi nota es a la pobreza de nuestra economía ante las demás naciones, a la pobreza que implica tener  que depender e importar casi todo lo que consumimos por no tener industria, por no fabricar ni siquiera lo que nosotros mismos necesitamos, esa pobreza es el reto que debemos vencer para realmente ser independientes.

Hablan de exportación y todos se ríen porque lo único, casi puede decirse que sabemos y hemos sabido exportar es el petróleo.

Entendamos y asumamos que para ser libres e independientes debemos generar industrias y producir no solo lo que necesitamos sino lo que podamos exportar, creo, con derecho a equivocarme que es este el punto crucial de nuestro momento revolucionario.

No seguir a la merced del mercado cambiario de los exportadores de baratijas, empezar a  sentir la patria como fuente de producción para el mundo socialista, para el mercosur que nos llama, para las patrias chicas y olvidadas y para el viejo mundo que nos mira con la baba infernal de quien desea matarnos para apoderarse de nuestras riquezas.

Ser Chávez es revisar nuestras conciencias, es saber hasta donde somos nosotros mismos capitalistas y hacer lo que haga falta para hacernos socialistas en nuestra sociedad y en nuestra conciencia.

Ser una potencia mundial nos ordenó  Chávez. Lo son Alemania y Japón después de derrotas enormes, qué nos lo impide sino la alienación y el capitalismo heredado en nuestras mentes que no somos capaces de superar, sufrieron estos países para lograr ser economías dirigentes, hagamos lo propio en esta hora que nos lo reclama nuestra patria.

¡Una Venezuela libre del dólar y del imperialismo, para vencer y merecernos el nombre de patria revolucionaria y socialista!!

¡Revaluemos a Bolívar de forma ejemplar y venceremos!

¡Yo soy otro tú y tú eres otro yo. Somos Chávez!

¡Patria Independiente y Socialista, Viviremos y Venceremos!

brachoraul@gmail.com

@hombrenuevo

 



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Raúl Bracho


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