Vale la pena traer a la memoria, al menos, un pequeño grupo de casos electorales presidenciales, donde el candidato ganador no superó el 5% de diferencia frente al que ocupó el segundo lugar, con la excelente advertencia, de que en ninguno de esos casos el contendor perdedor optó por volverse loco y haya ordenado que comenzara una guerra de destrucción y muerte:
Veamos esta información que resulta bien interesante:
Rafael Caldera le ganó las elecciones a Gonzalo Barrios en 1968 por apenas 32.906 votos, cantidad esa que equivalía, al padrón de entonces, a solamente el 0,89%;
En Francia, el pasado año el actual presidente François Gérard Hollande le ganó a Nicolás Sarkozy por el estrecho margen del 2,31%;
Ollanta Moisés Humala Tasso en el Perú obtuvo 51,2% de votos válidamente emitidos, mientras que la Keiko Fujimori logró el 48,81%;
Chile, Sebastián Piñera se impuso a Eduardo Frei por algo más del 3%
En México, Enrique Peña Nieto obtuvo el pasado año 18.875.280 de votos frente a los 18.727.398 que obtuvo Manuel López Obrador, es decir con una diferencia relativa muy pequeña del 0,78%. El perdedor ha hecho público su desacuerdo con esos resultados y ha denunciado que hubo fraude masivo y que por ello irá a las instancias competentes para solicitar que el proceso sea verificado. Mientras tanto, Peña Nieto fue proclamado Presidente México, asumió el mandato el 1 de diciembre del 2012 en el Palacio Nacional, en el Zócalo de la ciudad de México y a la fecha es el presidente constitucional de México, reconocido por todos los países del orbe, incluyendo España y los Estados Unidos, cuyos gobiernos no dudaron un instante en transmitirle a Peña las mayores felicitaciones y el deseo de que sus respectivos países continúen manteniendo las muy buenas y estrechas relaciones de amistad y cooperación que han logrado tener hasta la fecha.
De manera, que nos preguntamos: ¿Qué ocurre con Venezuela?
Simplemente, decimos nosotros, lo que ya hemos repetido en anteriores notas, que la oposición venezolana obedece a instrucciones que vienen del exterior y que no admiten otra opción distinta a la que adoptó Capriles de desconocer los resultados para generar de nuevo desestabilización en el país y buscar por allí una rendija para ver si acaban con la Revolución Bolivariana, lo cual no pudieron hacerlo en abril del 2002… Eso es todo y frente a ello, hay que estar bien alertas:
Fuerza Armada Bolivariana activada al máximo y pueblo unido a su lado para defender este magnífico legado que nos dejó Hugo Chávez…
oliverr@cantv.net