Contrastan dos actos programados para esta semana en la casa vencida por la sombra. Uno, aparentemente “cultural”, la presentación de “orgasmos”, obra presuntamente de teatro, que raya en la banalidad del sexo hecho “cultura” política antigobierno. Seguramente, en esa presentación se hablará mal, muy mal, de un gobierno que no permitió la presentación de la chabacanería en sus hoteles, que promueve la cultura en su verdadera dimensión, como lo manda la Ley de Universidades, aún vigente en todo aquello que no contradiga los mandatos de la Constitución Bolivariana y la LOE: “En cada Universidad, adscrita al Rectorado, funcionará una Dirección de Cultura, la cual fomentará y dirigirá las actividades de extensión cultural de la Universidad, contribuyendo a la formación del alumnado y a la difusión de la ciencia y la cultura en el seno de la colectividad”. (LU, Artículo 138). Cultura para contribuir en la formación y la difusión de la ciencia, como bien diría el Rector Magnífico Francisco De Venanzi, refiriéndose a la labor de la cultura: “para forjar una visión general del pensar, despertar la inquietud por los problemas referentes al significado del hombre y del cosmos, asimilar a la persona el elevado contenido de los valores trascendentales e impulsar la máxima exteriorización de sus facultades creadoras…” (Mensaje al Claustro, F. De Venanzi, Mayo 1963). Revolucionario para su tiempo era el Rector Magnífico. La frivolidad hecha “cultura” es lo que ofrece, en contraste, la derecha fascista hecha autoridad.
La otra actividad, se enmarca perfectamente en uno de los mandatos de esa misma Ley: “La enseñanza universitaria se inspirará en un definido espíritu de democracia, de justicia social y de solidaridad humana, y estará abierta a todas las corrientes del pensamiento universal…” (LU, Artículo 4). Se reunían profesores/profesoras, empleados/empleadas y obreros/obreras para manifestar públicamente su adhesión electoral al camarada Nicolás Maduro. La banalidad daba paso a una misión que tienen consagrada nuestras instituciones universitarias pero que, poco han cumplido en estos catorce años de Revolución Bolivariana: “realizar una función rectora en la educación, la cultura y la ciencia” (LU, Artículo 3). En ausencia de la institución, no le ha quedado a las comunidades universitarias otra función sino jugar el papel que debieran cumplir sus autoridades de derecha. Y, efectivamente, teniendo como escenario la Sala “E” de la UCV, allí esos sectores de nuestra comunidad universitaria, se expresaron –fervorosamente- en apoyo al candidato de la Patria, Nicolás Maduro. Intervinieron los profesores Humberto Mendoza y Miguel Alfonzo, los trabajadores Eduardo Sánchez y José Gregorio Ibarra. Las rememoraciones al Comandante Presidente Hugo Chávez, sus providencias hacia la UCV, apenas electo Presidente de la República de Venezuela, la cual transformó en República Bolivariana de Venezuela, en magno homenaje al Padre de la Patria, el Libertador Simón Bolívar no se hicieron esperar. Se recordaba que, precisamente el Aula Magna fue el escenario escogido por el Comandante Infinito, para instalar la majestuosa Asamblea Constituyente que daría vida a la nueva Constitución y, con ello, a la Nueva República, la Quinta de nuestra vida republicana.
Pero, el Comandante infinito no solo se quedaría allí, en el año 2000 restituye a la UCV el Jardín Botánico, importante dependencia de esa Institución que le fuera arrebatada por la fuerza de los tanques y el allanamiento militar ordenado por el “ilustrado” presidente Rafael Caldera, catedrático de esa universidad, en los años 70. Así, mediante Decreto Presidencial Nº 1.128 de fecha 20-12-2000, publicado en la Gaceta Oficial Nº 37.126 de fecha 14-01-2000, se daba fin a la ignominia que durante medio siglo mantuvo esa parte de la Ciudad Universitaria en manos de los gobiernos de la cuarta república, como símbolo de la restringida Autonomía de que gozaban en los gobiernos de la guanábana adecopeyana nuestras universidades. El Comandante Presidente Hugo Chávez, con ese acto, reivindicaba el carácter pleno de la Autonomía Universitaria, la cual, ya antes, la Asamblea Constituyente le había dado rango constitucional, por primera vez en toda nuestra historia Patria. Recordaba Sánchez que, ese benévolo acto del Comandante Infinito se vería empañado por las autoridades de la derecha fascista, ya que, mientras Chávez reintegraba el Jardín Botánico a su legítimo dueño, la UCV, sus autoridades la privatizaban, entregando su propiedad a un tercero, una Fundación que, desde entonces, mantuvo las y los trabajadores tercerizados, hasta que, este año 2013, después de intensas luchas lideradas por SinatraUCV, es que el Consejo Universitario los reintegra a la Institución como trabajadores y trabajadoras ucevistas. Con lo cual, se cumple a cabalidad el mandato que hiciera el Comandante Presidente Chávez de devolver el Jardín Botánico a la UCV hace trece años atrás.
En materia reivindicativa, el Comandante Infinito siempre se mantuvo expectante con respecto a las solicitudes salariales de las y los trabajadores universitarios, se recordaba que, apenas comenzando su gestión presidencial el Comandante Presidente Chávez otorgó un ajuste salarial del 50% y así, durante el resto de sus períodos de gobierno se mantuvo siempre en la expectativa de la causa de las y los trabajadores universitarios. Cuando la burocracia gubernamental le ocultaba los requerimientos de la clase trabajadora universitaria y, ésta se veía obligada a tomar las calles para que se le oyera, allí estaba siempre la mano dura del camarada Presidente Chávez obligando a su funcionarado a oír a los líderes de la clase trabajadora universitaria. De allí surgiría la idea de los Petrorinocos, después de una marcha universitaria de la que surgiría una reunión en la vicepresidencia y la orden expresa del Presidente Chávez a Elías Jaua de dar solución al problema de las y los universitarios, ante los oídos sordos de su ministra de educación universitaria Yadira Córdova, asi ocurrió en 2011.
En la conversa del Acto, no podía faltar lo difícil que se ha convertido manifestar sus simpatías políticas revolucionarias en una Institución en que el fascismo se ha convertido en la expresión política de la “academia”. Recordaban, en sus intervenciones los profesores y empleados que tomaron la palabra, el caso de una clase en la Escuela de Derecho de la UCV en que un profesor de la Cátedra Constitucional que manifestaba a sus alumnos/alumnas que debían estudiar no solo la Constitución de 1999 sino la de 1961, quien ante la pregunta insidiosa de uno de sus alumnos/alumnas del por qué hacerlo si la del 61 estaba derogada; la respuesta del profesor, aún más insidiosa: “ya que de caer el rrrégimen esa sería la Constitución que retomaría vigencia”. O de la trabajadora que llegó un día a su sitio de trabajo vestida de roja, recibiendo la reprimenda de su jefa quien le reclamó el por qué de su vestimenta y preguntándole sí era chavista. Por supuesto, más nunca se le ocurrió vestir el rojo, temerosa de recibir una amonestación o una mala mirada de su jefa.
No es fácil ser chavista en una Institución en que el fascismo es la religión oficial. Una Institución en que disentir se paga con una expulsión si eres estudiantes o un despido si eres trabajador/trabajadora. Una Institución, en que se les niega el voto en la elección de sus autoridades a obreros/obreras, empleados/empleadas, profesores/profesoras instructoras y el voto de las y los estudiantes vale menos que el de un profesor/profesora de escalafón superior al de instructor. Una Institución profundamente antidemocrática y, que solo permite ese ejercicio a las élites profesorales. Para colmo, esa Institución, es la que se permite hoy, exigirle al país entero garantías al ejercicio democrático, cuando a su interior no lo practica.
Este Acto tiene una trascendente importancia ya que, por primera vez, en muchos años, el Chavismo Ucevista dijo presente, Sí existimos, somos de carne y hueso. Como dirían algunos, salieron del closet y vencieron el miedo. Y Chávez y Maduro lo hicieron posible. Reafirmándose con ello, aquellas palabras expresadas por nuestro Comandante Infinito cuando reintegrara el Jardín Botánico a la UCV: "Mi Gobierno no reprimirá a los estudiantes ni a sus protestas. Nuestro Gobierno entregará autonomía verdadera a las universidades", palabras a las que siempre se mantuvo fiel y cumplió a cabalidad. En contraste con la arremetida que autoridades de la derecha fascista, siempre hicieron contra las y los estudiantes que osaron colocar en entredicho su hegemonía institucional: los estudiantes expulsados con motivo de los actos de la toma del salón de sesiones del Consejo Universitario de la UCV, exigiendo Transformación Universitaria; más recientemente, la expulsión del estudiante de Trabajo Social Kevin Ávila. Peor aún, el despido del dirigente de las y los trabajadores ucevistas el camarada Eduardo Sánchez en 2001, caso que ganara años después, tras obtener Orden de Reenganche y Pago de Salarios Caídos, y que la UCV decidió apelar en los Tribunales.
Mientras Chávez cumplió con las universidades su promesa de darles mayor autonomía, sus autoridades de derecha cada día les restan más y más autonomía, entregándolas a los dictámenes de la burguesía (la MUD) y el imperio de EEUU. Por eso, al grito de los presentes en el acto se expresó: “SE VE, SE SIENTE, LA ESPADA DE BOLÍVAR RECORRE LA UCV”.
henryesc@yahoo.es
Caracas, 10-04-2013