No quisiera introducir en estos momentos temas que parecerán absurdos, pero les juro que por ningún lado me cuadran las cosas.
El resultado tan ajustado rompió con los pronósticos de casi todas las encuestadoras, incluyendo la del asesor del opositor, Data Análisis. Las diferencias estaban por encima del 8-10%. Eso fue hasta hace muy poquísimos días antes de las elecciones. Difícil de superar, pues son estadísticas y quienes manejan esas encuestadoras han demostrado ser personas serias, conocedores de la materia y muy asertivos en sus análisis; tal como se comprobó en las pasadas elecciones presidenciales y de gobernadores del 2013.
También están los datos de las proyecciones, durante el proceso electoral, que provenían de fuentes confiables, las cuales se suponen estaban basadas en técnicas también confiables, como encuestas a boca de urna, entre otras. Las diferencias a favor de nuestro candidato, a las 5 pm, estaban alrededor del 8-10%, incluso más.
Lo otro tiene que ver con el resultado aplastante de la elección de gobernadores, que nos hacía pensar que contábamos con el favoritismo de todos esos estados donde ganaron los candidatos chavistas. Esos electores que hacía apenas poquísimos días apoyaron el chavismo, votando a favor de los candidatos a gobernadores chavistas, lo volverían hacer.
Lo último tiene que ver con el sentimiento generado por la muerte de nuestro máximo líder, el luto, el dolor que sólo, de por sí, se suponía que había creado un vínculo emocional-espiritual con el último mandato que nos dio en vida el Presidente Chávez: de votar todos por Maduro. Sumar todos estos elementos debió dar, como lógica, una victoria segura y aplastante. Es difícil creer que todo eso no diera como resultado que el chavismo triunfara con un resultado bien holgado.
Debo especular y pensar, entonces, cinco cosas: 1. Las encuestadoras mintieron. 2. Nos mintieron los que hacían las proyecciones durante las votaciones o, mejor, les mintieron a quienes nos hacían llegar esas proyecciones ¿De verdad hicieron las encuestas a boca de urna, por ejemplo?. 3. Miles de supuestos chavistas eran unos falsos con Chávez o con el chavismo. 4. Los gobernadores no se montaron a hacer una campaña como la que les dio el triunfo a ellos. 5. La oposición hizo trampa y nos robaron los votos.
Confieso camaradas que ésta es una primera reflexión aún bajo la resaca de los resultados, que aunque ganamos, el triunfo así nos dejó un sabor amargo por lo que espero consideren estas circunstancias para los que me pudieran criticar. Critica que, como revolucionario, voy a aceptar.
Profesor Titular, ULA
Email: heribertogomez60@gmail.com
@ulandino