Las limitaciones de la oposición para ejercer a su interior la crítica abierta, honesta, franca y constructiva no le permiten avanzar un sólo paso a favor del pueblo Venezolano, he ahí el gran dilema de una dirigencia que se quedó en la era PreChávez. Esto lo digo en función de comprender la condición actual de la política venezolana, que ha vivido un punto de quiebre cuyo hito histórico es Chávez.

Si desde nuestro nacimiento como nación, como Estado y como República la huella de Bolívar fue la determinante para comprender nuestra realidad, desde ya nuestros libros de historia y el pensamiento político venezolano tienen como compromiso ineludible entender esta época actual como la era de Chávez y del Chavismo en el marco de un proyecto socialista y bolivariano. Todo lo que hasta ahora hemos llamado IV República debería pasar a ser definido como una era PreChávez.

La era PreChávez es todo tiempo pasado al 4 de febrero cuando la democracia representativa era el sistema dominante para el control que ejercían las élites políticas y económicas hijas del rentismo petrolero; el Puntofijismo y las elecciones presidenciales de 1998 son los hitos de la brecha de tiempo que buscó conducir al pueblo a la más extraordinaria sumisión, ignorancia e ignominia y de cuya época aún existen rémoras muy nostálgicas del parasitismo rentista y burgués.

Hoy, a 14 años del inicio de la era de Chávez en gobierno, estas rémoras PreChávez aún conducen a un sector político importante del país. Una serie de ciudadanos que con el legítimo derecho a disentir del Chavismo y de Chávez, lamentablemente no han comprendido su tiempo histórico, dejándose conducir por una dirigencia opositora que lamentablemente aún viven como si en el país no hubiese pasado nada, subestimando a un pueblo que en su mayoría ha desarrollado conciencia de clase, social y política, y que muy difícilmente se permitan engañar otra vez por nadie.

La dirigencia opositora, rémora PreChávez, no tiene ninguna salvación ya que ha decidido hundirse en el vacío de la ignorancia, desconocer la historia y obviar el hecho de que en nuestro país el chavismo tiene el compromiso de cumplir el legado que Chávez dejó.

Una triste campaña conducida por Capriles y un exchavista como Falcón, lo que indica es que aunque necesitan del chavismo para comprender la realidad, al final no pueden, porque alguien que dijo ser chavista y que nunca lo fue jamás les va a poder aportar nada útil para entender al país actual.

Cuánta falta hace una oposición seria, pero aún más necesitamos una oposición con propuestas en el marco del chavismo, y no en el marco de la era PreChávez. La derecha, la socialdemocracia y el socialcristianismo ya no le dicen nada al pueblo socialista, y dudo que después de la derrota del 14 de abril puedan articular algún esfuerzo real por mantener una unidad que no les trae ningún beneficio. En todo caso, sin ser triunfalista, estoy seguro de que después de la nueva elección presidencial, esta oposición dirigida por el PreChavismo deberá desaparecer para dar paso a algo distinto, difícil de definir claramente; sino seguirá intentando infructuosamente, llevar al país a un verdadero desastre, ya que para construir una democracia sólida siempre se necesitará una oposición digna, y al menos patriota.
Cuánta falta hace una oposición seria, pero aún más necesitamos una oposición con propuestas en el marco del chavismo, y no en el marco de la era PreChávez. La derecha, la socialdemocracia y el socialcristianismo ya no le dicen nada al pueblo socialista, y dudo que después de la derrota del 14 de abril puedan articular algún esfuerzo real por mantener una unidad que no les trae ningún beneficio. En todo caso, sin ser triunfalista, estoy seguro de que después de la nueva elección presidencial, esta oposición dirigida por el PreChavismo deberá desaparecer para dar paso a algo distinto, difícil de definir claramente; sino seguirá intentando infructuosamente, llevar al país a un verdadero desastre, ya que para construir una democracia sólida siempre se necesitará una oposición digna, y al menos patriota.

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