Elecciones y lucha de clases

Luego de derrumbada la dictadura que gobernó a Venezuela hasta 1958, dictadura esta calificada como forma de gobierno apuntalada por la dictadura como forma de Estado, se instala la democracia de partidos o la dictadura de partidos, y comienzan a sucederse las campañas electorales quinquenales, que en cierto modo eran campañas que duraban más del tiempo establecido por las disputas internas que se daban en los partidos del bipartidismo para seleccionar al mejor postor que accedería a la presidencia, era la subasta del poder, y allí legaría el que mejor pagara los favores recibidos por la gran burguesía vividora y explotadora del pueblo venezolano.

Esas elecciones constituían la gran subasta del poder en la cual se tomaría la decisión de elegir a quien sería el garante sobre el manejo y disfrute del erario público, de la inmensa cantidad de recursos económicos y naturales para ponerlos al servicio de los imperialistas y en provecho personal, pero jamás pensando en ponerlo a favor de los sectores más desposeídos de la población, era una guerra sin cuartel, dando el todo por apropiarse de los bienes de la república donde el precio del petróleo tenía su participación, recurso que por cierto durante la cuarta república fue usurpado al pueblo al cual decían representar.

Curiosamente, en la Venezuela que venia de una oprobiosa opresión política y social, humillación cultural, de despojo y de explotación, crearon un ambiente donde el común de la gente adquirió un grado de politización que hizo posible la comprensión de los problemas sociales y políticos del momento, pero que pese a las contradicciones existentes, comenzó a ser engañada por quienes se sintieron los herederos del liderazgo político, logrando establecer con su demagogia la separación de la lucha política de la lucha de clases o en todo caso fueron capaces de hacer ver a la mayoría de la población que un mismo candidato representaba tanto al humilde campesino, al obrero, al profesional que al gran señor de la oligarquía, era el incienso que perfumaba la desigualdad, la explotación, la miseria.

El pueblo fue convertido en la comparsa de las elecciones, donde la política constituye la sustitución de la lucha de clases, negando u ocultando la lucha de clases a través de la maquinación publicitaria, comprando voluntades y obteniendo votos con las necesidades de los pobres, donde fue sustituida la polémica ideológica por los mensajes con eslóganes estúpidos, banales y frívolos los cuales son un insulto a la inteligencia humana.

En esos términos y en ese contexto se dieron las elecciones desde la cuarta república ignorando deliberadamente que toda lucha política es la consecuencia de la lucha de clases, donde las clases dominantes alejaban al pueblo oprimido de la búsqueda de sus objetivos tácticos y estratégicos, es decir convirtieron a la política en el mecanismo que hace sucumbir los objetivos sociales del pobres.

En ese sentido, los partidos políticos penetrados por sectores de la burguesía y del gran capital logran obtener el voto de las mayorías empobrecidas que hicieron presidentes a hombres que si es cierto no eran de la burguesía fueron sus mejores serviles y oferentes, traicionando a su gente e incumpliendo descaradamente con las promesas electorales. Fue un sistema político el de la democracia representativa, que logro hacer creer en la gente la sensación de que ellas gobernaban, donde las elecciones constituían el método de encubrir las realidades. Eran los momentos que ciertamente cambiaban las caras de los premiados pero todos servían a la misma clase social y encarnaban los intereses de los grandes capitales y financieros, y la clase dirigente la que controla la riqueza continuaba disfrutando de sus privilegios. Esa es la historia electoral reciente.

Hoy en la Venezuela Bolivariana, los distintos procesos electorales que se vienen dando en el proceso de la Revolución Bolivariana, para ejemplo propio y del mundo, ha venido superando dentro de las contradicciones normales del dinamismo político, por ser inédito, el esquema y las condiciones de las elecciones, dentro de las características de la participación protagónica del pueblo, con la motivación y pasión que conlleva un evento electoral, pero haciendo resaltar la grandeza de la lucha de clases como el motor de la historia y lucha perenne de la humanidad.

Hoy Venezuela viene saliendo de una democracia con propiedad privada y dominación capitalista a una democracia con propiedad social, donde se amplían y se garantice diversas formas de propiedad y los cambios se consolidan políticamente a través de un poder electoral a la altura de los tiempos.

hriverat1@hotmail.com



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Heriberto Rivera


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