Hace un mes y días nuestros corazones palpitaron más de lo debido, miles de rostros fueron surcados por las lágrimas, la terrible noticia nos cortó el aliento hasta el punto de que al querer compartir el dolor con nuestros allegados, el único lenguaje era el llanto que así como el que a Adán en el Cuartel de la Montaña, dejó sin palabras en un momento de su discurso y lloró y nos contagió a millones.
No atinábamos a asimilar lo Que Nicolás también con el llanto en su rostro y en su voz, nos informaba se nos fue a las 4 y 25 de esa tarde hace treinta días, pero… en verdad ¿se nos fue?, Si reflexionamos sobre su vida y obra que trascendió fronteras, que conquistó pueblos enteros en la Patria Grande y que aquí logró llenar de amor a los pobres siempre olvidados, explotados y marginados, tenemos que aceptar que ese hombre jamás se irá, es uno de esos inmortales que registra la historia, que mueren jóvenes por lo general porque su vida no les perteneció, fue enteramente entregada a hacer el bien olvidando su propio deber de vivir, Chávez es el inmortal de este siglo y los que vienen porque seguirá vivo como Bolívar, como Cristo que seguirán haciéndose sentir eternamente generación tras generación porque mientras más transcurre el tiempo la dimensión de su obra se hace mayor y su recuerdo aparece vibrante en todas las vivencias de cada familia a la que llegó directa o indirectamente la fuerza de un amor inmenso que por serlo es inolvidable y sus huellas imborrables en el tiempo .
Dentro de unos días vamos a tener la primera oportunidad de demostrarle cuanto le amamos, porque vamos seguir al pié de la letra su última proclama, porque sabemos que si así él lo decidió es porque tenia la plena seguridad de que en las manos de su heredero no se va a perder su obra y al cumplirse 30 días de su partida física lo que nos queda es aprovechar para renovar nuestra fe en su legado, y nuestra promesa de hacer todo lo que esté a neutro alcance para que su última voluntad se cumpla, aún contra la terrible campaña de la derecha y las fuerzas foráneas del mal, porque por mucho poder económico y mediático, no tienen el inconmensurable poder que aporta el gran amor que une a las grandes mayorías de este con quien fue capaz de lograr tanto por la redención de millones en lo material y en lo espiritual, tanto que superó lo que otros como los que se autodenominan representantes de Cristo en la tierra, no han hecho en siglos y que por el contrario adversaron y siguen adversando aun después de la partida del gigante, llamado con razón Redentor de los Pobres.
Nos queda a quienes somos testigos de la entrega de este hombre excepcional por las causas de los humildes, utilizar las armas que él nos enseñó a activar, una de ellas el voto para que con cada uno de ellos que esta vez en su honor serán muchos más, honremos su memoria y le demos la satisfacción de, al contario del otro gigante en el que él se inspiró, no aró en el mar.
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