Quien va perdiendo pide debate

Pildoritas 47 (año VI)

Es irrefutable, que en una campaña electoral presidencial, como la que se avecina, quien se considera en minusvalía carismática y carencias para el manejo del lenguaje, por una demostrada incapacidad, para poder expresar, en frases, ideas que hagan concordar el pensamiento con la expresión oral, cuestiones muy bien conocidas y que en la campaña pasada quedaron en evidencia, tanto que en el nuevamente aspirante, eran una fuente de materia prima para caricaturistas y humoristas diversos, se pida al contrincante de mayor fuerza y por lo tanto con mayores posibilidades, ir a debate; siempre los perdedores pretenden, a sabiendas de sus limitaciones, ganar pantalla por esa vía y tirar la parada, a ver si con ello logran algunos dividendos que aumenten sus posibilidades.


Es el caso que estamos viviendo en esta coyuntura, cuando por disposiciones constitucionales y ante la nunca superada pérdida física de nuestro Presidente infinito, vamos a una elección de la que desde ya y sin mucho esfuerzo se puede predecir con exactitud su resultado.


Eso lo sabe la derecha que reincide en tropezar con la misma piedra y ante la carencia de alguien más, que se atreviera a ser el protagonista victima, de una derrota histórica, convencieron a quien como es sabido se valió de la campaña anterior para llenarse los bolsillos de dólares y ve en este nuevo chance la oportunidad de redondear el negocio.


Nadie más asomó la cabeza siquiera, los llamados presidenciables, Ledezma, Maricori, Arria y otros prefirieron guardar silencio, y antes que aprovechar para hacer lo mismo y llenarse de reales, prefieren quitarse de encima ese calamar que es Capriles, quien para lo que ha servido es para servir de hazme reír de la gente.


Maduro, quien condicionó la aceptación de ir a un debate, a que el candidato de la derecha pida perdón públicamente por las ofensas contra el Presidente y su familia, debería aceptar el debate, cuyos resultados igual que los del 14 de abril se podrían predecir, porque ya sabemos de la capacidad discursiva de Maduro, demostrada suficientemente cuando fue Presidente de la Asamblea Nacional, después Canciller, Vicepresidente y ahora candidato, en una faceta en la cual ha demostrado una facilidad para improvisar, para llegar a la gente, estimulando emociones que hemos podido ver en sus frecuentes intervenciones desde que nos falta Chávez, a quien sin pretender superar, demuestra ser un aventajado discípulo, por lo que no por nada, él le escogió para ser su heredero.


Por ello si Maduro acepta el debate, yo, al menos, no sé dónde se va a meter esta cuota inicial de candidato, a quien ya el país le conoce suficientemente sus pifias, sus lapsus, su mal manejo del lenguaje y de los términos, su personalidad camaleónica cuya única fortaleza, ya derrotada, es la mediática y mucho dinero que no les va a alcanzar para derrotar a Maduro, porque si es verdad que tienen una cantidad de pueblo, engañado, es un conjunto de seres a quienes no mueven los sentimientos positivos, sino un profundo odio, inculcado por los laboratorios de la mentira.


Así que lo que podemos predecir de un debate, si se da, va a ser un enfrentamiento tan desigual como lo que seria una pelea de boxeo entre un peso completo contra un peso mosca. Cómo para ganarse unos buenos reales apostando a ganador.

saulmolina2006@gmail.com



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Saúl Molina Z


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