El tema de la devaluación del bolívar fuerte de 4,30 a 6,30 por dólar, como ya hemos dicho, es una medida necesaria con la cual debemos de acuerdo, pero no porque se crea que es socialista o porque no se crea que no nos va afectar, sino porque se comprende que era inevitable.
No es socialista porque toda medida que afecte a los sectores populares al igual o con mayor impacto que a los sectores capitalistas y burgueses es una medida "regresiva" que pecha injustamente al que menos tiene. Si algo debe hacer una medida con criterio socialista en medio de una hegemonía capitalista es avanzar estructuralmente en los cambios necesarios para no responder a este tipo de medidas que definitivamente son empobrecedoras. Es sencillo entenderlo, el sueldo mínimo pasó de 476 dólares a 324,92 dólares, mientras que quien es dueño de un activo fijo o capital, si desea venderlo hoy podrá hacerlo más caro de lo que valía ayer. El que posee capital se revaloriza, el que sólo posee su fuerza de trabajo se deprecia en una devaluación.
Sabemos que nuestro gobierno no toma esta medida con la intención de empobrecernos más. Ésta medida está siendo acompañada de una serie de políticas que garantiza que la depreciación de nuestra fuerza de trabajo no sea tan grave como la devaluación, y el crecimiento del PIB no se afecte más allá de lo planificado para seguir en la etapa de crecimiento que transitamos en los últimos años. Pero, ¿Cuál es el problema de fondo? ¿Qué tipo de crecimiento transitamos?
El problema de fondo es que aún no hemos encontrado la fórmula adecuada para superar el rentismo petrolero, y que teniendo la amplia capacidad de ser una potencia productiva con nuevas formas de establecer unas relaciones de producción distintas al capitalismo, hasta ahora este esfuerzo ha sido incipiente y marginal. El gran problema es que seguimos dependiendo de los caprichos y conspiraciones de las mismas familias que en lo económico son los amos del valle.
Cosas que podemos hacer son muchas, pero la básica y fundamental es tener mayor voluntad política y capacidad técnica para lograr el objetivo. Por ello, paso a enumerar algunas acciones posibles a corto plazo, excepto la primera por obvias razones:
1. Aún cuando ya no es viable, era preferible aumentar el precio de la gasolina antes que devaluar, sin embargo, este escenario debería ser descartado por ahora ya que se conoce los efectos psicológicos de la combinación de estos dos factores.
2. El establecimiento del Impuesto al Lujo e Impuesto a las Transacciones Bancarias por un monto mayor a aquel que no afecte a las mayorías.
3. Aumento de la alícuota del ISLR a quienes más ganan.
4. Regreso del Precio de Venta al Público (PVP), el Precio de Venta Sugerido existente: "no es lo mismo ni se escribe igual".
5. Incremento del porcentaje de la cartera crediticia de la banca nacional pública y privada para proyectos productivos.
6. Unificación del INDEPABIS y la Sundecop en un órgano superior que tenga la capacidad fiscal, estructura y automatización al mismo nivel o mayor al Seniat.
A mediano plazo:
7. Mayor estímulo a las PYMES, EPSs y Empresas Mixtas, a través de la facilitación de trámites y disminución de tributos para el arranque de proyectos.
8. Establecimiento de un dólar para la exportación, que genere mayor estímulo a la producción nacional que a la importación: el que abastesca y exporte ganará más.
9. Certificación de la transferencia de tecnología de aquellas empresas que se instales en el país.
A largo plazo:
10. Por ser un asunto absolutamente estructural, generar un cambio real de las relaciones sociales de producción a través de la profundización de la conciencia de clase.
11. Modificar la cultura de consumo rentista o consumismo, a un esquema de consumo humanista.
Soy socialista, no economista, quizá por ello lo que planteó hace y hará ruido a algunos, pero mi compromiso revolucionario me invita a la crítica, autocrítica, al debate de ideas y a la democratización de la economía nacional.
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